Las negociaciones in extremis entre el PSOE y Unidas Podemos han llegado a un punto de inflexión. O los de Pablo Iglesias aceptan o rechazan. Según informan fuentes del entorno de Pedro Sánchez, los socialistas dan por concluida la negociación con la última oferta que han hecho a Unidas Podemos sobre la mesa. Ahora, según aseguran, es Podemos quien tiene que dar una respuesta para salvar el proyecto de Gobierno de coalición. La reunión entre Carmen Calvo y Pablo Echenique se ha levantado este mediodía para comer, pero de momento todo está paralizado. "Estamos a la espera de una respuesta", dicen desde Ferraz.

La última oferta que ha hecho el PSOE a Unidas Podemos no ha convencido a los segundos, que han visto "apenas avances" porque no acaban de ceder competencias sociales. "Hay que ser prudentes y no levantar las expectativas", avisaban esta mañana fuentes de UP, que lo justificaban en el hecho de que "no está habiendo apenas avances en las propuestas que hace el PSOE". A pesar de todo, ninguna de las dos formaciones se ha querido levantar de la mesa de negociaciones hasta este mediodía porque saben que el reloj aprieta. El PSOE decidió, después de la votación fallida de este martes, tomar la iniciativa y hacer una nueva oferta a sus potenciales socios. Pero esta no les ha acabado de satisfacer.

Desde Unidas Podemos insisten en que no quieren "entrar en el gobierno a cualquier precio". Fuentes del grupo insisten en que quieren "competencias para desarrollar políticas sociales en Igualdad, Trabajo, Hacienda y Transición Ecológica". Entre las medidas, subir el salario mínimo interprofesional, aprobar un impuesto en la banca o bajar la factura de la luz. En cambio, fuentes socialistas replican que "hemos avanzado propuestas" y que necesitan una "pronta respuesta".

Después de que la primera votación naufragara, Pedro Sánchez se reunió con su núcleo duro, como Carmen Calvo y José Luis Ábalos, en el Congreso de los Diputados, donde acordaron mover ficha y hacer una nueva oferta a Unidas Podemos.

Este es el último intento. Faltan 24 horas para la segunda votación de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, la definitiva. Después de la primera votación fracasada, los equipos negociadores del PSOE y Unidas Podemos han dejado libres sus agendas para volver a sentarse en la mesa de negociación, en reuniones intensas y discretas, para salvar lo que podría ser el primer gobierno de coalición después de la Segunda República.

Este martes, Sánchez sólo consiguió el apoyo del diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Los independentistas catalanes votaron en contra y Unidas Podemos se abstuvo "como un gesto más para facilitar las negociaciones". El principal obstáculo siguen siendo los cargos del Consejo de Ministros. Desde de Unidas Podemos denunciaban que sólo les ofrecían responsabilidades decorativas y una vicepresidencia para Irene Montero que estaba "vacía de contenido", sin competencias reales, como si fueran direcciones generales. En cambio, desde el PSOE defendían que "se está haciendo una oferta para hacer política muy importante de manera muy respetable a los perfiles que representa su proyecto político". Las posiciones están muy alejadas y habrá que ver si son capaces de acercarlas. Las relaciones personales también están muy dañadas.