Pocos periodistas deportivos cuentan con el reconocimiento unánime y la admiración que tiene Ramon Besa Camprubí, el periodista de El País que ha hecho de la profesión de periodista un arte en estos tiempos dominados por el ruido de las redes sociales, y lo ha hecho gracias a su rigor, independencia y mirada crítica. Ramon (9 de setembre de 1958), hijo orgulloso de Cal Cutret de Perafita (Lluçanès), es la antítesis de este periodismo atropellado y acelerado que impera hoy en día, y es precisamente reconocido por mantener una ética profesional impecable y un compromiso con el periodismo de oficio, libre y riguroso, alejado del sensacionalismo que suele proliferar en el entorno digital actual. Su trabajo se distingue por la pasión por el oficio, el esfuerzo, la dedicación y el respeto hacia el deporte y sus protagonistas, transmitiendo a las nuevas generaciones la curiosidad, la exigencia y la constancia, valores en desuso, pero que le han reportado otro premio para su colección, el Premio Ofici de Periodista, que le ha concedido el Col·legi de Periodistes de Catalunya. Es el en reconocimiento de una extraordinaria trayectoria profesional y docente; un premio que ejemplifica la excelencia periodística que Besa representa.

Ramon Besa, premio Ofici de Periodista (Col·legi de Periodistes de Catalunya)

Para mí este premio es una de las mejores recompensas que podía tener en la vida. Son mis colegas y sigo pensando que este mundo sin periodistas, mal

Ha sido distinguido con el Premio Ciudad de Barcelona de periodismo (2000), el Premio Quim Regàs de Periodismo (2008), el Premio Internacional de Periodismo Manuel Vázquez Montalbán (2009), y en 2019 fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Vic por su trabajo riguroso y ético. ¿Pero qué significa para usted este Premio Oficio de Periodista, sobre todo porque contiene una palabra ‘oficio’ que siempre ha reivindicado?

Para mí es un premio que me da una cierta plenitud, también por la edad que tengo. Primero porque es de los compañeros y segundo, porque siempre he considerado que el periodismo es un oficio, que después se complementa con un grado. Defender el oficio no quiere decir estar en contra de la actividad académica, pero como complementaria, no como sustituta del oficio. Y después, porque yo también he creído siempre en el colegio, no conozco periodistas que luzcan o exhiban su titulación, su graduación. Tú vas a casa de un doctor, vas a casa de un abogado todo el mundo tiene el diploma, los periodistas nunca tienen nada, es como si fueran anónimos. Soy periodista, ¿por qué? Porque lo digo yo. Entonces el colegio no solo te da un cierto amparo, sino que te obliga. Para mí este premio es una de las mejores recompensas que podía tener en la vida. Son mis colegas, son mis compañeros, y yo sigo pensando que este mundo sin periodistas, mal.

¿Qué significa ahora ser periodista? ¿Qué queda de todo eso en la profesión?

Este para mí es el gran debate que hemos perdido. Sin ponernos trascendentes, el periodismo es necesario. Digamos que no todo el mundo ejerce de la misma manera. Yo creo que hay muchos buenos profesionales, muchos buenos periodistas y hay otros que, más que periodistas, y otros que son intrusos de la profesión. No es lo mismo, un comunicador que un periodista. Teóricamente, cuando eres periodista y trabajas en un determinado medio haces que todas las noticias que salgan sean verosímiles, tengan un cierto proceso de elaboración. Ahora, en cambio, las redes o determinados medios permiten verter muchas noticias que no necesariamente son verosímiles, y entonces entran las fake news, entra todo tipo de información y tú no sabes qué es verdad y qué es mentira. Y con esto hemos educado a la gente con algo muy peligroso, que es que la gente ya consume lo que le gusta. Tú antes comprabas un medio para informarte, y el problema es que ahora buscas un medio para opinar. Una de las cosas que siempre nos habían enseñado en la facultad eran los diferentes géneros: primero era la información, después eran los géneros interpretativos, la crónica, el reportaje, la crítica, y al final era la opinión. Ahora no; ahora mucha gente opina. A las horas, los opinadores por opinadores.., hablas de la metarrealidad, no hablas de la realidad, que es en el fondo lo que a nosotros nos justifica. Y, por lo tanto, qué es ser periodista, o yo considero a la gente que es periodista. Siempre me acuerdo mucho de una frase de Juan Villoro que decía: “Acercarse a los hechos tanto como puedas, sin formar parte de ellos”.

