Mañana a las dos del mediodía es la fecha límite en el Congreso de los Diputados. No solo Junts, la CUP o los partidos de la derecha ya han anunciado enmiendas a la totalidad a los presupuestos del Estado. También se plantean esta posibilidad los considerados "socios prioritarios" de La Moncloa, ERC y el PNV. A pesar de este contexto adverso, a una semana del debate a la totalidad en la cámara baja, el presidente Pedro Sánchez ha esquivado las demandas que hacen estos grupos y se ha limitado a pedir al conjunto de la cámara que los faciliten por "responsabilidad" en un momento como este. Los teléfonos de los grupos parlamentarios, sin embargo, no paran de sonar durante el día de hoy.

Los partidos independentistas catalanes, de hecho, lo han intentado. ERC ya tiene redactada su enmienda a la totalidad, según aseguran fuentes parlamentarias, y están a la espera de si hay o no algún tipo de compromiso, en terrenos como la ley audiovisual. También Junts había decidido en ejecutiva extraordinaria esperar a ver si podían arrancar algo o no. Habían puesto encima de la mesa cinco condiciones, entre ellas el blindaje del catalán en el audiovisual o el traspaso de Rodalies. Ante la falta de respuestas, esta misma tarde han registrado la enmienda a la totalidad, instantes después de que lo anunciara la CUP.

Pero, en rueda de prensa al lado del primer ministro portugués António Costa, el presidente español ha esquivado las peticiones que hacen ERC y el PNV. Preguntado sobre la cuestión, Pedro Sánchez ha insistido en pedir "responsabilidad" al conjunto de los grupos parlamentarios para facilitar la tramitación de los presupuestos del Estado, que prioricen "el interés de nuestro país" en este debate presupuestario. "Hay que poner por delante la consolidación de recuperación económica justa", ha defendido. "Es evidente que la ciudadanía pide estabilidad y avances sociales", ha reiterado.

El plazo para presentar las enmiendas a la totalidad finaliza mañana viernes a las dos del mediodía. El debate a la totalidad de los presupuestos del Estado tendrá lugar la semana que viene en el Congreso de los Diputados. De momento, el Gobierno no dispone de los números necesarios.

El espejo portugués

El destino lo ha querido así. Al día siguiente que el gobierno socialista portugués sufriera una derrota parlamentaria, con sus presupuestos tumbados, se ha desplazado hasta Trujillo (Extremadura) para celebrar una cumbre hispanoportuguesa. El primer ministro António Costa ha esquivado todas las preguntas relacionadas con la crisis abierta, alegando que nunca habla de política interna en sus desplazamientos al extranjero. Sánchez le ha echado un capote, asegurando que "Portugal es un ejemplo de estabilidad" y que "hay pocos presidentes con capacidades de diálogo y de llegar a acuerdos como Costa".

Como si fuera un espejo, también ha aparecido la fractura de la izquierda española, manifestada en el gobierno de coalición a raíz de la derogación de la reforma laboral. Y Pedro Sánchez no se ha movido de allí donde estaba, defendiendo que es un compromiso contraído por los dos socios pero también delante de Bruselas en el marco de los fondos de recuperación. Y asegurando que se tiene que abordar con "coordinación, el máximo diálogo y el mayor de los consensos". En cualquier caso, ha garantizado que la legislatura durará hasta el final, hasta 2023.

La condena al PP y la moción de censura

Finalmente, ha aparecido la nueva condena a Luis Bárcenas y al PP —como responsable civil subsidiario— por haber pagado en negro la reforma de la sede de Génova. El presidente del Gobierno ha puesto el dedo en la llaga, recordando que aquel caso de corrupción tuvo lugar en un "contexto dramático" de crisis, austeridad y recortes. Pero ha querido dejar claro que aquel tiempo quedó atrás "con la moción de censura". Hoy, ha remachado Sánchez, "hay un gobierno comprometido con la ciudadanía y que maneja los recursos públicos de manera ejemplar y transparente".