Elena Martínez (Madrid, 1979) es portavoz de Coordinadora 25-S e Izquierda Castellana, dos entidades que, junto con decenas más, participarán este sábado de la manifestación contra el juicio en Madrid. Ella, con el profesor Jaime Pastor de Madrileños por el Derecho a Decidir, cogerá el micrófono aquel día para reivindicar que "la autodeterminación no es delito" y que "la democracia es derecho a decidir".
¿Qué es la Coordinadora 25-S?
Surge después del 15-M. Era un mensaje muy claro de demanda de democracia. Un año después, en 2012, se da un salto en el que no queremos solo hacer la crítica, sino también propuestas. Y se ponen sobre la mesa los procesos constituyentes. Esta propuesta la encabezó la Coordinadora 25-S. Y surge con una iniciativa concreta que, es "rodea el Congreso" el 25 de septiembre del 2012.
¿Por qué se han sumado a la manifestación de este sábado?
La propuesta de procesos constituyentes requiere primero una parte también fundamental: acabar con el actual estado de las cosas, con el régimen monárquico. Y ahí el movimiento soberanista republicano catalán ha supuesto una gran oportunidad. Ha sido la primera gran confrontación entre el régimen heredero del franquismo y una propuesta tremendamente democrática y republicana. Y también, evidentemente, porque lo que se han encontrado es una brutal represión. Ante una vulneración tan flagrante de los derechos y libertades más fundamentales no podíamos quedarnos ni al margen ni calladas.
Desde cierta izquierda española, incluso gran parte de ella, se ha caricaturizado al movimiento independentista catalán como un movimiento de derechas, de la burguesía...
No lo comparto, para nada. Cuando se habla de una cantidad de dos millones de personas, evidentemente no se puede reducir a un movimiento de la burguesía. Además es no entender que ha habido un ciclo enorme de movilizaciones en el que ha sido la gente la que ha salido a la calle y la que ha forzado a partidos a tener que tomar partido. No creo que lo analicen mal, sino que quizás es una excusa para justificar por qué no se posicionan ante algo tan evidente.
El otro día dijo que "no sólo es una manifestación de catalanes en Madrid".
Los mismos organizadores nos plantearon que venían a Madrid y que no querían aparecer aquí de repente. Desde el principio ha habido una voluntad de trabajo en común. Y ya es un hecho evidente que más de 50 organizaciones políticas y sociales, que somos enteramente madrileñas, somos los que estamos organizando y dinamizando esto con una campaña propia. Como madrileños y madrileñas nos sentimos interpelados por esto, e interpelamos también al resto de ese pueblo de Madrid democrático, antifascista, republicano, comunero a que salga a la calle. Ni es una manifestación de catalanes ni es un tema sólo de catalanes. Afecta a los derechos y libertades fundamentales de todos.
No es una manifestación de catalanes en Madrid; nos afecta a todos
Parece mentira que los lemas de la manifestación tengan que ser estos; que "la autodeterminación no es delito", cuando está despenalizado, y que "la democracia es decidir".
Eso lo dice todo. Y aún así, ante lemas y reivindicaciones tan evidentes, algunas organizaciones y partidos de momento se quedan fuera. Es poner sobre la mesa algo tan básico. Democracia no es sólo votar cada cuatro años, sino que integra un concepto más amplio que es decidir en un montón más de ámbitos. Hay un montón de sentencias que no sólo dicen que el derecho a decidir está despenalizado, sino también otros elementos que están siendo juzgados estos días en el Supremo, como es la desobediencia civil, las manifestaciones pacíficas y democráticas... Sentencias incluso del propio Supremo.
Habla de partidos que quedan "fuera". ¿Confía en que Podemos esté el sábado?
Por ahora no se han posicionado públicamente. Por supuesto, están al tanto de esta movilización. Y les hacemos un llamado a ellos, como a todo el resto de colectivos y organizaciones, a que hasta el propio sábado a las seis de la tarde tienen tiempo para añadirse. Quien quede fuera de una reivindicación tan básica, como es la democracia, derecho a decidir y que la autodeterminación no es delito, tendrá que dar explicaciones.
¿Le preocupa lo que está viendo en el juicio?
Sorprender no sorprende. Pero claro que preocupa. En el juicio lo que se está evidenciando es que están tratando de volver a imponer el relato de manipulación y mentiras, que también en Madrid muchas veces es lo que llega. Es un relato oficial que se construye y que los medios de comunicación a nivel estatal también reproducen. El 1-O las imágenes hablaban por sí solas, ahí se cayó ese relato. Un montón de gente de Madrid el mismo 1 de octubre por la tarde acudió a la movilización, porque vio que la realidad era otra. En el juicio otra vez está volviendo a pasar esto. Incluso hemos visto preguntar por tuits...
Y si son socios de Òmnium...
A mí una de las que más me impactó fue una pregunta que le hace la Fiscalía a Carme Forcadell, sobre si reconoce llamar a votar y además hacerlo sin miedo. No quieren que votemos, que decidamos, y quieren que tengamos miedo. Eso conecta bastante con esa deriva autoritaria del trifachito y Vox que suena también bastante a no votar y a tener miedo.
