Catalunya se encuentra al borde de una situación muy complicada en cuanto a la capacidad de sus vertederos. Así lo advierten los colegios de ingenieros y economistas que, en su Grupo de Trabajo Intercolegial de Residuos, han elaborado el informe "Bases para la transformación de la gestión de residuos en Catalunya", alertan de que en solo cinco años el país se quedará sin capacidad en estas infraestructuras, todo ello reclamando un cambio de modelo de recogida y tratamiento de residuos, ya que el actual está "estancado". Concretamente, proponen duplicar la capacidad de valorización energética de los residuos, con dos nuevas infraestructuras de incineración, con el objetivo de gestionar 750.000 toneladas anuales de residuos adicionales, lo que supone doblar la capacidad actual. Esta opción es especialmente relevante para los expertos teniendo en cuenta que el Idescat prevé que Catalunya alcance los 8,6 millones de habitantes en 2035, lo que supondría 4,70 millones de toneladas de residuos municipales anuales.
Un consenso muy difícil
Jordi Payet, coordinador del documento junto con Ignasi Samper, asegura que con solo dos plantas de valorización adicionales se daría seguridad al sistema de gestión con infraestructuras resilientes, flexibles y capaces de adaptarse a las fluctuaciones y cambios en la tipología de residuos. Samper asevera que se está "cerca del límite" de la capacidad de los vertederos y ve "muy difícil" tener el consenso social para abrir nuevos. Ha considerado que esto obligará a llevar residuos fuera de Catalunya, pero que la apuesta por la valorización energética con iniciativa privada es una oportunidad para flexibilizar el tratamiento de residuos. Además, ingenieros y economistas destacan que el sector de los residuos es responsable entre el 5 y el 10% de los gases de efecto invernadero y defienden que la valorización energética es una pieza clave para reducir estas emisiones.
El documento sitúa cuatro retos críticos en este ámbito: los objetivos normativos, el estancamiento del reciclaje, el incremento de la población y el agotamiento inminente de los vertederos, que solo disponen "de cinco o seis años de vida". Todos los colegios implicados alertan de que si no se actúa de manera urgente, Catalunya no podrá cumplir las directivas europeas. Por ejemplo, recuerdan que en 2035 se debe reducir en menos del 10% la cantidad de residuos enviados a vertederos y se debe aumentar la preparación para la reutilización y el reciclaje hasta un mínimo del 65% del peso.
Recogida selectiva, asignatura pendiente
Una de las grandes asignaturas pendientes de la ciudadanía de Catalunya es la recogida selectiva, uno de los puntos de mejora detectados por los expertos, además de estas dos nuevas plantas. El documento reconoce que la gestión de las recogidas es más compleja en los territorios con mayor densidad de población, y por ello, recomienda impulsar el puerta a puerta allí donde sea viable, valorar el uso de contenedores inteligentes y sistemas de bonificación, estudiar establecer tasas justas que premien la cantidad y la calidad de la separación, preparar el despliegue de un contenedor específico de residuo textil y utilizar puntos limpios como puntos de selección de voluminosos.
