Déjà vu en la Moncloa. Llega el verano y vuelve a sobrevolar el fantasma de los presupuestos. De hecho, lo agita Pedro Sánchez, que se ha comprometido a presentar unas nuevas cuentas públicas. Eso sí, no aclara las consecuencias políticas de no lograr que se aprueben ni deja claro si su compromiso es exponer las cifras delante de la ciudadanía o registrarlos formalmente en el Congreso. “Vamos a elaborar unos presupuestos que sean mejores desde el punto de vista social […] y trabajaremos con todos los grupos parlamentarios para persuadirles de que son unos buenos presupuestos”, expresó ayer el presidente español. Y hoy en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros no se han resuelto los interrogantes. “[El presidente] fue claro y transparente. Vamos a presentarlos. No me adelanten pantallas. Dejemos que las cosas vayan piano piano”, ha contestado la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, al ser preguntada por esta cuestión. En la sala de máquina de la Moncla, niegan que las palabras de Sánchez fueran un “globo sonda” y reiteran que se trata de una “voluntad” y un “compromiso”. “Queréis que nos pronunciemos sobre futuribles”, contestan fuentes del Gobierno al ser preguntadas por la hoja de ruta. Y evitan dar más detalles.

📝 Sánchez se compromete a presentar presupuestos y quiere agotar la legislatura: “Vamos a pelear cada ley”

 

Delante de los micrófonos, Pilar Alegría no ha salido del relato ambiguo inicial. “La actitud clara de este gobierno es la que ayer les trasladaba al presidente. Hoy se lo volvemos a confirmar: vamos a presentar estos presupuestos”, ha reiterado. Sobre la viabilidad aritmética de sacar adelante las cuentas, ha señalado que el ejecutivo es consciente de la “complejidad parlamentaria” actual: “Tenemos que hablar, dialogar y consensuar con los distintos grupos parlamentarios y es lo que venimos haciendo desde que empezó la legislatura”. “Si ustedes quieren que adelantemos 25 pantallas y que respondamos sobre cuestiones futuras que todavía no se han dado, pues complicado me lo fían”, ha remachado más tarde.

Quien ha sido meridianamente clara ha sido Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar ha sostenido que presentar los presupuestos es un “mandato constitucional” y ha defendido que el ejecutivo “debe presentar las cuentas” igual que se presentan “normas y después votan”. “La semana pasada vimos como el Partido Popular y otras formaciones tumbaron un real decreto ley”, ha recordado. “Lo hicieron democráticamente, pero creo que la obligación es presentar los trabajos que hacemos”, ha concluido.

 

Una promesa que viene de lejos (y que no se ha cumplido)

La promesa de Pedro Sánchez no es nueva. Es idéntica a la que verbalizó hace justo un año, también en la rueda de prensa de balance del curso político. En aquella ocasión, hablaba de los presupuestos de 2025. “No pudimos aprobarlos en este año, precisamente por el anticipo electoral, pero aspiramos a presentarlos en septiembre u octubre y, por tanto, aprobarlos en este segundo semestre del año”, aseguró. Pero las cuentas nunca llegaron a cristalizar. De hecho, las declaraciones del presidente español llegaron una semana después de que el Congreso, con el voto en contra de Junts y el PP, rechazara la senda de déficit, que es la primera piedra de los presupuestos. El Ministerio de Hacienda, capitaneado por María Jesús Montero, quiso volver a impulsarla en septiembre, pero la Moncloa se vio abocada a retirar la votación para evitar una nueva derrota parlamentaria.

De hecho, en los últimos meses, el PP ha impulsado iniciativas en el Congreso y en el Senado para apresurar a Sánchez a presentar los presupuestos. Y ambas recibieron luz verde con socios de investidura desmarcándose del PSOE. En la Cámara Baja, ERC, Podemos y el BNG votaron a favor y Junts se abstuvo. En la Cámara Alta, la mayoría absoluta de los populares solo contó con la complicidad (en forma de abstención) de los juntaires.

