La militarización de la sociedad española como medida para luchar contra el coronavirus no cuajó en Catalunya ni en el País Vasco. Las medidas incluidas en la llamada Operación Balmis, entre las cuales se incluían las desconcertantes ruedas de prensa del anterior JEMAD, Miguel Ángel Villarroya Vilalta -dimitido después de saltarse la cola de la vacuna contra la Covid-19- se basaban principalmente en la movilización de las fuerzas armadas, más allá del UME, para tareas de lucha contra el coronavirus, pero tuvieron muy poca incidencia en territorio catalán.

Para los militares el resultado no fue lo bastante satisfactorio ni en Catalunya ni en el País Vasco, donde la ratio de militares por habitante fue la menor de todo el Estado. Las cifras demostraron que en estos territorios no se les reclamó y eso ha enojado a la cúpula militar, que reclama más centralización para poder actuar de forma "homogénea" en toda España y, de rebote, asegurar su presencia en las zonas menos proclives a aceptar la convivencia con soldados.

Así se desprende del informe redactado por el Mando de Operaciones, que coordinó el despliegue militar contra la pandemia y que este jueves recoge el digital 'Voz Populi', donde más allá de la ufanía de destacar un éxito en términos generales del operativo se insiste en la poca presencia en Catalunya y el País Vasco.

Instalación militar en la Avenida Maria Cristina de Barcelona durante la Operación Balmis / Sergi Alcàzar

El mencionado informe detalla la presencia de militares por cada 10.000 habitantes, con una media estatal de 5,05 pero con notables diferencias entre territorios. Así, en la franja alta se encuentran las ciudades autónomas -y militarizadas- de Ceuta (26,18) y Melilla (23,47); y las comunidades de La Rioja (22,47), Canarias (8,23) i Castella i Lleó (8,1). En la parte baja se encuentran Cantabria (2,47) y muy significativamente, Catalunya (0,6) y el País Vasco (0,18).

La solución militar: recentralización

Según el informe, la Operación Balmis puesto en relieve que ha habido una "falta de homogeneidad en algunas áreas" y asegura que las Fuerzas Armadas han actuado mejor allí donde existen "marcos de entendimiento" que cuando estos marcos no existen. Dicho de otra manera, el desinterés de las autoridades de Catalunya y el País Vasco a contar con los militares no les ha gustado y por eso reclaman que "cuando la protección a la seguridad humana es primordial y además la acción está acondicionada por la inmediatez es preferible la actuación de otros instrumentos del Estado que garanticen la protección y el bienestar del individuo".

De hecho, los militares reclaman una mayor centralización como garantía para homogeneizar sus actuaciones en todo el territorio español, asegurando que "Balmis ha demostrado que la acción centralizada por medio de un instrumento del Estado, como son las Fuerzas Armadas, es eficaz en todo el territorio nacional".

 

Imagen principal: Militares en Barcelona durante la Operación Balmis / Sergi Alcàzar