Todavía hay margen para que los presupuestos del Govern sean aprobados con los partidos que hicieron posible la investidura del presidente Pere Aragonès, pero no será fácil. Las bases de la CUP han decidido enmendar a la totalidad los presupuestos pero dejando la puerta abierta a retirar la enmienda en caso de que se consigan avances en las negociaciones, ya que la enmienda se puede retirar antes de las 10.30 horas del lunes, día en que está programado el debate a la totalidad. En resumen, la CUP quiere apretar al Govern hasta última hora para conseguir nuevas medidas que sean de su interés y con la amenaza de la enmienda encima de la mesa. Si finalmente no se llega a buen puerto, el Govern necesitará el PSC o los comunes para hacer posible la tramitación, partidos que estos días se han ido ofreciendo.

En las asambleas de este fin de semana han participado un total de 509 personas y han votado 462, y según ha explicado la diputada Eulàlia Reguant en rueda de prensa, un 63,42% de la militancia ha optado por presentar la enmienda a la totalidad y un 68,79% considera que hay que seguir negociando con el Govern, mientras que un 28% ha apostado por acabar con las conversaciones. En cambio, la opción de abstenerse y así posibilitar la tramitación de los presupuestos ha recibido el apoyo del 33,98% de los votantes.

Preguntada por una valoración de la participación, Reguant ha afirmado que siempre les gusta que participe más gente, y ha atribuido la "falta de participación" a una desafección política con el Govern.

Una triple enmienda

La enmienda a la totalidad que presentará la formación anticapitalista va en tres direcciones. La primera es sobre el rumbo del Govern "hacia la normalización de la relación con el Estado y el PSOE", que según los anticapitalistas se evidencia con el despliegue del programa de Foment y de AENA, y también con el estancamiento y aceptación de la suspensión de la democracia y la represión. Los cupaires apuntan que no se están generando las condiciones para llegar a la autodeterminación.

La segunda es una enmienda a las políticas sociales y "al modelo sociovergente", ya que los anticapitalistas critican que en las cuentas no hay un giro a la izquierda "más allá de las palabras". En este sentido Reguant ha lamentado que haya habido "prisa" para llegar a acuerdos en proyectos como la ampliación del Prat y la candidatura de los Jocs Olímpics d'Hivern, que a su parecer contrasta con la parálisis respecto de "cuestiones nucleares" sociales que los anticapitalistas consideran que eran más urgentes.

Por último, la CUP también presenta enmienda "a los presupuestos continuistas", ya que opinan que el proyecto presentado por el Gobierno, a pesar de incorporar algunas mejoras, contiene unos números "claramente insuficientes" en materia de vivienda, sanidad, y en el giro del modelo económico del país.

Definir los próximos pasos

Esta misma tarde la Coordinadora Abierta Parlamentaria de la organización se reunirá para definir los próximos pasos y concretar como se materializa la opción de seguir negociando los presupuestos con el Govern: "Trabajaremos hasta el último momento para generar las condiciones", ha expresado Reguant, que ha asegurado que intentará desencallar la situación.

Los diputados de la CUP en los pasillos del Parlament / Montse Giralt

Todo llega después de que este fin de semana los militantes de la CUP y de las formaciones que dan apoyo se hayan reunido en un total de 15 asambleas para reflexionar y debatir qué posición fijar sobre los presupuestos y, por lo tanto, también para marcar qué papel tendrá la organización en función de esta decisión en una legislatura que no hace ni un año que ha arrancado.

En la votación, que se hizo durante todo el lunes de forma telemática, se plantearon dos escenarios abiertos materializados en tres preguntas. La primera, sobre si presentar una enmienda a la totalidad o bien abstenerse para posibilitar la tramitación. La segunda votación era, en caso de que salga la enmienda, optar por seguir negociando o bien dar por cerrada la negociación de los presupuestos. Por último, la tercera cuestión consistía, en caso de una abstención, en decidir si el acuerdo es suficiente o insuficiente para la votación definitiva de las cuentas.

Negociaciones

La CUP y el Govern llevan días intensos de negociación en los cuales se ha conseguido llegar a algunos acuerdos exigidos por las filas anticapitalistas, como el compromiso del Ejecutivo de no destinar ni un euro público" al proyecto de Hard Rock y a la candidatura de los Jocs Olímpics d'Hivern hasta que se haya hecho la consulta ciudadana.

Otro de los escollos que parece haberse salvado en las conversaciones es sobre la internalización del servicio del teléfono de emergencias 061, en la cual se ha comprometido el Govern, y la revisión del modelo de gestión del 112, incluyendo también una eventual internalización; aunque Govern y CUP difieren en la cantidad de dinero para Atención Primaria y a que destinar el incremento de esta partida.

Las políticas de orden público han sido otro caballo de batalla: la CUP exigía retirar las acusaciones particulares de la Generalitat a manifestantes y aunque el Ejecutivo ha hecho algunos gestos, la CUP no lo ve suficiente. También lamentan que no se haya suspendido la utilización de balas de foam por parte de los Mossos, como figuraba en el acuerdo de investidura.

Con respecto a la inversión en vivienda, los anticapitalistas exigían 1.000 millones de euros a los cuales se comprometió ERC en el acuerdo de investidura, pero la propuesta del Govern no llega a esta cifra y las cuentas prevén 750 millones para este ámbito; y el ejecutivo catalán tampoco ha aceptado sus propuestas sobre fiscalidad y redistribución de la riqueza.

Los cupaires sí que parecen estar satisfechos con las negociaciones en materia de educación, en las cuales se ha "avanzado bastante", y también celebran que se contemple un plano piloto para la Renta Básica Universal dotado con 4 millones de euros, y que haya un compromiso para desarrollar una energética pública.

En la imagen destacada, la diputada de la CUP Eulàlia Reguant / Montse Giralt