Cuando me preguntan qué es ser periodista, siempre me acuerdo mucho de una frase de Juan Villoro: “Acercarse a los hechos tanto como puedas, sin formar parte de ellos”

¿Esto es posible en el mundo y el periodismo actual, distorsionado por las redes?

¿Qué nos pasa ahora? Que cada vez es más difícil acercarse a los hechos, porque no nos dejan llegar, o por las circunstancias que sean, porque las empresas no invierten lo suficiente, porque la comunicación corporativa ha sustituido a la comunicación convencional... entonces, no acercarte a los hechos cuesta mucho. O si no, acabamos formando parte de ellos, es decir, militamos. No militamos en el periodismo, militamos con el Barça. Y a partir de aquí quiere decir que todo lo que hace el Barça está bien hecho porque es tu club. Entonces dices bien..., no necesariamente. Aquel periodismo, para los que lo hemos vivido, iba así y funcionaba bastante bien. Si ahora ustedes creen que hay otro tipo de periodismo, expliquen cómo funciona y después hablaremos si yo me adapto o no me adapto. También es lógico que las nuevas generaciones lo vean diferente. Yo escucho mucho a los jóvenes, pero de momento no encuentro a nadie que me convenza de que lo que yo he hecho estaba mal hecho y de lo que se hace ahora está bien hecho.

Ahora lo que vale es el influenciador, el que grita más, el que es capaz de dar más audiencia. Las redes han hecho que el medio ya no sea importante, porque cada persona es su propio medio…

Estamos en un mundo en el que todo ha cambiado, las reglas han cambiado y... de repente ha cambiado el modelo de producción, el modelo de consumo y el modelo de negocio. Empecemos por el modelo de negocio. La gente que tiene pasta o la gente que compra un medio o que tiene poder para tener un medio, negocia de una manera diferente a la que nosotros estábamos acostumbrados. Era un punto de bohemio, pero era un modelo de negocio muy diferente. Después también ha cambiado sobre todo, el modelo de consumo, que es al que se está refiriendo la gente que consume hoy. Pues consume información u opinión, lo que quieras, muy diferente a como nosotros la consumíamos. Y aquí también es muy difícil de llegar, pero yo creo que sí que podemos hacer algo sobre el modelo de producción, porque esto nos afecta. La precariedad laboral, la sensación de que ya no cuentas para nada, todo esto hace que en este modelo de producción vayas perdiendo aquellos canales que tenías tú para incidir en las noticias.

¿Cuándo empezaron a cambiar las cosas en la prensa tradicional?

Yo siempre pongo un ejemplo para entender dónde empezó de alguna manera la crisis. Hubo un momento en que los periódicos vendían muchos periódicos, iban con 300.000 400.000 ejemplares, estamos hablando de papel. Y de repente alguien dijo, escucha, aquí además de los periódicos tenemos que dar un producto añadido. Entonces empezaron a regalar cosas, unos regalaban enciclopedias, los otros regalaban... Entonces claro, la difusión fue aumentando porque mucha gente se empezó a comprar un periódico, no por lo que decía aquel periódico, sino por lo que regalaba aquel periódico. Por lo tanto, nos hicimos trampas al solitario. Nosotros también somos cómplices de todo esto. Y aquello fue, fue, fue, fue... Incluso ya regalaban relojes y neveras, después se empezaron a repartir gratuitamente por diferentes sitios. Yo creo que nos hemos hecho trampas al solitario. Y, entonces, esto ha petado, por muchas circunstancias, y se tiene que reinventar. 

Hoy cualquiera puede hacer de periodista.

