Gran avance contra el cáncer. Un equipo de científicos de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) ha conseguido que el cuerpo produzca sus propias células contra la enfermedad, según el estudio publicado por la revista Science este jueves. Concretamente, nos referimos a las células CAR-T, consideradas el futuro en la lucha contra el cáncer. En febrero, por ejemplo, fue famoso el caso de una chica que suma 18 años con la enfermedad en remisión después de una terapia CAR-T.
Se trata de células modificadas genéticamente conocidas como células T del receptor de antígeno quimérico (CAR-T), que los científicos estudian como tratamientos para enfermedades autoinmunes. El problema es que, para fabricarlas, hace falta recolectar y transformar las células inmunitarias de una persona, y eso puede tardar demasiado tiempo —hasta el punto que los pacientes a veces mueren antes de que la terapia esté a punto—. Pero el nuevo método desarrollado por los científicos de la Universidad de Pensilvania induce el cuerpo del paciente a producir sus propias células CAR-T —a partir de la tecnología de ARN mensajero (ARNm) que ya se utilizó en algunas vacunas contra la covid-19—, cosa que podría reducir el tiempo de espera para el tratamiento y su enorme coste.
El tratamiento se obtiene mucho antes
Para crear células CAR-T, los científicos diseñan una especie de glóbulos blancos o linfocitos conocidos como células T para lucir una proteína en su superficie. Se trata de la CAR, que los investigadores diseñan para reconocer una proteína específica de otros tipos de células. Una vez devueltas al cuerpo del paciente, las células CAR-T se dispersan y destruyen las células que llevan su proteína diana —es decir, las cancerígenas—. Entre que se obtienen las células y se devuelven en la sangre, pueden pasar semanas o, incluso, meses. Un tiempo que algunos pacientes con cáncer no tienen.
A partir de aquí, los científicos han desarrollado unas inyecciones que administran cápsulas microscópicas hechas de lípidos y cargadas de ARNm. Los lípidos se dirigen a las células T, mientras que el ARNm codifica un CAR. Cuando los investigadores inyectaron estas partículas en ratones, las células T que llevaban el receptor abundaron en la sangre, el bazo y los ganglios linfáticos en menos de tres horas, cosa que indica que el ARNm funcionó como esperaban. Además, evaluaron las capacidades de destrucción del cáncer de las células CAR-T inducidas en ratones portadores de tumores humanos: con la dosis más alta, los tumores disminuyeron rápidamente y casi desaparecieron en tres días.
Un método disponible de fábrica
"Podemos suministrar el ARNm de manera eficiente a los linfocitos T del cuerpo, cosa que les permitirá convertirse en linfocitos CAR-T eficaces", han afirmado los científicos, que aseguran que este método podría estar disponible de fábrica. Es decir, que los pacientes lo recibirían inmediatamente y no tendrían que enviar sus células para la ingeniería. No se ha hablado de un cálculo de costes, pero sí que se sabe que sería más barato que la fabricación estándar de CAR-T, que puede costar en torno a un millón de dólares por dosis. Además, se ahorraría la quimioterapia a los pacientes, que ahora es un requisito previo para tratamiento con CAR-T de laboratorio.
"Todavía está para ver si será terapéuticamente activo a un nivel no tóxico", reconocen los científicos, ya que un mono del estudio enfermó de manera grave de la misma manera que algunos pacientes tratados con CAR-T lo hacen. En definitiva, que una de las principales incógnitas del método con ARNm es este efecto secundario, y por eso estamos pendientes de reensayos.