Más allá de la moda, lo cierto es que este está siendo el año de la dieta del ayuno intermitente, entre otras cosas porque se han llevado a cabo diversos estudios científicos que la respaldan y son cada vez más los expertos que aconsejan su práctica para mejorar la salud en general.

Por ejemplo, esta investigación publicada en la revista Science que llevaron a cabo expertos del Instituto Nacional del Envejecimiento de Baltimore, en Estados Unidos concluyó que “las intervenciones dietéticas que van acompañadas de largos períodos de ayuno han surgido como estrategias prometedoras para abordar una gran variedad de parámetros clínicos que constituyen la base del síndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer e incluso las enfermedades neurodegenerativas”.

Cocinando carne (1)

Se pueden poner en marcha diferentes tipos de ayuno intermitente, aunque el que más fama ha conseguido en los últimos años es del ayuno intermitente que consiste en combinar unos periodos de abstinencia (en los que se pueden tomar líquidos como caldos, aguas e infusiones) que pueden durar horas o días con otros de ingesta de alimentos. Los más seguidos son los 16:8, que consiste en mantenerse 16 horas en ayunas (coincidiendo principalmente por la noche) y comer en las 8 restantes; el de 24 horas, que consiste en realizar una sola comida al día. O el de días alternos, que consiste en comer un día si y otro no.  Se debe realizar siguiendo unas pautas, porque puede provocar mareos, dolor de cabeza o estreñimiento.

Eso sí, no vale saltarse cualquier comida. El ciclo circadiano de las personas regula cómo se metaboliza la comida que se ingiere, por lo tanto, el hecho de quemar grasas o carbohidratos cambia según la hora del día o de la noche. El reloj biológico humano generalmente está programado para quemar grasa mientras se duerme, por lo que el hecho de saltarse el desayuno o la cena por la noche tiene consecuencias distintas.

Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, demostró que, para aquellos que quieran seguir el ayuno intermitente con el objetivo de perder grasa, es mejor saltarse la cena en lugar del desayuno. Porque el momento de las comidas en el ciclo día/noche es un factor más a tener en cuenta y afecta en cómo el cuerpo almacena y quema la grasa.

Verduras (1)

Según la investigación, a los participantes que intervinieron se les ofreció la misma cantidad de alimentos y el mismo tipo con los mismos niveles de actividad. Pero cuando se dejaba de comer a unas horas más tempranas por la tarde y no se ingería alimentos hasta la mañana, los participantes experimentaron una menor pérdida de grasa en comparación con los que comían hasta horas más tardías por la noche y no volvían a comer hasta el mediodía.