Y nos tenemos que acostumbrar a las nuevas tendencias, por ejemplo, a quién le damos una acreditación. ¿Cuál es el criterio para que te den una acreditación? ¿Que te portes bien? ¿La tirada de tu medio, la audiencia de tu medio?, ¿cuál es el criterio? Porque, claro, muchos dicen, ‘para que vengan aquí y me critiquen, pues no les doy la acreditación’. Hombre, es que este oficio, en tanto que oficio, significa que tú has hecho una serie de cosas para las que no todo el mundo está capacitado. Me niego a pensar que si un zapatero ejerce un oficio, hasta que no es zapatero, pasa por muchos años de aprendizaje, un periodista no. Es decir, esto no es un oficio que pueda hacer cualquiera. Antonio Franco decía ‘la gente que manda, los que están en el poder, deben saber que nosotros les vigilamos’. Y vigilar significa que no hagan trampas. Significa hacer una fiscalización de las cosas objetivables. Y que esto pueda provocar controversias. “Ya estoy yo, para las controversias”, decía. Y de repente se levantaba del despacho y decía “os voy a despedir a todos, llevo tres días sin que suene el teléfono. Por lo tanto, estáis haciendo una mierda de diario porque nadie se queja”. Esto que ahora hacen las redes sociales de corregirte... Esto ya lo hacían nuestros amos. Es la gente que piensa que nosotros hemos vivido con toda la impunidad y hemos hecho lo que nos ha dado el gusto y la gana, o que estábamos vendidos. Esto es lo que me molesta. Esta mentira que constantemente se dice sobre lo que es un periodista y el oficio de periodista. Yo veo de todas maneras el mapa del mundo y a mí no me gusta. Yo veo a Trump, yo veo a Putin, yo veo a Netanyahu, yo veo cosas que a mí me preocupan y pienso que de alguna manera, si diarios como el New York Times, si diarios como el Financial Times empiezan a perder influencia, en lugar de darles miedo, entonces pienso que tenemos un problema.

Esto no es un oficio que pueda hacer cualquiera. Antonio Franco decía ‘la gente que manda, los que están en el poder, deben saber que nosotros los vigilamos’

Trump, que es el primero que está vetando a los periodistas, que está aniquilando la libertad de expresión en su país, que está amenazando con retirar licencias, que no deja entrar en el despacho oval a los periodistas que le incomodan... Si el resto la gente ve que Trump hace eso, pues eso son modelos que aquí se van replicando.

Pero la historia es ¿cómo lo corregimos?. No es simplemente decir, si la gente que es favorable a Trump es gente que es ultra, que es antidemocrática. No, no, no. ¿Por qué ha salido Trump? ¿Qué ha pasado? Bien, entre otras cosas, ¿quién ha financiado a Trump y quién lo ha amparado? Desde la comunicación, grupos mediáticos, eh. Por lo tanto, no todo el periodismo es igual. Cuando yo defiendo un colegio, defiendo un código deontológico, y defiendo una cierta normativa y una cierta praxis, quiere decir que determinadas cosas no valen. Ahora, si todo el mundo hace lo que le da el gusto y la gana y nunca pasa nada, pues entonces nos encontramos donde nos encontramos. Convengámonos en una cosa. Nosotros hemos perdido el monopolio de la información. Esto es evidente y, por lo tanto, para recuperarlo o para seguir siendo importantes, tenemos que ver cómo mantenemos lo que nosotros hemos creído, no negando a los demás. Tenemos que buscar fórmulas y alternativas y aquí es donde creo que sí que podemos incidir como te decía, en el modelo de producción.

¿Cree que esto, que es del todo lícito, y es lo que deberíamos hacer, es lo que la gente quiere, lo que la gente consume? ¿Invertir en esto al final tiene un retorno económico que al final es lo que buscan las empresas?

La red, el problema que tienes, es que no puedes interactuar. Porque si interactúas, ya te metes en una espiral, y en periodismo es capital poder interactuar. Yo ya entiendo que la gente lo viva de otra manera, pero yo no renunciaré defendiendo lo que yo creo. Y mientras tenga una ventana o tenga alguien que me lo pregunte, yo les diré cómo lo veo ¿y que puedo estar equivocado? obviamente. Tengo un hijo de 34 años y sé cómo lo vive. El hijo no me lee a mí, y le gusta el Barça. Mi madre todavía tiene 94 años y lee el periódico, con una lupa. ¿Por qué? Porque ella necesita leer el periódico para saber qué pasa. Es otra generación, estamos hablando de tres generaciones en una misma familia. Entonces, claro... ¿Coincidimos los tres al hablar de problemas comunes? Sí. ¿Llegamos a un acuerdo? No, pero hablamos de ello. Que mi hijo tenga un método de alimentarse informativamente de consultar lo que sea, yo ya lo respeto, pero yo también le hago ver que a veces las opiniones que pueda tener, o cómo se las forma son discutibles, igual que él las tiene hacia la mía. Si no hay un margen de entendimiento, pues lo tenemos complicado. Y si la gente lo que quiere es la simplificación de todo, que yo creo que es un problema, poner en Twitter 40 palabras o 50 palabras....no. Para mí este tipo es la simplificación. Si tú estudias una carrera como la de periodismo tienes que evitar, por ejemplo, cometer faltas de ortografía. Ahora muchas veces la gente piensa que una falta de ortografía no penaliza, o que la gracia sea que no se te entienda. Si cambiamos todas las reglas del juego... Pero lo que yo no concibo, que es donde estamos, es la mentira, y hoy en día, para diferenciar entre la verdad y la mentira cuesta mucho porque todos somos sospechosos.

