Científicos de la Universidad Harvard han identificado una nueva vía prometedora para explicar y tratar el Alzhéimer, según un estudio publicado en la revista Nature este miércoles. El hecho es que hace tiempo que los neurocientíficos se preguntan cuál es la primera chispa que enciende la enfermedad, o por qué hay personas con cambios cerebrales similares a los del Alzhéimer nunca desarrollan demencia... y ahora los investigadores de Estados Unidos pueden haber encontrado una respuesta: la falta de litio en el cerebro, proporcionando así una nueva teoría de la enfermedad y una nueva estrategia para el diagnóstico precoz, la prevención y el tratamiento.

Se trata de la primera vez que se demuestra que el litio se produce de manera natural en el cerebro, que lo protege de la neurodegeneración y que mantiene la función de las principales células cerebrales. Los hallazgos se basan en una serie de experimentos en ratones durante los últimos diez años, así como en análisis de tejido cerebral humano y muestras de sangre de individuos en varias etapas de la salud cognitiva. De esta manera, los científicos de Harvard han descubierto que la pérdida de litio en el cerebro humano es uno de los primeros cambios que conducen al Alzhéimer, mientras que en ratones aceleró la enfermedad y el deterioro de la memoria. Esta reducción de litio provenía de la unión en las placas amiloides y del deterioro de la absorción en el cerebro, cosas que se pueden evitar con un nuevo compuesto de litio, según han observado los investigadores en el estudio con ratones.

Compuestos de litio para tratar la enfermedad

Hay que saber que el Alzhéimer implica una serie de anomalías cerebrales, como agrupaciones de la proteína beta amiloide, líos neurofibrilares de la proteína Tau y pérdida de una proteína protectora denominada REST. Desgraciadamente, ninguna de estas anomalías explican la historia de la enfermedad, ya que hay personas que las sufren y no muestran ningún signo de deterioro cognitivo. De hecho, hay tratamientos desarrollados recientemente que se dirigen a la meta amiloide que no revierten la pérdida de memoria y solo reducen la tasa de deterioro. Sea como sea, los autores del estudio insisten en la idea de que el litio podría ser el eslabón que faltaba. "La idea de que la deficiencia de litio podría ser una causa del Alzhéimer es nueva y sugiere un enfoque terapéutico diferente", ha dicho el autor principal, Bruce Yankner, profesor en el Instituto Blavatnik de Harvard —que en los 90 demostró por primera vez que la beta amiloide es tóxica—.

En este punto, la investigación genera esperanzas para que algún día se utilice el litio para tratar la enfermedad, en vez de centrarse en la beta amiloide o la proteína Tau. Y es que uno de los principales descubrimientos es que, a medida que la beta amiloide empieza a formar depósitos en las primeras etapas de la demencia —en humanos y en ratones—, se une al litio y reduce sus niveles en el cerebro. Como ya hemos mencionado, los niveles bajos de litio dan lugar a la pérdida de memoria en ratones. Sabiendo eso, los autores identificaron una especie de compuestos de litio que pueden evadir la captura de la beta amiloide —principalmente, orotato de litio—, y que en ratones revirtió la enfermedad, previno el daño en las células cerebrales y restauró la memoria.

Alzhéimer en ratones, niveles litio y beta amiloide / Laboratori Yankner
En la fila superior, se ve como la falta de litio aumenta la beta amiloide en los cerebros de los ratones (de izquierda a derecha); en la inferior, lo mismo con la proteína Tau / Laboratorio Yankner

Los científicos remarcan que los hallazgos se tienen que confirmar en humanos con ensayos clínicos, aunque ya sugieren que medir los niveles de litio podría ayudar a detectar al Alzhéimer temprano y que hay que probar los compuestos tanto para el tratamiento como para la prevención. La realidad es que ya hay compuestos de litio que se utilizan para el trastorno bipolar y el trastorno depresión mayor, pero se administran en concentraciones tan altas que pueden ser tóxicas (sobre todo, en personas mayores). El equipo de Harvard ha descubierto que el orotato de litio es eficaz en milésima parte de las dosis utilizadas hasta ahora, ya que los ratones no mostraron ninguna evidencia de toxicidad. Hay que ir con cuidado a la hora de extrapolar a partir de modelos de ratón, y nunca se sabe hasta que no lo pruebas en un ensayo clínico controlado en humanos. Sin embargo, hasta ahora, los resultados son alentadores", ha celebrado Yankner.

