Un total de 10.657 personas han dado apoyo con su firma a un manifiesto que rechaza el traslado de las pinturas murales conservadas en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) hacia Sixena. La iniciativa ha sido promovida por el colectivo RevolucionemNos y este miércoles el documento se ha entregado oficialmente al museo. Además, los impulsores prevén hacerlo llegar también a la UNESCO y al Departament de Cultura.
El texto cuenta con la adhesión de varias personalidades del ámbito político, cultural y social, entre las cuales hay Quim Torra, Laura Borràs, Agustí Colomines, Gonzalo Boye, Aurora Madaula, Joel Joan, Enric Majó, Enric Calpena, Blanca Serra, Llibert Férreo y Toni Albà, entre muchos otros.
Denuncian que el patrimonio está desprotegido
En el manifiesto se denuncia que el patrimonio histórico y artístico catalán se encuentra desprotegido, ya que tanto la conselleria de Cultura como el Ministerio competente han dejado de lado sus responsabilidades esenciales de custodia y preservación de las colecciones del MNAC. El texto critica de manera contundente lo que califican de "intento de Aragón de fragmentar la historia del arte catalán y de levantar un relato ficticio de aragonesismo". En este marco, recuerdan que Sixena formó parte hasta los años noventa de la diócesis de Lleida y que, dentro de la orden hospitalaria, dependía de la castellanía de Amposta.
Los firmantes también ponen el foco en el discurso que, según ellos, se ha difundido desde el mismo ayuntamiento de Sixena y desde el gobierno aragonés: unas "mentiras repetidas y construidas con intención política" que presentan Josep Gudiol y su equipo como si hubieran expoliado las obras, cuando en realidad, tal como remarcan, gracias a su trabajo hoy todavía es posible contemplar los fragmentos pictóricos en litigio.
Asimismo, el manifiesto acusa directamente a la jueza oscense de actuar sin neutralidad: "Ha dictado resoluciones reiteradamente favorables a Aragón utilizando argumentos muy discutibles e ignorando cualquier prueba presentada tanto por el gobierno catalán como por el mismo MNAC". En el tramo final, se insiste en que las condiciones de conservación, cuidado y climatización que han tenido estas pinturas en el museo barcelonés son prácticamente irreproducibles en cualquier otro emplazamiento. Por eso, califican el traslado de "aberración" y lo consideran "un insulto a la historia y una muestra clara del ensañamiento colonial que Catalunya sufre como nación".