Internet y las redes sociales han creado un nuevo hábito en millones de personas alrededor del mundo: el consumo compulsivo de información. No es una cuestión nueva, hace tiempo que se habla de ello, pero ahora ha aparecido un estudio en el que investigadores del Instituto de Neurociencia Helen Wills y la Escuela de Negocios Haas, en la Universidad de California, Berkeley, concluyen que la búsqueda de información genera unos mecanismos neuronales parecidos a los que se originan en el cerebro cuando se pretende generar más ingresos. 

El trabajo aparece en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y los expertos explican que han tratado de responder a las preguntas de por qué la gente busca información y, en segundo lugar, si se puede apreciar científicamente la curiosidad dentro del cerebro.

Información y dinero

Para llevar a cabo la investigación, comenzaron proponiendo a los participantes una serie de loterías para que tuvieran que decidir cuánto dinero querían invertir y descubrir más información sobre las probabilidades de ganar. Algunas loterías ofrecían información importante, mientras que otras contenían muy pocos datos.

La mayoría de los participantes hicieron elecciones lógicas, considerando el valor económico de cada lotería. Sin embargo, cuando había más dinero en juego, la curiosidad de la gente sobre la información aumentaba, incluso cuando esa información no era útil para tomar decisiones de juego. Es decir, a la motivación económica se sumaban unos impulsos psicológicos surgidos ​​desde la curiosidad que provocaban que las personas buscaran información no solo por los beneficios que pudieran reportar, sino también por la curiosidad de saber más.

Esto que puede parecer una perogrullada, científicamente es interesante, porque mientras participaban en la prueba se les realizó un escáner en el que se pudo comprobar cómo el acceso a la información durante el juego activaba el cuerpo estriado y la corteza prefrontal ventromedial, dos regiones cerebrales involucradas en el circuito de recompensa del cerebro. Estas áreas también responden al dinero, los alimentos y las drogas recreativas, y producen dopamina, una hormona que desempeña un papel clave en la dirección de la motivación. 

Según los científicos, “se ha podido demostrar por primera vez la existencia de un código neuronal común para la información y el dinero, que abre la puerta a una serie de preguntas interesantes sobre cómo las personas consumen y, en ocasiones, consumen en exceso la información”. Es decir, que la adición a la información es un hecho y la información en sí es una recompensa para el cerebro humano. “Mientras que, a lo largo del pasado, la raza humana buscó con avidez información para maximizar las probabilidades de supervivencia, el acceso fácil a información inútil puede llevar a una sobrecarga”, explican.

O lo que es lo mismo, nos ocurre igual que con la comida basura, o las compras compulsivas de objetos que no necesitamos. En este caso no podemos dejar de mirar el teléfono móvil para acceder a notificaciones, mensajes, noticias, ya sea útil o no para nuestro quehacer diario.