El gobierno aragonés ha abandonado a dos niñas con discapacidad de la Franja porque estudian en Lleida, según han recogido en las últimas semanas medios locales como Segre. Concretamente, el ejecutivo del popular Jorge Azcón ha retirado el servicio de transporte escolar a Inés y Lira, dos niñas de 16 y 15 años de Fraga que sufren discapacidad múltiple y que desde el curso 2021-2022 van a la Escola Plançó, un centro concertado de educación especial de La Caparrella. ¿El motivo? Que se han escolarizado "voluntariamente" en un centro diferente del que les corresponde por su residencia habitual.
El hecho es que un niño de Fraga con discapacidad tiene que desplazarse 60 kilómetros para estudiar Secundaria, hasta Monzón, y pasar diez horas fuera de casa. El desplazamiento al centro de educación especial La Alegría, el único de la provincia de Huesca que ofrece formación para menores con diversidad funcional mental, supone para los alumnos coger el transporte escolar a las 8.15 horas en Fraga y volver a las 18.15 horas. Pero el de Monzón no es el más cercano, sino que el de La Caparrella está a solo 27 kilómetros, a unos 25 minutos en coche. A 33 kilómetros también está el centro Aremi, especializado en parálisis cerebral.
Una línea "innecesaria" tras la muerte de una niña
La Consejería de Educación puso en marcha en 2013 la ruta escolar 44 para llevar en taxi a niños con discapacidad del Baix Cinca desde Fraga hasta Lleida, y desde el curso 2021-2022 tenía tres usuarias: Inés y Lira, alumnas del Plançó; y Sonia, de Aremi, afectada por parálisis cerebral y que falleció en 2024. Tras la muerte de Sonia, la dirección provincial de Educación de Huesca ha considerado que "para este curso escolar la línea no es necesaria" y la ha suprimido "ante la imposibilidad de la prestación del servicio durante el curso escolar 2025-2026 por falta de alumnado". La resolución, además, establece que "no tendrá derecho" al transporte escolar "el alumnado cuya escolarización se efectúe voluntariamente en un centro diferente del que le corresponde por su residencia habitual".
Así, las familias se ven obligadas a llevar a las niñas cada mañana hasta la Caparrella y a recogerlas por la tarde. Como decíamos, es un viaje de 25 minutos en coche que, a pesar de ser un trabajazo, les permite reducir en dos horas sus ausencias en relación con la opción de Monzón. Además, las familias se niegan a cambiarlas de centro después de seis años, lamentando que no exista ningún convenio para facilitar la escolarización de alumnos de la Franja en Lleida. Con todo, han comenzado una recogida de firmas en línea para forzar al gobierno aragonés a rectificar.
