Cuando llega el verano, la piscina es una de las mejores formas de combatir el calor, tanto para niños como para adultos. Pero uno de los grandes problemas que presentan son las frecuentes infecciones. Por eso hay que tomar una serie de medidas para prevenir el contagio. Todos los años suelen ser las mismas patologías, a las que este verano hay que añadir el coronavirus. Basta con tomar una serie de precauciones para no tener problemas y poder disfrutar de los baños sin tener que sufrir después las consecuencias de una posible infección.

Los hongos

Son los causantes del llamado pie de atleta, la infección más común en verano. Se extiende por los dedos de los pies y tiene una mayor prevalencia en adultos que en niños.

El papiloma plantar

Lo causa el virus del papiloma humano (VPH) y provoca una serie de verrugas en las plantas de los pies que forman raíces que crecen hacia el interior, pudiendo resultar dolorosas con el paso del tiempo.
Pies piscina

Las piscinas son un importante foco de infecciones

La otitis de piscina

Puede ser causada por diferentes gérmenes y hongos y llega a producir un dolor muy agudo por la inflamación del canal auditivo. Además, si no se trata adecuadamente, puede derivar en una dolencia más grave.

Candidiasis

Es una infección vaginal, producida por el hongo Candida, que además se ve agravada por humedad constante del bañador y del uso de la toalla.

Pitiriasis

Es otro tipo de infección micótica que afecta a la piel. En este caso, provoca manchas, que pueden ser blancas o marrones, y que resultan especialmente llamativas en verano.

Los mejores consejos para prevenir estas infecciones son los siguientes:

  • Mantener la piel seca al salir del agua e hidratada
  • Mantener las uñas cortas, secas y limpias
  • Utilizar chanclas o algún otro tipo de calzado al salir del agua
  • No pisar descalzo los bordes de las piscinas
  • No compartir calzado ni toallas
  • Utilizar ropa de algodón que transpire bien
  • Hacer uso de aerosoles o polvos antimicóticos
  • Evitar el uso de uñas artificiales y disminuir el uso del esmalte
  • Secar el sudor con frecuencia para evitar la humedad en la piel

Buceo

Mantener la piel seca es fundamental para evitar infecciones

En el caso de que se produzcan las infecciones, hay que actuar rápido. En las infecciones por hongos en los pies, por ejemplo, los primeros síntomas son la aparición de erupciones cutáneas escamosas. Suelen picar mucho y se escaman. Si están muy avanzadas, pueden producirse ampollas y úlceras y hay que tratarlos porque pueden extenderse a otras zonas del cuerpo. Generalmente, se emplean fármacos llamados antifúngicos que pueden eliminarlos directamente o reducir el pH de la piel de esta zona para frenar su crecimiento.

En lo que se refiere al papiloma plantar, este suele manifestarse con un pequeño bulto en el pie de carácter rugoso que forma una piel dura y engrosada. Pueden aparecer puntos negros y suele crecer hacia dentro, como decíamos anteriormente. Hay que evitar tocarlos, rascarse, o rasparlos con limas, porque es contraproducente y puede extenderse a otras zonas. En la candidiasis suele producirse escozor y molestias al orinar.

En cualquier caso, el mejor consejo es acudir siempre al especialista para que prescriba el tratamiento más adecuado tras verificar de qué tipo de infección se trata.