Nunca en la historia había habido tantos hablantes de la lengua catalana. Más de 10 millones de personas son catalanohablantes, según los últimos datos que publicó Plataforma per la Llengua el año 2019. El idioma se habla en cuatro estados europeos: España, Francia, Italia y Andorra. El catalán, sin embargo, sólo es lengua oficial en el país andorrano.

En este sentido, que el catalán tenga más de 10 millones de hablantes y que más del 95% de la población de Catalunya afirme que entiende el idioma podrían ser unos indicadores que apuntan a una salud de hierro. Paradójicamente, en los últimos años hay varios factores que han encendido las alarmas y que ponen de manifiesto, según varios expertos, que la lengua catalana se encuentra en una situación de "emergencia lingüística".

Descenso del uso social del catalán

Una de las principales razones que explican el preocupante panorama del catalán es el declive del uso social de la lengua. En el año 2003, según el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, un 43% de la población mayor de 15 años declaraba que el catalán era su lengua habitual. El año 2018, este tanto por ciento se situaba en el 36,1%, es decir, casi siete puntos porcentuales menos.

El mismo estudio también preguntaba por los usos lingüísticos y ámbitos de uso de las lenguas. En el año 2018, los mayores de 15 años indicaban que, con los miembros del hogar, hablaban sólo catalán en un 27,2% de los casos; más catalán que castellano en un 5,6%; ambos idiomas en un 7,8%; más castellano que catalán en un 10,1% y, finalmente, sólo castellano en un 37,7%.

Otro informe revelador es la Enquesta de la Joventut 2020 del Ajuntament de Barcelona. De los jóvenes residentes en la ciudad que tienen entre 15 y 34 años, un 28,4% de ellos tienen el catalán como lengua más habitual, siete puntos porcentuales menos que el año 2015. En paralelo, eso ha comportado un incremento de aquellos que tienen como lengua habitual el castellano, pasando del 56,5% del 2015 al 62,1% actual.

El estudio también refleja que, en los barrios con una renta media más baja, el porcentaje de población que tiene el catalán como lengua más habitual es inferior al 15% (concretamente, es del 13,9%).

Falta de "protección legal"

Òscar Escuder, presidente de Plataforma per la Llengua, señala en declaraciones a ElNacional.cat que una de las principales causas que explican este retroceso del uso social de la lengua catalana es su "desprotección legal" y asevera que "esta tendencia a la baja confirma que estamos en emergencia lingüística".

"Nosotros no tenemos un Estado que proteja nuestra lengua, como en cambio pasa en países plurinacionales como Suiza, Bélgica o Canadá. En Suiza, una de las lenguas oficiales es el romanche, que hablan menos de 50.000 personas", apunta Escuder.

Sobre esta cuestión, el presidente de Plataforma per la Llengua destaca que "se nos ha querido hacer creer que el catalán es una lengua muy protegida y muy subvencionada, y eso es mentira".

Aunque Òscar Escuder admite que hay una cierta "disminución de la conciencia lingüística de la ciudadanía", apuntando que "hay encuestas que subrayan que cerca de un 80% de los catalanohablantes cambian al castellano cuando se los responde en castellano", deja bien claro que una de las razones del declive no es la ciudadanía.

Cuando el presidente de Plataforma per la Llengua hace referencia a una "falta de cobertura legal del catalán", se refiere al hecho que "en el supermercado, cuesta encontrar etiquetas en catalán; tampoco lo vemos en los electrodomésticos" y también hace alusión a la Ley del Cine y del Código de Consumo aprobadas en el Parlament hace más de una década y que "no se han aplicado y han pasado el filtro del Constitucional".

Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium Cultural, coincide en el "menosprecio por parte del Estado a la lengua catalana, somos una lengua minorizada y eso nos sitúa en emergencia". En esta línea, pone énfasis en las "agresiones constantes del Estado contra la lengua", como las sentencias del TSJC que obligan a impartir el 25% de las clases en castellano y que comprometen el modelo de inmersión lingüística.

El catalán, prácticamente desaparecido en las sentencias judiciales

Esta desprotección también se traslada, por ejemplo, al ámbito judicial. En el año 2020, se redactaron 14.455 sentencias en catalán, una cifra que representa el 7,44% del total y que baja prácticamente un punto con respecto al 2019. Este hecho preocupa al Consejo de Europa, que reclamaba este año "aplicar acciones legislativas inmediatas" para garantizar el uso de las lenguas cooficiales en terrenos como el judicial.

Otro ejemplo se puede detectar en las páginas web oficiales del Estado español. Un estudio de Plataforma per la Llengua evidenciaba que menos de un 2% de estos portales están íntegramente disponibles en catalán, aunque la lengua es cooficial.

