Los sanitarios han calificado de situación muy grave el caso de los más de dos millones de mascarillas defectuosas que ha tenido que retirar el Gobierno y que ya estaban repartidas por centros de todas las Comunidades. Desde el Consejo General de Enfermería se ha confirmado que estas mascarillas llegaron el 7 de abril y los profesionales han estado diez días usándolas, confiando en que estaban protegidos cuando realmente no era así

A esto se une que los profesionales siguen denunciando que no tienen material de protección suficiente y que lo que hay que lo tienen que reutilizar durante entre tres y cinco días, y que se siguen fabricando batas con bolsas de basura.  Sin duda, esta puede ser una de las principales razones por la que los contagios de los profesionales se siguen disparando, tal y como ponen de manifiesto los datos del Ministerio de Sanidad que reconocen 29.467 profesionales infectados, lo que supone ya el 15,67% de los casos confirmados en España.


Los expertos se quejan de que la gestión “que está llevando a cabo el Gobierno es caótica y absolutamente descoordinada”. Después de tener que esperar semanas para empezar a recibir material de seguridad ahora resulta que parte del que ha llegado es defectuoso y no cumple con las garantías necesarias.

En este sentido, han pedido al Ministerio de Sanidad que profesionalice de una vez por todas la gestión de la pandemia, impulsando una coordinación real y contando con los representantes de profesionales sanitarios para que se puedan adoptar las decisiones necesarias en base a la realidad existente en los hospitales y centros sanitarios. 

Son muchos los centros sanitarios que siguen sin disponer de todo el material de seguridad necesario para poder prestar la asistencia sanitaria sin necesidad de jugarse la vida. Todavía hay miles de profesionales que no tienen trajes EPI adecuados, mascarillas FFP2 o FFP3, batas impermeables, protecciones oculares adecuadas, guantes… 


Tampoco hay tests para todos los profesionales sanitarios y, por tanto, en muchos casos no tienen posibilidad de confirmar si realmente están contagiados o no, con el riesgo que esto supone para ellos, para sus familiares y para los pacientes. Su petición es que se proteja a los profesionales sanitarios como es debido, reconociendo una protección de máximos en los protocolos, dotando del número y calidad necesarios los equipos de protección individual, no recomendando su reutilización y realizando test masivos a los profesionales que están en primera línea combatiendo esta emergencia sanitaria.