Desde que la Organización Mundial de la Salud publicó un informe para Europa en el que destacaba que las dietas mediterránea y nórdica son muy recomendables para la salud –porque previenen las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la obesidad y la inflamación crónica–, estos dos estilos de alimentación han disparado el interés de los científicos en todo el mundo.

Las dos dietas tienen muchas similitudes, aunque quizá lo que más le diferencia es el tipo de aceite que se usa para cocinar. Mientras que en la mediterránea se utiliza el de oliva, en la nórdica el más común es el aceite de canola. Este es, sin duda, uno de los puntos más conflictivos de la dieta, porque esta clase de aceite procede del de colza, pero mejorado en su origen para bajar la concentración de determinados componentes menos saludables como el ácido eurícico y los glucosinolatos. Se obtiene de las semillas molidas de las plantas de canola. En la comunidad científica había una cierta controversia acerca de la idoneidad de este aceite, pero en los últimos años la mayor parte de las investigaciones han concluido que su bajo contenido en grasas saturadas y alto en grasas monoinsaturadas saludables, y el hecho de que presenta una alta concentración de ácido alfa-linolénico –un omega-3 muy beneficioso–, le convierte en un alimento recomendable.

Si eres de los que quiere apuntarse a la dieta nórdica, propia de países como Dinamarca, Finlandia, Noruega, Islandia, Suecia y Groenlandia y comprobar de primera mano sus beneficios para la salud, además del aceite de canola, ten en cuenta estos consejos y haz una nueva lista de la compra.

En primer lugar, estas son las bases de esta dieta: aumentar el consumo de frutas, verduras y alimentos de temporada. Y si es posible, ecológicos. Tomar más granos enteros integrales, más pescado, menos carne y muy pocos alimentos azucarados y procesados.

1. Harinas integrales

Olvídate del pan blanco. Piensa en los oscuros y densos panes del norte, ricos en fibra y repletos de hidratos de carbono complejos de gran calidad. Están llenos de vitaminas, minerales y antioxidantes muy beneficiosos para la salud. Un ejemplo es el Rugbrod, pan de centeno danés elaborado a partir de masa madre.

2. Frutos rojos

A los nórdicos les encantan los frutos rojos, que tienen grandes beneficios para el sistema circulatorio, manteniendo las arterias sanas y disminuyendo la presión arterial.

3. Pescados ricos en grasa saludable

El salmón, las sardinas, el atún blanco… son pescados ricos en omega-3 que reducen la inflamación crónica de los tejidos, mejoran la capacidad cognitiva y previenen las enfermedades cardiovasculares.

4. Verduras de raíz y tubérculos

Incluye en tu dieta una gran cantidad de verduras como las zanahorias, las chirivías o las remolachas, pues tienen un alto porcentaje de fibra y ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.

5. Nueces y semillas

Al igual que sucede en la dieta mediterránea, las nueces son un alimento muy importante en la nórdica. Son ricas en zinc, cobre, potasio, vitamina E, niacina, antioxidantes y grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas.

6. Legumbres

Hay que incluir legumbres por lo menos tres veces a la semana en la alimentación. Proporcionan proteínas de alta calidad y son ricas en nutrientes como la riboflavina, la vitamina B6, calcio, zinc y hierro.