¿Y los presupuestos de 2024? El Gobierno también tenía la voluntad de elaborarlos y aprobarlos, pero Sánchez tuvo que renunciar a ellos a causa del adelanto electoral en Catalunya, que llegó, precisamente, después de que el Parlament (con el voto en contra de los Comunes) rechazara las cuentas del Govern de Pere Aragonès. Así pues, los últimos presupuestos generales del Estado se aprobaron la pasada legislatura. Fueron los del año 2023, que recibieron luz verde a finales de 2022 con el apoyo de ERC, el PNV y Bildu. 

Las condiciones de Junts y ERC para unos futuros presupuestos españoles

En las últimas 24 horas, ni Junts ni ERC se han pronunciado públicamente sobre la hoja de ruta de Pedro Sánchez para negociar los presupuestos. Pero sus condiciones son conocidas. El pasado mes de marzo, el portavoz de Junts, Josep Rius, manifestó que los juntaires no negociarán con el PSOE los presupuestos generales del Estado hasta que el Gobierno pague los 50.000 millones de euros en infraestructuras que debe a la Generalitat, una cifra fijada por el Parlament de Catalunya y la Cambra de Comerç de Barcelona. Por su parte, hace un par de semanas, el presidente de ERC, Oriol Junquerasavisó que “no habrá presupuestos catalanes ni españoles” si los socialistas “no cumplen sus compromisos en el ámbito de la recaudación tributaria y en el ámbito del modelo de financiación”. “El PSOE tiene que cumplir sus compromisos y en ningún caso pueden pretender que haya nuevos acuerdos mientras no cumpla con Catalunya y la sociedad catalana”, subrayó.

Podemos reitera sus condiciones para validarlos presupuestos: armamento, Israel y vivienda

El primero de los socios habituales que se ha expresado claramente sobre el compromiso de Pedro Sánchez ha sido Podemos, que en los últimos meses ha sido la formación del bloque de la investidura que más distancias ha marcado con el ejecutivo. Sin ir más lejos, la semana pasada votó en contra del decreto antiapagones, que fue tumbado por el Congreso. “Si tras dos años sin presupuestos, ahora a Pedro Sánchez le preocupa no tener presupuestos, quizá es porque está buscando una excusa para convocar elecciones”, ha expresado esta mañana el portavoz de la formación morada, Pablo Fernández. “Es posible o plausible que Sánchez quiera llevar los presupuestos generales del Estado para convocar elecciones si no tiene apoyos y así por el camino no se hable ni de la corrupción, ni de la sumisión a Estados Unidos, ni del rearme ni la complicidad con el genocidio”, ha añadido.

“Los votos de Podemos estarán para resolver los problemas de la gente y para transformar nuestra sociedad”, ha expresado en un primer momento. Y posteriormente, a preguntas de los periodistas, ha delimitado cuáles son las tres líneas rojas de Podemos: “Los votos solamente estarán si no hay ni un solo céntimo de euro más en aumento militar, si se rompen relaciones diplomáticas y comerciales con el estado terrorista y genocida de Israel, si se decreta un embargo total de armas a Israel y si se baja por ley un 40% el precio de los alquileres”, ha dejado claro. Son casi las mismas condiciones que fijaron las bases de Podemos hace nueve meses para la negociación de los presupuestos de 2025.

El PP no da “ninguna credibilidad” al compromiso de Sánchez

Desde el Partido Popular, desconfían del compromiso de Pedro Sánchez. “La credibilidad que le damos a la promesa de Sánchez que este año sí que vamos a tener presupuestos es la misma que se le dimos el año pasado: ninguna”, ha expresado la portavoz del PP en el Congreso, Ester Muñoz. “Teniendo en cuenta que ni han aprobado el orden de inicio de elaboración, tampoco han aprobado sus objetivos de estabilidad y tampoco han reunido a la Comisión de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas para empezar a elaborarlos”, ha añadido.

 

“Por lo tanto, no hay ningún indicio de que Sánchez vaya a cumplir esa falsa verdad de que este año sí que va a haber presupuestos. Todo en Sánchez es mentira”, ha remachado. La dirigente popular ha lamentado que “cumplir los mandatos constitucionales” parezca “irrelevante” al presidente español y ha presentado su rueda de prensa de ayer como el “enésimo truco de propaganda barata”.