Entre las muchas recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud realiza cada año para mejorar nuestra salud y bienestar, una de ellas ha calado en nuestra sociedad. La de caminar 10.000 pasos al día. Son muchas las personas que toman esta referencia en su día a día y en su práctica de ejercicio, sobre todo desde que existen las pulseras que miden los pasos y otros datos funcionales como las constantes vitales o las calorías quemadas.

Aunque no está de más tener una referencia que nos motive a realizar ejercicio, una investigación de la Universidad Brigham Young (EE.UU.) sugiere que para los que están tratando de prevenir el aumento de peso, ningún número de pasos por sí solo es válido.

Pareja andando

El estudio

Los expertos analizaron a 120 mujeres estudiantes de primer año durante sus primeros seis meses de universidad mientras participaban en un experimento para contar sus pasos. Las participantes caminaron 10.000, 12.500 o 15.000 pasos al día, seis días a la semana durante 24 semanas, mientras que los investigadores registraban al mismo tiempo su ingesta calórica y la variación de peso. El objetivo era evaluar si exceder progresivamente el recuento de pasos recomendado de 10.000 pasos por día (en incrementos del 25%) minimizaría el aumento de peso y grasa en los estudiantes universitarios de primer año.

Los resultados mostraron que incluso los estudiantes que caminaron más de 15.000 pasos, experimentaron un aumento de peso. En concreto, ganaron de media alrededor de 1,5 kg, que es bastante común durante el primer año académico de la universidad, según estudios anteriores. La investigación demuestra que el ejercicio por sí solo no siempre es la forma más efectiva de perder peso. De hecho, los estudiantes que llevaban los podómetros las 24 horas del día caminaban, aproximadamente de media, 9.600 pasos por día antes del estudio.

Al final de la investigación, los participantes del grupo de los 10.000 pasos registraron alrededor de 11.000 pasos, los del grupo de 12.500, 13,000 pasos, y los del grupo de 15.000, aproximadamente 14.500 pasos por día. Pero el peso aumentó de media en todos ellos, por lo tanto no se vio afectado en función del número de pasos.

Hombre andando

Eso sí, hubo un impacto positivo en los patrones de actividad física, lo que sin duda tiene otros beneficios. El tiempo sedentario se redujo drásticamente, sobre todo en los dos últimos grupos. En concreto, en el grupo de 15.000 pasos, el tiempo sedentario disminuyó hasta 77 minutos al día. De esta forma, aunque la variación en el peso no sea tan importante como para tenerla en cuenta a la hora de hacer un plan para alcanzar el peso ideal, sí que debe tenerse en cuenta la recomendación de la OMS para la adopción de un estilo de vida saludable, que también es muy necesario en la sociedad en la que vivimos, donde el sedentarismo es un problema de salud de primer orden, sobre todo en las poblaciones más jóvenes como es el caso de los universitarios.