 

Ha vivido lo mejor de la profesión, ha viajado por todo el mundo, ha cubierto Juegos Olímpicos, Mundiales, Eurocopas, viajaba con el Barça, tenía contacto directo con los jugadores. Todo esto se ha perdido, los periodistas hacen las crónicas por la tele, saben de los deportistas por lo que dicen en las redes.

Habíamos viajado con el Barça, y de repente ya no viajas. Está contaminado, como dicen ahora; claro, si vosotros viajabais todo aquello estaba contaminado. No, nosotros gestionábamos la información y entre nosotros nos mirábamos, ‘mira La Vanguardia que ha hecho, mira El Periódico que ha hecho’, mira lo que han hecho los demás, y a partir de ahí había un equilibrio que funcionaba, y la gente estaba enterada más o menos de lo que pasaba. Ahora no. A partir de ahora, ¿cómo quieres explicar del Barça si tú a Lamine Yamal ni lo has conocido prácticamente, ni tienes contacto? Tienes que hablar de la meta realidad, lo que tú ves en un partido de fútbol, lo que quieras. ¿Cómo puedes hablar de información si tú ves lo mismo que cualquier espectador a través de la pantalla de televisión? Y hasta ya no vas ni a los partidos, ni vas al campo, ya haces las crónicas por la tele, con lo cual... Y, como pasa con todo, ves lo que quiere el realizador de televisión, no lo que ven tus ojos. Yo hago muchas veces esta experiencia: si tú ves un partido de fútbol en Montjuïc, estando en Montjuïc o por televisión, no tiene nada que ver. El resultado sí, y la interpretación del resultado, imposible... Tú, en el campo, eliges lo que ves a tus ojos. ¿Entonces qué ha pasado? Que la gente hace los periódicos desde las redacciones. Ya no salen, ya no invierten. Además, ahora ya no invierten en becarios. Ahora ya es con robots, con inteligencia artificial, la mano de obra se está sustituyendo. Estoy expectante por ver cómo funciona el nuevo modelo de producción, de momento todavía no lo he visto.

¿La IA cambiará el periodismo, puede acabar sustituyendo a los periodistas?

Claro, porque la mano de obra barata la sustituirá. Ahora te dicen, no, la inteligencia artificial es complementaria, sí, pero siempre que no sustituya la mano de obra. Es decir, si te dicen tenemos que hacer una columna de breves, tú le das con un robot y te la hará... Creo que en América han hecho algunos experimentos con robots sobre crónicas deportivas. Si tú coges una ficha de un partido de baloncesto, coges la ficha técnica, la metes dentro y te hace una crónica a partir de la estadística. Entonces tú dices, ¿de qué servirá el cronista? Hombre, porque el cronista verá cosas que la máquina no comprenderá, es el cronista el que le hará preguntas a la inteligencia artificial como complementarias. Lo que no puedes hacer es que te sustituya a ti, y las empresas empiezan a invertir más en tecnología que en personas, que en periodistas. Y esto para mí es lo más jodido. Porque, claro, no tienen que pagar seguridad social, no tienen conflictos laborales, no tienen nada, meten una máquina allí y se ha acabado. Ahora, la máquina no tiene sensibilidad, la máquina no se acerca a los hechos, la máquina vive de lo que tú la alimentas o de lo que ella genera a través de unos determinados algoritmos y de unas determinadas coordenadas. Entonces, ¿a favor de la inteligencia artificial?, sí, pero no como sustituto, sino como complemento o como ayudante. Es que ahora somos prescindibles... pues hagámoslo todo automáticamente y todos veremos la misma realidad.

