En pleno proceso de refundación de Ciudadanos, con la duda de quien lideraría el partido a partir de ahora, sobre la formación naranja cernían también los rumores de una integración en el PP por parte de aquellos candidatos que, como muchos han hecho a estas alturas, huyeran del partido. Esta posibilidad había sido alimentada incluso por el presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, que trabaja para hacer una "alternativa real contra Pedro Sánchez" y considera que exmiembros naranjas tienen cabida a su partido. Con todo, sin embargo, una vez se ha escogido en Patríca Guasp, afín en Inés Arrimadas, nueva presidenta y se haya optado para mantener el mismo nombre y solo cambiar el logo, hay parte del PP que no se muestra tan entusiasmada con esta posibilidad, ya que consideran Cs un partido muerto y marcado para siempre por las derrotas electorales: primero, la de Albert Rivera, y el más que esperado batacazo del partido en las próximas generales, previstas para el mes de diciembre, tal como vaticinan todas las encuestas. Según asegura el diario El Independiente, en poco tiempo los populares han pasado de dar la bienvenida a exmiembros de Ciudadanos como por ejemplo a Catalunya la diputada Lorena Roldán a, al menos por parte de algunos sectores más reticentes, cerrarles la puerta en las narices.

En los mejores momentos del partido naranja, desde el PP estaban bien contentos cada vez que algunos de los políticos de Cs daban el paso, pero ahora, estos tiempos ya se han olvidado y algunos sectores populares consideran que integrar a los "huérfanos" de los liberales no aporta nada más que identificarse con un proyecto que ha fracasado, a pesar de este intento de refundación que ha acabado dirigiéndose hacia la opción más continuista con Inés Arrimadas. Todo todavía se intensifica más en aquellos territorios donde, en algún momento, los dos partidos gobernaron en coalición: Andalucía, Madrid, Murcia y Castilla y León, donde la relación entre los partidos todavía es más complicada, ya que acumulan mucha desconfianza. Por ejemplo, en Murcia, el recuerdo de la moción de censura fallida todavía dura y en Madrid, la drástica decisión de Isbael Díaz Ayuso de convocar elecciones para librarse de sus socios sigue haciendo daño. En Castilla y León pasó algo similar, con la diferencia que el gobierno del PP dejó de estar en coalición con Cs para pactar con Vox. En Andalucía, la situación es diferente, ya que Juanma Moreno ha integrado en la inmensa mayoría de excarfos de Ciudadanos en su gobierno de mayoría absoluta.

Begoña Villacís, la excepción

Si hay un nombre que destaca en esta refundación de Ciudadanos, este es el de Begoña Villacís, que es vista desde la óptica del PP como la única política que podría aportar algo interesante. Villacís no quiso liderar el partido y se unió a Inés Arrimadas contra Edmundo Bal. A estas alturas, se trata de uno de los pocos cargos importantes que mantiene el partido en los ayuntamientos españoles, ya que la crisis a la Comunidad de Madrid no provocó que el pacto se rompiera también al Ayuntamiento y desde 2019 es vicealcaldesa de la capital española. En los últimos días, Villacís ha empezado a seguir los perfiles de sus compañeros de coalición en las redes, cosa que se ha entendido como un guiño de la política.