La Semana Santa sirvió para airear el ambiente contaminado que impregnaba las relaciones entre ERC y Junts. Superado el aprieto de las investiduras fallidas de Aragonès, la reanudación de la negociación para formar gobierno no fue tan ágil como se esperaba. No llegó hasta el miércoles 7. Desde entonces, multitud de mensajes cruzados y contactos a distancia, pero ninguna cita más. Los republicanos estaban a la espera de la llamada de los junteros, que todavía tienen que responder el último documento planteado por los de Junqueras. Todo indicaba que este jueves habría encuentro, pero las agendas no han cuadrado. Parece que este viernes será el día. 

Ocho días sin reuniones y unas conversaciones que andan a paso de tortuga. "No se ha avanzado suficiente en programa y nada en estructura por las líneas rojas de Junts", lamentan fuentes de ERC en ElNacional.cat. Esta tarde, Junts ha llamado a la puerta de ERC para pedirles un encuentro oficial, con demasiado poco margen, según los republicanos, como para poder organizar la reunión.

"Parece hecho para que dijéramos que no", se quejan desde de ERC, que recuerdan que por la mañana ya han anunciado que esta tarde empezaba una ronda de asambleas con la militancia para exponer en las bases el estado de los contactos para la investidura. Serán un total de 13 cónclaves que acabarán el 21 de abril y que contarán con la presencia, como mínimo, de uno de los cuatro integrantes del equipo negociador de ERC -Sergi Sabrià, Marta Vilalta, Josep Maria Jové y Laura Vilagrà-.

Pelota en el tejado de Junts

El sábado pasado ERC sintetizó y condensó en un solo documento, de 35 páginas, las múltiples propuestas que se habían ido intercambiando con Junts per Catalunya. Pere Aragonès lo calificó de "documento extenso y completo" para un acuerdo global, en el cual se incluyen desde el programa que tendrá que impulsar el nuevo gobierno a los pasos a seguir para avanzar hacia la República. La pelota, aseguran desde el entorno del candidato a la investidura, está en el tejado de Junts, a quien acusan de inmovilismo y falta de diligencia.

Desde las filas republicanas atribuyen este encallamiento en el exceso de polifonía de voces en el seno de Junts. Al mismo tiempo, admiten que el hecho de que su principal interlocutor, Jordi Sànchez, esté encarcelado y sin régimen de tercer grado, dificulta todavía más los contactos. La convocatoria de sus asambleas para detallar los términos de la oferta planteada a Junts se entiende, también a nivel interno, como un mecanismo de presión extra, aparte de las declaraciones públicas que se han sucedido los últimos días subrayando la urgencia de tener un gobierno en plenas funciones.

Reunión este viernes

Este jueves, Junts ha salido al paso del pressing con un comunicado en el que manifiesta que trabaja desde la noche de las elecciones para configurar un gobierno fuerte y estable de acuerdo con los resultados del 14-F, una manera de dejar clara su intención de ser al ejecutivo y no quedarse a la oposición como se ha estado especulando. Asimismo, el partido de Puigdemont garantiza que esta semana continuarán las reuniones, cosa que hace pensar que este viernes, por fin, pueda haber una reunión para desencallar la situación.

El encuentro tiene que servir para que Junts exprese su punto de vista sobre el documento propuesto por ERC e introduzca los matices y correcciones que considere oportunas. A partir de aquí, se abrirá una nueva etapa para acabar de perfilar el acuerdo. En ERC dan por hecho que no habrá acuerdo hasta mayo.

En la imagen principal, Aragonès y Borràs el día de la investidura fallida. / EFE