Irene Montero ha dado por hecho que doblegará al PSOE con la ley del solo sí es sí, después de que los socialistas fueran expeditivos para modificarla y el Ministerio de Igualdad se abriera a retocarla ante las rebajas de penas a agresores sexuales (ya van más de 300). "No contemplo ningún otro escenario que no sea el acuerdo", ha sentenciado Montero en una entrevista en Telecinco de este miércoles noche. Todo, en medio de las negociaciones entre Unidas Podemos y el PSOE para cambiar la norma — cuándo los socialistas han amenazado con una proposición de ley en el Congreso de los Diputados que podría contar con el apoyo del PP para salir adelante, sin el visto bueno de los socios de gobierno.

📝 Guía sobre las diferencias entre PSOE y Podemos en el 'sí es sí': violencia o consentimiento

La ministra de Igualdad ha transmitido un mensaje contundente a las mujeres: "A partir de ahora, si no hay consentimiento, agresión sexual. Y eso lo protegeremos". Es decir, que tiene muy claro que la cuestión del consentimiento se mantendrá cueste lo que cueste. ¿El problema? Que hay "una discrepancia fuerte" en torno a este consentimiento, entre Unidas Podemos y el PSOE. "Este es mi principal objetivo ahora: proteger el consentimiento como centro de la ley", ha advertido a los socios de gobierno. Fue el Ministerio de Justicia quien ya confirmó que los socialistas quieren volver al modelo anterior y distinguir entre violencia o intimidación, dejando de lado el mencionado consentimiento. Pero ella es "testaruda" y conseguirá el objetivo, según sus palabras — como ya demostró con la ley trans o la ley del aborto.

Montero carga contra los jueces

Quede claro que Montero sí que está abierta a retocar la norma, ante las rebajas de penas a agresores sexuales. "Soy muy consciente de que necesitamos dar una respuesta unitaria como Gobierno e integral que nos permita dar una protección más alta a las mujeres", ha reconocido. De la misma manera, ha admitido que es "muy consciente del dolor y de la indignación de las víctimas por los fallos judiciales y la bajada de penas". De aquí que se vea tan convencida de que llegará a un acuerdo con el PSOE.

Lo que no ha reconocido a la ministra es que la ley esté mal hecha y ha vuelto a cargar contra los jueces, a los cuales ha criticado para tener "resistencias", un "sesgo machista" y una falta de formación feminista o con perspectiva de género. De hecho, ha recordado que ya pasó una cosa similar con la ley de violencia de género del 2004 — cuándo más de 180 jueces presentaron cuestiones de inconstitucionalidad. Ahora, "los jueces que están bajando las penas son una minoría". "Hay un problema de aplicación, no de ley, igual que ocurrió desgraciadamente en el 2004 con la ley de violencia de género", ha concluido.