 

Dice que el periodismo deportivo es sobre todo una vocación que exige abrir la tienda muy pronto y cerrarla muy tarde, y estar siempre al pie del cañón. Usted que es profesor y enseña a los jóvenes, ¿cree que esta frase está vigente en las nuevas generaciones?

No. Y yo lo entiendo también. Porque creo que las nuevas generaciones tienen muy claro que una cosa es el trabajo y otra cosa es el ocio y la vida. Seguramente a lo que hemos ido a parar la sociedad del bienestar ha llegado a un punto que se tiene que volver a repensar. El hecho de abrir la tienda por la mañana y cerrarla a última hora de la noche hacía que tuvieras una vida particular muy compleja. Pero tenías una cosa que era primordial, y es la vocación. Yo creo que el periodismo es un poco como un sacerdocio. Si tú no tienes vocación, dedícate a otra cosa.

El periodismo es un poco como un sacerdocio. No podemos perder la curiosidad, la vocación, la pasión, la dedicación. Este oficio no quiere reservas 

Pasión es una palabra con la que también se identifica mucho, ¿no?

Pasión evidentemente, porque si tú no tienes pasión de saber cosas... Que no tiene nada que ver con el cotilleo. Cuando hablamos de ética, que yo intento cumplirla, pero no siempre me sale, quiere decir también que, por ejemplo, a veces podías tener una exclusiva y no darla. ¿Por qué? Porque quien te la pasaba exigía unas contraprestaciones que no estabas dispuesta a pagar. ¿Verdad o mentira? Eso es gestión de periodista. Y sigo pensando que la gestión de eso te lleva mucho trabajo y mucha dedicación. No todo el mundo sabe. Sí, como un zapatero, como un hojalatero, como un carpintero, como un albañil. No me considero nadie, pero un albañil sabe cómo tiene que hacer una obra. Un carpintero sabe cómo tiene que hacer un banco. Y si haces una noticia, tienes que ser periodista. Y eso es un aprendizaje, una vocación una dedicación. Y eso significa la tienda abierta. Que después los jóvenes de hoy digan, no tenemos que trabajar tantas horas, seguramente es verdad. Como la conquista de muchos derechos sociales, como las de las mujeres, que han sido sacrificadas siempre en la prensa deportiva. Las redacciones de deportes apestaban a calzoncillos, porque las mujeres lo que hacían, era sociedad y cultura. En eso se ha ganado mucho. Una mujer puede trabajar deportes y la paternidad no solo es la madre, es el padre. Es decir, hay muchos derechos sociales que se han conquistado y estoy a favor. Ahora, no podemos perder la curiosidad, la vocación, la pasión, la dedicación, porque si no, haz otra cosa. Este oficio no quiere reservas. 

Pero esto no se puede enseñar en las facultades de periodismo…

Por lo tanto, tenemos un problema. ¿Por qué? Porque el periodismo yo creo que en las facultades se ha dejado de explicar, porque no se ha invertido en profesores. Antes el grado lo hacían teóricos. Y gente que ejercía la profesión. Y esta mezcla funcionaba. Tú encontrabas a un profesor de historia del periodismo, un profesor de semiótica, un profesor de teoría de la comunicación, pero al mismo tiempo encontrabas uno de compaginación, uno de sociedad, gente que ejercía. Y esto funcionaba. ¿Qué ha pasado con el tiempo? ¿Que hemos caducado todos? Los que hacíamos este oficio... porque nuestro modelo ya no se hace, y los teóricos, porque los teóricos, la gente, claro, se tendría que actualizar, ¿no? ¿Quizás ya no es hablar de McLuhan solo? Quizás tendríamos que empezar a hablar de Vázquez Montalbán, de Àlex Botines, de otro tipo de gente.

