"El Govern está secuestrado por radicales". Con estas palabras, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha intentado deslegitimar el ejecutivo de Puigdemont a falta de menos de un mes de la cita con el referéndum del 1 de octubre.

En la clausura de la interparlamentaria del Partido Popular en Alboraia (València), el presidente del Gobierno ha mantenido la escalada verbal contra el procés mostrada por el ejecutivo de los últimos días. Rajoy ha recuperado su tradicional discurso constitucionalista, en el que ha apelado al Estado de Derecho, a la Ley y a la democracia, pero esta vez con un tono más duro.

"Hay que cumplir y hacer cumplir la Ley. Vamos a preservar la unidad de España", ha dicho Rajoy frente a decenas de diputados populares reunidos en Alboraia.

En una crítica directa al Govern, el presidente ha asegurado que "los extremistas y radicales" no conseguirán que su ejecutivo responda a la cita con confrontación. "No conseguirán que alcemos la voz para parar el referéndum", ha expuesto Rajoy, que ha apuntado que todas las acciones para parar la votación se harán "con proporcionalidad y firmeza".

El referéndum, una "estafa"

Tras los ataques al Govern, el presidente también ha tenido unas duras palabras contra la votación del 1 de octubre. "El referéndum es una estafa a la democracia que no se va a producir", ha soltado sobre una votación que, a su modo de ver, liquida "la soberanía nacional" y "el derecho de millones de españoles a decidir".

Según Rajoy, la aprobación próxima de las leyes de desconexión —la del Referéndum y la de Transitoriedad— no se está haciendo con garantías democráticas: considera que no se está permitiendo que la oposición del Parlament ni el Consell de Garanties Estatutàries puedan pronunciarse. "No lo van a hacer. No van a hacer volar la Constitución española", ha sentenciado Rajoy.

Pide "cordura" al Govern

La CUP también ha estado presente de una forma implícita en el discurso de Rajoy. El presidente ha acusado a Junts pel Sí de "haber puesto el Govern en manos de lo más radical de Catalunya", en una clara referencia a los socios anticapitalistas.

Frente a la mayoría independentista, a la que ha acusado de pretender "autocracia", Rajoy ha considerado que es el momento de que el ejecutivo catalán "vuelva a la cordura". Algo que, según el presidente, pasa por el hecho de que los ciudadanos "moderados" se impongan de nuevo en Catalunya.

El president Carles Puigdemont no ha tardado en responder a las palabras de Rajoy. El jefe del ejecutivo catalán ha hecho un llamamiento a no caer en estas provocaciones porque "nos quieren crispados y enfadados [como ellos] porque nos ven serenos y esperanzados".

Rajoy saca el blaverismo

Más allá del procés, el presidente ha aprovechado su visita al País Valencià para hacer una muestra de blaverismo, también conocido como anticatalanismo valenciano. 

Ante el anuncio de la nueva ley de Educación valenciana, que pretende instaurar el valenciano como lengua preferente en los colegios del País Valencià, Rajoy ha dejado clara su posición: "Los padres tienen que tener la libertad de elegir en qué lengua estudian sus hijos", ha expuesto el presidente, al que le ha faltado tiempo para apuntar a un "expansionismo secesionista" como causante del nuevo clima político valenciano.

Objetivo: Presupuestos

Rajoy también ha hablado de los Presupuestos Generales del Estado de 2018, unas cuentas que requieren una mayoría absoluta en el Congreso. El presidente ha pedido que "prevalezca el interés general" en vez de "los temas menores y mezquinos", en una clara dirección a la oposición. 

"No juguemos al pan para hoy y hambre para mañana", ha pedido Rajoy a los demás partidos del Congreso, a los que ha pedido un acuerdo como el de las cuentas del 2017.