¿Les preocupa que también vayan contra entidades como las suyas?
Eso es lo que está sobre la mesa. Si derechos y libertades fundamentales están siendo golpeados brutalmente a golpe de porra o a martillazo de juez, estos son los derechos y las libertades de todos. Y si a un pueblo tan movilizado como el catalán, con dos millones de personas, incluso con instituciones democráticas y legítimas votadas masivamente, son capaces de hacerle esto, ¿qué no nos harán al resto? Por eso hacemos un llamado tan importante el 16 a salir por una defensa de nuestro de nuestra propia democracia y nuestros derechos fundamentales.
El procés ha aireado a los cuatro vientos las carencias franquistas del Estado
Hablan de presos políticos. ¿Esto en qué lugar deja a la democracia española?
Si el lema de Madrid es "no hay democracia sin derecho a decidir", pues por supuesto tampoco hay democracia si hay presos políticos. Si bien la Unión Europea adoptó la postura el 1-O de permitir la brutalidad del Estado español, la opinión pública internacional sí que tuvo una respuesta masiva y evidente. Y todas estas carencias democráticas y de justicia, que son estructurales del Estado español, se airearon a los cuatro vientos. Ha quedado en evidencia que no es una democracia homologable a nuestro entorno. Todas las carencias franquistas que arrastramos se han puesto en un primer plano. Y eso se ha reiterado en Alemania o Bélgica.
¿Confía en una sentencia o ya toca pensar más en Estrasburgo?
No va a haber una sentencia justa. Al menos por parte del tribunal. Por parte del pueblo de Cataluña y por un montón de demócratas y republicanos del Estado sí que juzgamos de otra manera a las personas que están allí sentadas. Y creo que además va a haber una sentencia dura, porque no es solo contra esas personas que están ahí sentadas como acusados, sino que también se está juzgando y buscando castigar a todo el pueblo de Catalunya que osó levantar la voz con una demanda de democracia.
¿La izquierda española ha estado a la altura del desafío?
Yo creo que la izquierda española no ha estado. Ya ni siquiera "a la altura"; no ha estado. Lo que sí que ha habido es un montón de izquierdas de los pueblos que han llevado a cabo la solidaridad y de un montón de otras organizaciones políticas y sociales que hemos estado saliendo a la calle.
¿Espera algo de Pedro Sánchez si vuelve a reeditar la mayoría?
Evidentemente no. La trayectoria del PSOE desde después de la Transición es la que es. Lo que sí que creemos es que si se conforman grandes mayorías por abajo, de movimientos sociales y populares que también pueden tener un cierto reflejo en otro tipo de partidos políticos, pues que seamos capaces de generar ciertas presiones. Todos los derechos y libertades se han conseguido con la movilización y la reivindicación popular en la calle.
Dentro del régimen hay un muro que hay que saltar
¿Y por dónde cree que pasará la solución?
La solución pasa mucho por este gran camino que marca la movilización del sábado. En Catalunya, durante mucho tiempo, se ha hablado de que era necesario acumular mayorías. En Catalunya ya hay una gran mayoría social por el derecho a decidir, que es abrumadora. Pero creemos que dentro del régimen del 78 hay un muro, hay un tope que no va a permitir ningún tipo de solución ni democrática ni dialogada ni política. Hay que saltar este muro. Para eso hay que acumular fuerzas para tirar esta estaca.
Entonces va para largo.
Va para largo, pero yo creo que no para tanto. No estamos viviendo tiempos corrientes. En un día pueden pasar muchas cosas y los ritmos son diferentes. Hay muchas cosas que se están acelerando, y una fundamental es la degeneración del régimen. Cada vez en sectores más amplios están viendo que no hay posibilidad. Ya no sólo con el caso de Catalunya. Lo mismo apalean a murcianos por soterrar un muro que desahucian a familias incluso con sentencias de la ONU que piden que no. En un corto plazo se puede sostener, pero ningún proyecto se puede sostener sólo a base de represión.
Reivindican que hay "otro Madrid". ¿Por qué no se le ve o se le escucha tanto?
Siempre hay mucho interés en visibilizar un Madrid que sea simplemente el de la Corte, el del orden. Siempre ha habido un interés especial en tratar de impedir que aquí haya cualquier tipo de movimiento que pueda poner en cuestión esa imagen. Pero ha habido ese otro Madrid, que muchas veces los medios no lo han sacado. En Madrid yo creo que hay una mayoría sociológica de izquierdas que políticamente a veces tiene carencias para reflejarse electoralmente.
¿Qué esperan de la manifestación? ¿Superar a Colón?
Lo que esperamos es que haya una gran respuesta del pueblo de Madrid, que haya un bonito día de fraternidad entre pueblos, que tiremos por tierra ese relato de barreras que nos han tratado de construir. Y que acudan varias decenas de miles de personas, que no se quede ahí y que sea el inicio de una larga, bonita y necesaria amistad.