RAMON BESA, periodista deportivo / Foto: Montse Giralt

Nosotros no hacíamos una noticia como ahora. Nosotros hacíamos sección. Y después de sección hacíamos diario. Y, por lo tanto, tú eras copartícipe de todo aquello que salía, no solo de tu columna. Y si tu columna se había sacrificado era porque la de tu compañero era mejor. ¿Ahora qué haces? Tu pieza. ¿Por qué? Porque una de las cosas que no se ha sustituido es la redacción. La redacción es donde se cocía todo, porque tú, por ejemplo pongamos ahora un caso concreto: Camp Nou. No solo hablaba el redactor del Barça, sino el de municipal, el director, que también, claro, podría ser que hubiera ido a cenar con el alcalde, entonces el de municipal estaba con el de urbanismo, tú estabas con el presidente del Barça, el otro estaba con un jugador, y a partir de ahí salía una noticia. No es aquello de decir ahora cojo el ordenador, yo soy Hemingway y a partir de ahora... Y eso creo que es un poco lo que confunden los jóvenes hoy. Piensan que con un ordenador y con su talento conquistarán el mundo. Tú dices, bien, los hay, pero muy pocos. Son escogidos. Esto es como todo, ahora la juventud va mucho más rápido.

Los deportistas también son cada vez más jóvenes, cambia la manera de relacionarse con el público, con los medios, con la profesión

Tú ves a Lamine Yamal, con 18 años, antes esto no pasaba. Tú ves a Alcaraz, no tiene nada que ver con Rafa Nadal... pero son pocos. Se ponen como ejemplo, sí, pero llegará. Por ejemplo, Lamine Yamal, ¿todos los magrebíes pueden ser Lamine Yamal? Es muy difícil. ¿Qué es un referente? Ah, entonces ya tenemos el problema del referente. Porque, claro, si ahora resulta que tiene un comportamiento no adecuado, ya no deja de ser un referente. Entonces ya entra la moral, ¿no? Por lo tanto, los alumnos se tienen que concienciar de que esto es un oficio. Que esto lleva tiempo, que esto lleva inversión, que esto lleva muchos peajes, al mismo tiempo te lleva la plenitud, porque tú te lo pasas de coña.

¿Cómo un hijo de payés de Perafita se quiso hacer periodista?

Me gustaba estar en la plaza y me gustaba dar vueltas y me gustaba ver qué pasaba. Entonces claro, yo dije, si no quiero ser campesino, lo único que puedo hacer es ser periodista. Cuando a mí me dijeron ¿por qué periodista? Para conocer gente y conocer el mundo, por lo tanto, mi finalidad yo la he cumplido, no aspiraba ni a ser famoso, ni a tener la suerte ni el agradecimiento de mucha gente porque haya sido premiado, esto es sobrevenido y por lo tanto estoy muy agradecido, pero mi esencia cuando salgo de casa es conocer gente y conocer el mundo, por lo tanto yo he conocido a mucha gente famosa, gente extraordinaria, he hecho buenos amigos, cosa que también me ha permitido ver que cuando con el periodismo pasas de una relación de proximidad a una relación de amistad es un problema, porque entonces haces la autocensura para disimular a estos amigos o te crea muchos problemas tener un amigo, y aquí tienes que vigilar de guardar este distanciamiento para no formar parte de los hechos.

¿Cuál dirías que ha sido el momento, o qué es lo que te ha dado más satisfacción como periodista?

Haber conocido a Maradona, Cruyff, Messi, Ronaldinho, Guardiola, Van Gaal... Es decir, esto... Yo cuando salí de casa y te decían tú por qué quieres ser periodista? Para conocer mundo y conocer gente. Por eso, yo estoy contento. 

Me hice periodista para conocer mundo y conocer gente. Haber conocido a Maradona, Cruyff, Messi, Ronaldinho, Guardiola, Van Gaal es la mejor satisfacción

¿Y el momento más duro que querría olvidar?

