La primera reunión de los vocales progresistas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para estudiar una dimisión en bloque acabó con una apuesta por seguir pensando esta decisión en los próximos días. El encuentro se produjo este viernes, después de que una primera vocal, Concepción Sáez diera un paso adelante en los últimos días y dimitiera de su cargo para denunciar la situación "insostenible" en que se encuentra la institución. Durante el encuentro del viernes se debatió la posibilidad de seguir su ejemplo y dimitir en bloque: cada uno tendrá que comunicar su decisión de manera individual, pero consensuada, para dejar sin cuórum el Poder Judicial después de años en una situación de bloqueo: su mandato expiró en el 2018 y desde entonces, más de cuatro años después, no se ha conseguido renovar.

En la reunión participaron al presidente del CGPJ, Rafael Mozo y los vocales Clara Matínez, Álvaro Cuesta y de manera telemática Pilar Sepúlveda. Sáez también estuvo presente y recibió el apoyo de sus compañeros. Con todo, no pudieron ir los tres vocales restantes, imprescindibles para la dimisión en bloque. Estos son Mar Cabrejas, Roser Bach y Enrique Lucas. Ante su ausencia han apostado por tronarse a encontrar la próxima semana y decidir entonces cuál es su siguiente paso, ya que ahora mismo, existen dudas jurídicas sobre cuáles serán las repercusiones de su decisión. Mozo tiene un papel clave, como presidente de la institución, ya que tendría que ser el último a renunciar, después de aceptar las dimisiones de sus compañeros.

Como mínimo, 8 dimisiones

De momento, sin embargo, y a la espera de ver que deciden los progresistas en las próximas reuniones, la única que ha presentado oficialmente su dimisión es Sáez y si Mozo atiende su petición de Sáez en el próximo pleno del 30 de marzo, eso implicaría decantar la balanza ideológica dentro del órgano a favor del conservadurismo. La marcha de la vocal dejaría 10 miembros propuestos por el PP y solo 7 progresistas (1 por el PNV y 6 por el PSOE), así como tres de los veintiún asientos vacantes, a consecuencia de la muerte de una vocal y la jubilación de otro en el tiempo que hace que el órgano se encuentra en funciones. Además, independientemente de si dimite o no, se espera que el presidente Mozo, también del ala progresista, se jubile el año que viene. Por otro lado, asociaciones como Jueces por la Democracia hace tiempo que presionan a los progresistas para que dimitan, tal como ahora se plantean, y forzar así la renovación del órgano.

Con este escenario, si no se trata de una dimisión en bloque, esta resultará del todo inútil, ya que dejará a los conservadores en una posición con todavía más superioridad que el actual. Así, como mínimo 8 vocales tienen que dimitir de manera individual pero consensuada. La gran duda es si en estas próximas reuniones conseguirán llegar a un acuerdo, ya que no todos los progresistas tienen la misma predisposición a dimitir y abandonar el Consejo General del Poder Judicial.