Los equipos negociadores de ERC y la CUP ya han llegado a un preacuerdo para la investidura de Pere Aragonès. Sólo falta que Junts per Catalunya se ponga bien. Entre otras cosas, republicanos y cuperos han acordado un nuevo "embate" con el Estado, "preferentemente un referéndum". Frente a esto, desde La Moncloa no se mueven ni un milímetro de sus parámetros. El diálogo entre el Estado y la Generalitat tiene unos "límites", que se encuentran en la Constitución española, y por lo tanto el futuro Govern de la Generalitat no puede "generar expectativas imposibles" que no tengan cabida en la legalidad española.

 

En su preacuerdo, ERC y la CUP "se comprometen a preparar las condiciones necesarias a lo largo de la legislatura para realizar un nuevo embate democrático, preferentemente en forma de referéndum". Las dos formaciones también han marcado un horizonte, en 2023, para analizar los frutos de la mesa de diálogo y si vale la pena continuar, así como una moción de confianza del presidenciable Pere Aragonès, también a mitad de mandato.

Frente a todo esto, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, la ministra-portavoz María Jesús Montero ha insistido en que sigue en la vía del "diálogo" para el "reencuentro" y la resolución del conflicto catalán. Por este motivo, la dirigente socialista ha reclamado a los interlocutores "capacidad de dialogar", pero también "no generar expectativas imposibles en nuestra Constitución y legalidad". En este sentido, ha defendido que el ejecutivo tiene "los pies en el suelo" y es consciente de los "límites de este diálogo". Y ha advertido que no les gustaría "un nuevo déjà vu en la política catalana" ni una "huida hacia adelante".

El Gobierno apuesta por el "reencuentro" y el "diálogo" para "dejar atrás una situación que está durando demasiado" y "que no té perspectiva de dar paso a nada positivo". Entre sus prioridades, ha enfatizado María Jesús Montero, hay la vacunación, la recuperación económica, la protección social y, finalmente, "el reencuentro para que no haya un problema de convivencia" en Catalunya. "Por eso pedimos al gobierno que salga del diálogo entre las formaciones políticas esta capacidad de dialogar en democracia, de reencontrarnos", reclaman desde el Gobierno.

Después de unas semanas revolucionadas por el terremoto político de Murcia, Madrid y Castilla y León, María Jesús Montero ha querido calmar las aguas. "Rotundamente digo que el gobierno goza de estabilidad y está concentrado en la vacunación y la recuperación económica", ha asegurado, alejando el escenario de un adelanto electoral al Estado. A pesar de las distorsiones del candidato madrileño Ángel Gabilondo, rechazando pactar "con este Iglesias", ha reiterado que la relación entre los dos socios sigue siendo positiva.

Ley de vivienda

Preguntada sobre la ley de vivienda, que justamente divide a los dos socios por la regulación de los precios del alquiler, la portavoz del ejecutivo se ha mostrado convencida de que será posible un acuerdo. "Este gobierno siempre ha llegado a acuerdos muy importantes sobre los temas que preocupan", ha defendido a dirigente socialista, que ha añadido que, en esta cuestión, "pasará exactamente igual". Comparten objetivos y simplemente hay un "debate instrumental sobre cuáles son las fórmulas que mejor nos permiten alcanzarles".

Las bases de la CUP debaten

Pendiente de si consigue incorporar Junts per Catalunya, el acuerdo entre ERC y la CUP todavía no es definitivo. La militancia de los anticapitalistas tiene la última palabra y emitirá su veredicto este miércoles en una asamblea que tendrá formado telemático. Según ha podido saber ElNacional.cat, la pregunta que tendrán que responder las bases no es binaria, sino que es más compleja, como compleja es la realidad política catalana. La votación será en formato de árbol, con dos ramas y una ramificación. Primero si se apoya o no el documento suscrito con ERC. En caso de votar en contra, se tendrá que hilar más fino, indicando si a pesar de oponerse al texto se tiene que facilitar o no la investidura de Pere Aragonès. Habrá todavía una tercera pregunta, de carácter más global, sobre si el acuerdo es suficiente.