Atenas se convirtió la semana pasada en el epicentro del debate internacional sobre el futuro de las políticas de control del tabaco. La VIII Cumbre sobre Reducción de Daños Asociados al Tabaquismo reunió expertos, responsables sanitarios para analizar como avanzar hacia un mundo con menos humo. En este contexto, Grecia es un ejemplo de regulación proporcionada y basada en evidencia científica, después de haber aprobado un marco legal que regula —y no prohíbe— los productos sin combustión alternativos al cigarrillo, como las bolsas de nicotina o los dispositivos de vapeo.

Según los últimos datos del Ministerio de Salud griego, el país ha reducido el tabaquismo un 6% entre 2021 y 2023, uno de los descensos más acelerados de la Unión Europea. Además, el comercio ilícito de cigarrillos se ha reducido un 25% en un año, un éxito que los expertos atribuyen a una regulación clara y estable.

"El Convenio de la OMS perdió el rumbo"

Uno de los momentos más destacados de la cumbre fue la intervención de Clive Bates, reconocido experto en políticas de control del tabaco y exdirector de Action on Smoking and Health (ASH) en el Reino Unido. Bates ofreció un análisis crítico del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el instrumento internacional que desde 2003 guía las políticas globales contra el tabaquismo.

Bates empezó su discurso con una afirmación contundente: "El Convenio de la OMS fue una buena idea que ha salido mal". Según él, el CMCT nació con un objetivo claro —reducir el daño del tabaquismo y su impacto sanitario, social y económico—, pero con los años ha perdido el foco. "El convenio fue creado para reducir el daño asociado al tabaco mediante impuestos más altos, prohibiciones de publicidad y apoyo a la cesación. Pero, ¿ha sido realmente efectivo?", preguntó Bates. Su respuesta fue clara: no lo suficiente.

Cinco desviaciones del camino original

Según Bates, el Convenio ha acabado centrándose en la nicotina y la adicción en lugar de hacerlo en el verdadero problema: la combustión y los riesgos sanitarios asociados. Identificó cinco grandes desviaciones respecto al objetivo original del CMCT:

  • Comparaciones de riesgo erróneas entre cigarrillos convencionales y productos alternativos.
  • Exceso de foco en la nicotina y la dependencia, en lugar del daño real.
  • Atención exclusiva a los jóvenes, sin abordar el papel de los adultos fumadores que quieren reducir riesgos.
  • Preocupación desproporcionada por la industria del tabaco, que ha bloqueado debates científicos.
  • Prohibición o limitación de alternativas de menor riesgo, que priva a los fumadores de opciones menos nocivas.

Para Bates, estas desviaciones han hecho que muchas políticas actuales sean contraproducentes. “Tenemos que entender que hay una sola gran idea: transformar el uso de la nicotina de un comportamiento de alto riesgo a uno de bajo riesgo”, insistió.

Volver a la reducción de daños

El mensaje de Bates encontró eco entre otros ponentes de la cumbre, que destacaron la necesidad de volver a centrar las políticas públicas en la reducción del daño real. En sus palabras, “prohibir no reduce el riesgo; lo desplaza hacia la ilegalidad y la desinformación”.

Varios expertos coincidieron que la OMS tendría que actualizar su marco para reconocer las innovaciones científicas y los nuevos productos de nicotina, siempre bajo control y transparencia. En países como el Reino Unido, Noruega o Grecia, este enfoque ya ha mostrado resultados medibles en salud pública.

Grecia, un modelo regulador diferente

El gobierno griego ha apostado por una estrategia de reducción de daños en lugar de un enfoque prohibicionista. En el año 2025 incorporó las bolsas de nicotina a su ley de control del tabaco, estableciendo un límite de 16 mg de nicotina por unidad, entre otras medidas para prevenir su uso por público no intencionado.

Además, permite comunicar mensajes de reducción de riesgo siempre que estén avalados por evaluaciones científicas independientes. También se han reforzado los mecanismos para evitar el acceso de menores: los vendedores están obligados a verificar la edad con documento oficial, y se imponen sanciones a quienes permita que menores recojan productos en nombre de adultos.

Este enfoque proporcional, según expertos presentes a la Cumbre, ha demostrado que regular es más efectivo que prohibir. Grecia no solo ha reducido el consumo de cigarrillos, sino que también ha conseguido frenar el mercado negro, demostrando que la transparencia y el control pueden convivir con la salud pública.

España, entre el debate y la prohibición

En contraposición, el caso español apareció en numerosas conversaciones durante la cumbre. El borrador del Real Decreto actual pretende prohibir las bolsas de nicotina, una medida que, según los expertos, podría resultar contraproducente.

El debate abierto en Atenas refleja una división creciente entre dos modelos de control del tabaquismo: el prohibicionista y el basado en la reducción de daños. Clive Bates y otros ponentes defendieron que solo este último permite avanzar hacia una auténtica transformación del consumo de nicotina. “No se trata de defender la nicotina”, concluyó Bates, “sino de reconocer que hay maneras más seguras de utilizarla. Si ignoramos esta realidad, perpetuamos el problema en lugar de solucionarlo".