El cardenal de Estados Unidos Robert Francis Prevost ha sido elegido sucesor de San Pedro este jueves, en la cuarta votación del cónclave. Y esto es importante: es el sucesor de San Pedro, no de Francisco. El nuevo pontífice tendrá que decidir qué hacer con las diferentes cuestiones que ha dejado abiertas su predecesor argentino, y tendrá que decidir qué tipo de Santo Padre quiere ser. ¿Qué retos esperan al nuevo papa León XIV? Esta es la agenda pendiente de una nueva era

Por una parte, tendrá que abordar la unidad de la Iglesia católica. Es una realidad que en los doce años de pontificado de Francisco se ha observado una Iglesia dividida en dos ramas, una más moderada y una más conservadora. Intentar unir las diferentes posiciones será estratégico para León XIV, así como continuar por el camino de la sinodalidad: el camino de construir una Iglesia en la cual todo el mundo tenga voz, aunque a muchos no les guste.

Unidad, abusos sexuales y sinodalidad

Uno de los temas más importantes es la crisis de los abusos sexuales. El papa argentino dejó muchas normas para combatirlos, pero el estadounidense tiene por delante muchas cosas por hacer y las asociaciones de víctimas piden la aplicación de estas leyes a las diócesis, más transparencia en la gestión vaticana y en los procesos, y, sobre todo, juicios e investigaciones que vayan más deprisa.

Con respecto a la sinodalidad que acabamos de mencionar, hay que recordar que Francisco cerró casi del todo tanto la opción del sacerdocio de las mujeres como del diaconato femenino. Es decir, que León XIV ahora tendrá que pensar cuál es la participación de las mujeres en la Iglesia. Esto implica recuperar, como mínimo, la posibilidad del diaconato femenino, así como la idea de conseguir una presencia más alta de las mujeres en los lugares de poder, ya que muchos colectivos de mujeres católicas no se rendirán en sus reclamaciones. Pero no será fácil, ya que muchos de los jerarcas de la Iglesia están en contra: un ejemplo es la oposición al reciente nombramiento de Simona Brambilla como prefecto del dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, del cual dependen todas las órdenes religiosas, en lugar de la opción tradicional de elegir un cardenal.

Geopolítica: China vs. EE.UU.

En la misma línea, hay todavía más crispación en la Iglesia por el documento Fiducia Supplicans, el texto publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en el cual se explicaba que se podía bendecir parejas consideradas irregulares —es decir, la bendición a las parejas homosexuales, entre otros—. Por ejemplo, la Iglesia africana se mostró contraria a este documento y pidió explicaciones al papa argentino, y ahora el papa estadounidense tendrá que responder ante los obispos de uno de los continentes donde el catolicismo sigue creciendo.

No hay que olvidar el aspecto geopolítico, sobre todo el acuerdo firmado con China durante el pontificado de Jorge Bergoglio para concordar el nombramiento de los obispos y que se ha ido renovando. Este acuerdo fue un hito para el acercamiento del Vaticano al gigante asiático y para la protección de los católicos, aunque mucha gente no acepta que Pekín tenga voz en la elección de un obispo. Entre las voces contrarias está EE.UU., que también será todo un reto para Prevost, todavía más durante la presidencia de Donald Trump. Francisco y su secretario de Estado, Pietro Parolin, dejaron clara su distancia en cuestiones como las políticas antiinmigración y los recortes a la cooperación internacional. Ahora, León XIV tendrá que decidir qué relación tendrá con su compatriota. También le tocará decidir qué hacer con el viaje a Turquía que había programado Bergoglio para conmemorar los 1.700 años del Concilio de Nicea y extender un nuevo puente ecuménico, de cara a una futura reunificación del cristianismo. Todo ello implica seguir una estrategia u otra: ¿seguir la apertura hacia el Asia y el África, o volver a Europa?

Finanzas y otras cuestiones

Finalmente, pero no más importante, está la cuestión de las finanzas. El argentino aplicó transparencia en el Vaticano, sobre todo en su banco, y ahora el estadounidense tendrá que abordar la cuestión de las arcas vacías. Eso implica una revisión de los gastos, sobre todo en un contexto en el cual las donaciones a la Iglesia han bajado considerablemente.

Más allá de los retos, surgen otras preguntas. Por ejemplo: ¿León XIV seguirá el estilo de Francisco? El argentino adoptó la sencillez y rechazó la grandilocuencia, tanto en la oratoria como en la apariencia. El estadounidense tendrá que revelar su estilo, y ya ha dado las primeras pistas: en su presentación pública, se ha dejado ver con una muceta violeta sobre el hábito blanco. Por otra parte, ¿dónde vivirá? Los papas tradicionalmente viven en el Palacio Apostólico, mientras que su predecesor decidió vivir en la Casa Santa Marta, mucho más austera. También tendrá que elegir a sus colaboradores en la Curia Romana, sobre todo su secretario de Estado. Recordemos que Francisco se rodeó del llamado C9, un consejo de nueve cardenales que lo asesoraba: ¿León XIV querrá un consejo o reinará solo? Hay muchas cuestiones sobre la mesa que conoceremos así como avance el nuevo pontificado.