La música ya no suena tan bien a ERC como sonaba. Después de que el portavoz del partido, Isaac Albert, asegurara el lunes que el acuerdo de financiación surgido de la reunión de la bilateral Estado-Generalitat podía ser un punto de partida, en la sede de la calle Calàbria se empiezan a escuchar chirridos. En estos dos días, se ha constatado las rebajas que comporta el acuerdo de la bilateral en relación con el pacto de investidura firmado con el PSC hace un año y las voces de malestar se extienden en las filas del partido. El resultado es que este miércoles, ERC ha hecho saber su descontento en la sesión de control al Govern y el mismo presidente del partido, Oriol Junqueras, ha comparecido en los pasillos del Parlament para advertir al partido socialista que tiene que ir más allá si quiere tener el próximo año presupuestos.
Esta era una amenaza que ERC había formulado repetidamente los últimos meses, pero que con la reunión de la bilateral del lunes el PSC pensaba que lo había conjurado. "No habrá presupuestos catalanes ni españoles si el partido socialista y el Gobierno español no cumplen sus compromisos en el ámbito de la recaudación tributaria y, en particular, del IRPF y en el ámbito del modelo de financiación", ha insistido Junqueras, que ha lamentado que "la actitud del partido socialista, su bloqueo en las negociaciones y sus incumplimientos con Catalunya imposibiliten que haya unos presupuestos".
Junqueras ha reclamado que se cumplan los acuerdos en el ámbito de la ordinalidad, un punto esencial del pacto de investidura que solo aparece en el preámbulo del acuerdo alcanzado el lunes; en recaudación tributaria, empezando por el IRPF, después de que el Govern admitió que es inviable que la Agencia Tributaria de Cataluña se encargue de la campaña de la Renta del próximo año, como se había pactado; y en el ámbito del modelo de financiación, dentro del cual, se había acordado que la Generalitat asumiría la recaudación, gestión, liquidación e inspección de todos los presupuestos que pagan los catalanes. El líder de ERC ha recordado explícitamente que el actual modelo de financiación está caducado desde hace 11 años, de los que el PSOE ha gobernado siete.
"El PSOE tiene que cumplir sus compromisos y en ningún caso pueden pretender que haya nuevos acuerdos mientras no cumpla con Catalunya y la sociedad catalana", ha añadido Junqueras, a pesar de admitir que han conseguido "literalmente arrancar" compromisos como el reconocimiento de la ordinalidad. Pero que estos éxitos se tienen que concretar y el partido socialista tiene que ir más allá de las declaraciones y las palabras.
El acuerdo sobre financiación se ha convertido en el puntal en el que ERC fundamenta su voto a favor del gobierno de Salvador Illa y el apoyo a Pedro Sánchez en el Congreso. El otro gran tema de aquel pacto firmado hace un año a cambio del voto de ERC a la investidura de Illa era el dedicado al conflicto político entre Catalunya y España, pero este capítulo ha quedado congelado desde el primer día, con lo que el único hito que puede presentar Esquerra son los avances relativos al traspaso de Rodalies. De ahí el interés de Esquerra en que, al menos, el acuerdo de la bilateral pudiera aparecer como un punto de partida para concretar el nuevo modelo. Pero la música también ha acabado desafinando.