De desengaños… Sobre todo me he equivocado muchas veces. A mí se me reconoce el rigor o cosas de estas, pero con géneros interpretativos, yo muchas veces me he equivocado con titulares o me he equivocado con el enfoque de una noticia. Desmentidos no he tenido nunca en la vida, que esto es una de las cosas que sí que me daba vergüenza. Tú antes, cuando eras periodista y te desmentían, el director te metía un mes en documentación y no volvías a escribir porque habías hecho una cagada. Ahora no, ahora mientes o lo que sea, y no pasa nada. Bien, pues eso era jodido. Otra cosa es la opinión, que tú opines diferente. Porque yo puedo opinar una cosa y tú puedes opinar otra. Después no me ha gustado la opinión, eso ya es otra historia, pero la información no. ¿Y entonces qué ha pasado? Que con géneros interpretativos como una crónica, poner un título… lo que me pasó por ejemplo con Xavi, a mí me supo muy mal. Con el título “el Barça es el bufón de Europa”. Yo entiendo que los barcelonistas estén dolidos, pero Xavi no, porque no iba dirigido a Xavi. Iba dirigido a que el Barça había tenido una decadencia tan grande que incluso perdíamos un equipo (el Shakhtar Donetsk en la fase de grupos de la Champions League 2023-44) que no tenía campo, que no tenía absolutamente nada, que era el colista. Entonces me pareció que había tocado fondo. Pero puede ser que yo titulara mal. Es posible.

Son muchos años escribiendo sobre el Barça. ¿Es complicado hacer de periodista y no formar parte de los hechos?

Yo no compito por ser muy culé. Yo no puedo disimular que tengo una proximidad culé. Porque toda la vida he sido del Barça. Ahora, yo he entendido el periodismo también como no ser una militancia que todo lo que hace el Barça está bien hecho. Porque entonces, ya formo parte de los hechos y me voy a Comunicación Corporativa y hago otra historia. Esto es lo que la gente no entiende. Si tú escribes del Barça, piensan que como el Barça te da de comer, tú tienes que escribir todo a favor del Barça. Eee, ¿qué me dice? ¿qué me está diciendo? ¿Que sabéis de toda la evolución que ha pasado en el Barça? El Barça es un club extraordinario, pero el relato periodístico ha ayudado mucho a la dimensión del Barça, no nos olvidemos. El Barça estuvo mucho tiempo sin ganar nada. Y el Barça fue el relato periodístico de gente como Manolo Vázquez Montalbán, por ejemplo, que hizo que en el Barça la gente dijera, ¿y qué tiene este club? Esto la gente a veces lo olvida. Y la prensa de Barcelona ha mantenido muchas cabeceras del Barça porque era más que un club y significaba muchas cosas. Entonces no nos olvidemos de esto, por lo tanto, no reneguemos tanto de esta gente. Personas como Quim Ragàs, Àlex Botines, Fernando Borderías, multitud de gente que ha contribuido a este mensaje. La militancia no consiste en esto de decir que todo lo que hace una junta directiva está bien hecho, sea lo que sea, simplemente porque ha salvado al club de la ruina. Claro, todo el mundo lo reconoce. Toda la gestión que ha hecho Laporta con el equipo es admirable. Ahora, decir que la gestión del Espai Barça quizás no ha ido como tenía que ir... No significa declararle la guerra a Laporta, significa que hay un punto que tú crees que está mal hecho y con algunos fichajes ha habido operaciones con las palancas que se tendrían que mirar. Ahora no, si lo haces, entonces eres malo. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Ahora haremos tribus? Los que sean del Barça solo pueden hablar bien del Barça. Entonces esto es otro tipo de periodismo.

 

¿Cómo valora la aparición de Lamine Yamal?

El fútbol aún sigue siendo algo de sorpresa, de calle. O sea, por más que haya muchos pollos de granja, que todo el mundo juegue de la misma manera y que todo el mundo busque modelos de referencia, siempre hay un jugador de calle, un jugador espontáneo, un jugador creativo imaginativo, que lo rompe todo, y ha roto todos los récords. Y eso es lo que es fascinante del fútbol, que a diferencia de muchos deportes que juegan con las manos, con los pies aún hay cosas imprevisibles.

RAMON BESA, periodista deportivo / Foto: Montse Giralt

 

Estamos cerca de que el Barça estrene el nuevo Spotify Camp Nou. ¿Qué supondrá para el Barça volver a tener un estadio moderno, nuevo?

Un salto cualitativo muy importante. Primero celebro que haya sido un estadio vinculado a la ciudad, porque seguramente recuperar todo lo que era de Mitjans, del arquitecto, hará que la gente de Barcelona se sienta orgullosa del estadio que tiene; no tendrá un estadio a las afueras, que será lo que será y por la parte social, le dará un impacto muy grande; por lo tanto muy contento y orgulloso.