No hay constancia de ningún evento similar desde la Edad de Hielo: casi la mitad del glaciar Hektoria, situado al este de la Antártida, colapsó en poco más de dos meses en 2023, perdiendo 8,2 kilómetros de hielo, según recoge un estudio publicado este lunes en la revista Nature Geoscience. El proceso de desintegración de esta masa de hielo polar se ha producido a una velocidad diez veces superior a la media previamente documentada para un glaciar terrestre, y evidencia el peligro de subida global del nivel del mar a causa del deshielo. Los hallazgos del estudio, liderado por la Universidad de Colorado Boulder, pueden ayudar a los investigadores a identificar otros glaciares que necesiten el mismo seguimiento que tuvo Hektoria para detectar retrocesos de esta velocidad en un futuro.
El glaciar Hektoria es pequeño para los estándares antárticos — cubre un área de 296 kilómetros cuadrados, similar a la del municipio de Tremp — pero su rápido retroceso no tiene precedentes. El equipo que ha hecho el hallazgo llegó por casualidad, cuando estudiaban la zona que rodea Hektoria, mediante datos satelitales. Querían comprender por qué el hielo marino se había separado del glaciar después del colapso de una plataforma de hielo en 2002. Mientras analizaban los datos del glaciar entre febrero de 2002 y agosto de 2023, se dieron cuenta de que su superficie, que tenía unos 115 kilómetros cuadrados, se había reducido a la mitad en solo dos meses. “Cuando sobrevolamos Hektoria a principios de 2024, no podía creer la inmensidad de la zona que se había derrumbado, por más que ya había visto las imágenes del satélite, verla en persona me sorprendió”, señala una de las investigadoras, Naomi Ochwat, del Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad de Colorado (CIRES, por sus siglas en inglés).
Descansaba sobre una llanura de hielo
Buena parte de los glaciares de la Antártida son glaciares de marea, que descansan sobre el lecho marino y terminan con una lengua de hielo en el océano, que después da lugar a icebergs. La topografía bajo estos glaciares suele ser variada. Pueden asentarse sobre cañones profundos, montañas subterráneas o grandes llanuras. En el caso del Hektoria, el glaciar descansaba sobre una llanura de hielo, una zona plana de lecho rocoso por debajo del nivel del mar. Varios terremotos ocurridos bajo la llanura de hielo del Hektoria provocaron que una gran parte del glaciar flotara repentinamente, lo que dio lugar a que el hielo se desprendiera rápidamente. Al flotar, quedó expuesto a las fuerzas del océano, que abrieron grietas desde la parte inferior del glaciar, que a su vez se unieron con las grietas expuestas desde la parte superior, provocando que la mitad de la superficie se desprendiera y se rompiera.
Advertencia para el futuro
Los terremotos confirmaron que el glaciar estaba anclado a la roca, en lugar de estar flotando sobre el mar, lo cual probó tanto la presencia de la topografía típica de llanura de hielo, como que la rápida pérdida del hielo impactó directamente en la subida del nivel del mar. Este tipo de topografías se han detectado en otros glaciares de la Antártida, y esta investigación ayudará a los científicos a anticipar y pronosticar posibles desprendimientos rápidos en todo el continente. “El retroceso de Hektoria es impactante: este tipo de retroceso ultrarrápido realmente cambiaría las predicciones para otros glaciares más grandes de la Antártida. Si se dieran colapsos de estas dimensiones, se podría acelerar enormemente el aumento del nivel del mar”, ha añadido Ted Scambos, coautor del estudio y director del CIRES.