Por otra parte, Joan Santanach, delegado del rector para la Política Lingüística y Publicaciones de la Universitat de Barcelona, cree que la expresión de "emergencia lingüística" es "muy fuerte", pero señala que la situación "no es nada buena" y que "hay síntomas de un proceso de sustitución avanzado". Este proceso sociocultural implica que una lengua dominante se impone total o parcialmente sobre otra. Es, de alguna forma, el abandono intergeneracional de una lengua en favor de otra.

Santanach también se refiere a una especie de "subordinación psicológica lingüística" por la cual "cuando una persona se nos dirige en castellano o no nos entiende, cambiamos al castellano".

La ley del audiovisual, clave

En este contexto, preocupa mucho el proyecto de ley del audiovisual que está impulsando el Gobierno. El Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC) alertaba recientemente de que este anteproyecto no reflejaba la diversidad lingüística ni cultural del Estado y emplazaba a "incorporar un porcentaje específico para las lenguas oficiales de las comunidades autónomas".

La directiva europea obliga a las plataformas a tener una cuota mínima del 30% de los contenidos de producción europea y, dentro de este porcentaje, el Estado quiere garantizar que al menos el 50% sean en lengua castellana. Al mismo tiempo, la propuesta era que, dentro de este porcentaje, el 50% de estas obras audiovisuales fueran en catalán, vasco o gallego.

De hecho, esta es una de las carpetas que los partidos independentistas han puesto encima de la mesa para poder negociar los Presupuestos Generales del Estado de 2022. Por ahora, sin embargo, desde la Moncloa dudan de que puedan llegar a un acuerdo en esta materia antes del 4 de noviembre, fecha en que se votan las enmiendas a la totalidad del proyecto de cuentas públicas del próximo año.

Òscar Escuder, presidente de Plataforma per la Llengua, considera "clave y vital" que se tengan presentes las demandas catalanas sobre la presencia de catalán en la ley audiovisual. "Si conseguimos que los contenidos en catalán en las plataformas aumenten considerablemente, iremos por el buen camino". Hoy por hoy, sin embargo, Escuder recuerda que, en 2019, Netflix sólo ofrecía cuatro películas de casi 3.000 en catalán.

"En Disney Plus, hay 39 contenidos para ver en catalán; mientras que en islandés hay 93. El islandés lo hablan unas 300.000 personas. Eso es lo que se consigue cuando un estado protege y da cobertura legal a una lengua", indica el máximo responsable de Plataforma per la Llengua.

Por su parte, Marcel Mauri también recalca la importancia de esta norma jurídica, porque "tiene que permitir mostrar la vitalidad de la lengua". Señala que es fundamental la presencia del catalán en los operadores audiovisuales, teniendo en cuenta que "estos contenidos les consumen una gran parte de la población y, especialmente, los jóvenes".

Para más inri, el vicepresidente de Òmnium Cultural pide "recuperar la musculatura" del audiovisual en lengua catalana a través, por ejemplo, de las dotaciones presupuestarias para la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals. "La CCMA es clave para generar contenidos en catalán y, al mismo tiempo, permitir la dinamización del mercado audiovisual de nuestro país". "Hay que tener en cuenta que, en el año 2010, el presupuesto de la CCMA era de 456 millones de euros. Una década después, es de 254 millones", apunta Mauri.

Perspectivas de futuro

Preguntado por el horizonte de la lengua catalana, Òscar Escuder apuesta por aplicar "políticas valientes en defensa del catalán para revertir la tendencia a la baja de su uso social". Entre estas medidas, señala el cumplimiento de leyes como la del Cine o el Código de Consumo, más "conciencia lingüística" y blindaje del catalán en los contenidos audiovisuales. Sin embargo, admite que "las medidas que se adopten no cambiarán la situación de hoy para mañana, pero cuanto antes las apliquemos, antes frenaremos esta curva de descenso del uso social del catalán".

A su vez, Marcel Mauri ve "esperanza" en el éxito que están percibiendo en campañas como las que desde Òmnium han planteado, como las parejas lingüísticas, y valora positivamente el "gran consenso del 85%" en la votación de la resolución del Debat de Política General de hace dos semanas que da apoyo al "catalán como elemento de cohesión" e insta a impulsar el Pacte Nacional per la Llengua. El texto prosperó con el apoyo de todos los partidos, excepto Vox, PP y Cs. El vicepresidente de Òmnium también pide "políticas públicas fuertes y valientes" en defensa de la lengua y opina que, "mientras Catalunya siga dentro de un Estado que desprecia el catalán, tendremos que batallar mucho para protegerlo".

El delegado del rector para la Política Lingüística y Publicaciones de la UB, Joan Santanach, sostiene que la situación "no es irreversible" y receta que "nos creamos más la importancia del catalán" ante el "riesgo de no incorporar nuevos hablantes". Para Santanach, sería fundamental impulsar herramientas como la producción de productos audiovisuales en catalán que lleguen a los adolescentes y encontrar "más vías" que impulsen la difusión de la lengua.

 

Imagen principal: Varios estudiantes se preparan para entrar en un examen de la selectividad en la Universitat de Girona. Europa Press.