La trama que envuelve la figura de Jeffrey Epstein está plagada de personajes muy relevantes (desde Donald Trump al ya expresidente Andrés de Inglaterra) de todo el mundo, pero en las últimas horas hay que añadir una nueva figura, que sorprende por inesperada: Ana Obregón, una de las personas que ha ocupado más titulares en la prensa rosa del Estado. En un extenso reportaje sobre el empresario y que se suicidó en 2019, condenado por delitos sexuales, también contra chicas menores de edad, el prestigioso diario The New York Times publica detalles muy relevantes sobre la relación de estas dos personas. Se conocieron por unos amigos en común durante la década de los ochenta, con quien tuvo una relación esporádica: no fueron pareja, pero sí que forjaron una gran amistad. Los periodistas que investigan los orígenes de la fortuna de este depredador sexual han situado como uno de los puntos más importantes en su enriquecimiento la relación con Obregón, que entonces ya había debutado como actriz y se la relacionaba con Miguel Bosé. Todavía faltaban años para que se juntara con Alessandro Lecquio.
Durante su relación con Obregón, la familia de ella, entre otros, le pidieron ayuda, según el diario, para recuperar el dinero que habían invertido en una empresa, que acabó quebrando. Epstein medió para que un amigo suyo y exfiscal federal, Bob Gold, se implicara en la gestión y finalmente "encontraron" el dinero en una sucursal en las islas Caimán de un banco de Canadá. Con el problema resuelto, "Epstein recibió una generosa recompensa por haber encontrado ese dinero", explican. Ese dinero y una estafa a un empresario, Michel Stroll, lo convirtieron en un millonario cada vez más poderoso, según *The New York Times* a partir del testimonio del exfiscal. A partir de su investigación, el diario también ha encontrado diversos trapicheos del pederasta condenado, que con el paso de los años fue ganando más poder e influencia en la sociedad norteamericana, también a partir de su relación con Ghislaine Maxwell, encarcelada acusada de pederasta.
"Me repugna haber sido su amiga"
Antes de publicar el libro sobre la muerte de su hijo Aless, Obregón publicó en 2012, cuando el escándalo aún no había estallado y el concepto "la isla de Epstein" no había aparecido en documentales de Netflix, una autobiografía donde definía al pederasta como su "ángel de la guarda en Nueva York" y hablaba de "Jeff" como el "hombre perfecto del que nunca me enamoré". Con todo, en el prestigioso diario neoyorquino aseguran que Obregón habría sido "el amor de su vida" y la trataba como si fuera su protegida: le enviaba una limusina para llevarla de su casa a su escuela de interpretación. Este martes, tras el revuelo generado por el reportaje, la exactriz y expresentadora ha asistido como colaboradora al programa Y ahora Sonsóles donde ha querido decir la suya: ha negado que tuvieran una relación sentimental, pero ha reconocido la amistad y ha explicado cómo reaccionó al saber la vida de Epstein tras perder el contacto: "Me repugna haber sido su amiga", lamentando que se la pueda relacionar con un "depravado de esta magnitud".