El equipo de Harvard accedió a un banco de tejido cerebral humano para medir los niveles de unos treinta metales diferentes en personas cognitivamente sanas y con Alzhéimer avanzado, y el litio fue el único metal con una diferencia marcada entre los dos grupos: alto en los tejidos sanos y bajos en los deteriorados. Esta observación coincidía con estudios poblacionales anteriores, que mostraban que los niveles más altos de litio en el medio ambiente —también en el agua potable— se asociaban con tasas más bajas de demencia. Ahora, veían cómo este metal juega un papel esencial en la fisiología cerebral: "El litio resulta ser como otros nutrientes que obtenemos del medio ambiente, como el hierro y la vitamina C. Es la primera vez que alguien demuestra que existe a un nivel natural que tiene un significado biológico sin administrarlo como fármaco". Así, los científicos quisieron ir más allá y demostrar en ratones que la falta de litio está relacionada con la enfermedad y que, además, la impulsa.

Los efectos del litio: "No he visto nada parecido"

Los investigadores alimentaron ratones sanos con una dieta baja en litio y vieron cómo se aceleraba el proceso de envejecimiento, con inflamación cerebral, pérdida de conexiones sinápticas y deterioro cognitivo. En los ratones con Alzheimer, la falta de litio aceleró drásticamente la formación de placas de beta amiloide y activó células inflamatorias en el cerebro, que también causa la pérdida de sinapsis e impulsa tanto el deterioro cognitivo como la pérdida de memoria. Además, los experimentos revelaron que el litio alteraba la actividad de nada que se sabe que aumentan o disminuyen el riesgo de Alzheimer, como el ApoE.

En esta línea, la administración de orotato de litio en los ratones revirtió el daño relacionado con la enfermedad y restauró la función de memoria, incluso en ratones mayores y con enfermedad avanzada. También hay que destacar que los niveles estables de litio previno la aparición del Alzhéimer, hecho que confirma que el litio alimenta el proceso de la enfermedad. "Lo que más me impresiona del litio es el efecto generalizado que tiene sobre las diversas manifestaciones del Alzhéimer. Realmente, no he visto nada parecido en todos mis años trabajando en esta enfermedad", ha dicho el autor principal del estudio.

El litio, una vía esperanzadora contra el Alzhéimer

Ya hemos dicho que hay compuestos de litio que pueden ser tóxicos, y ahora la nueva investigación explica por qué: la beta amiloide los secuestra antes de que puedan funcionar. Pero el orotato de litio puede evitarla, con dosis muy bajas: "Uno de los hallazgos más impactantes fue que hay haber efectos profundos con esta dosis exquisitamente baja". Otros investigadores pueden ahora buscar más compuestos que evadan el amiloide y que puedan ser, incluso, más eficaces.

Los investigadores creen que la detección de litio mediante análisis de sangre rutinarios podría servir algún día para identificar a las personas con riesgo de Alzheimer, que al mismo tiempo se beneficiarían de un tratamiento para prevenir o retrasar la enfermedad. Ahora bien, Yankner advierte que nadie tendría que tomar compuestos de litio por su cuenta, a pesar del optimismo con el orotato de litio. "Mi esperanza es que el litio haga alguna cosa más fundamental que las terapias antiamiloides o anti-Tau, no solo disminuyendo sino también revirtiendo el deterioro cognitivo y mejorando la vida de los pacientes", ha concluido.