La diputada de Ciudadanos Anna Grau ha reinterpretado la historia más reciente del estado español para escribir una nueva. En una entrevista en el programa de TVE Cafè d'idees se ha negado a admitir la afirmación objetiva de la periodista Gemma Nierga en la que recordaba que "el franquismo prohibió hablar el catalán". Grau lo ha negado y ha añadido: "El franquismo más que prohibir el catalán, lo hacía en algunos ámbitos", una difamación que le ha servido para asegurar que "Franco y el actual Govern de la Generalitat tienen muchos paralelismos". Nierga, que en todo momento ha asegurado no estar entendiendo qué quería argumentar Grau, le ha pedido ejemplos y la diputada de los naranjas ha tirado de anécdotas familiares: "Yo siempre pongo de ejemplo a mi abuela, que era colosalmente analfabeta y no fue a la escuela. Ten cuenta que entonces escolarizar era castellanizar, al no ir, ella siempre ha hablado catalán". Y lo remata: "Ahora pasa lo mismo, pero al revés, se da mucha fuerza al catalán en detrimento del castellano y no es una realidad. Además, ahora se hace con un plus de mala baba. Franco no consiguió cargarse el catalán y este Govern tampoco lo hará con el castellano". Por todo ello, destaca que las sentencias judiciales no son optativas y que el Govern tendrá que bajar del burro" con la sentencia sobre el castellano en la escuela.

"Lengua de sirvientas"

Grau ha omitido los contextos, la finalidad de la inmersión lingüística y el modelo político aplicado para defender una lengua minoritaria como es el catalán y también que, a través de un juez, ahora se aplicará una ley que ha quedado totalmente rota, la ley Wert del PP, ante la actual ley Celaá. Para acabar de rematarlo, la diputada de Ciudadanos defiende que el catalán, durante el franquismo, era "la lengua de las sirvientas" y ahora "no es una realidad de país si se traslada a la sociedad". A pesar de todo, cuando Nierga le ha preguntado por el presente, no ha podido afirmar que el castellano sea perseguido: "Está arrinconado, desprestigiado y se ha intentado tratar como una lengua extranjera, pero en Catalunya no está prohibido el castellano". Para sostener esta marginación, ha citado ejemplos erróneos recordando "a la niña del concurso del Tot es mou, que se ha podido sentir humillada". En este caso, el Tot es mou es el programa de tardes de Helena Garcia Melero y al que ella hacía referencia es al Atrapa'm si pots de Llucià Ferrer. Hay que recordar que la misma madre de la concursante ha declarado públicamente que el concurso actuó de acuerdo con sus bases y ve correcta la decisión de no admitir por buena una respuesta en castellano si la palabra que se pedía era en catalán: "Para mí no se tendría que haber aceptado trigo, porque las bases del programa son claras y sabíamos que era en catalán". Volviendo a la entrevista, después de todo el listado de afirmaciones sesgadas y poco precisas, Grau ha pedido precisamente no entrar en una "guerra de lenguas que nos podríamos ahorrar". Y ha añadido: "Nunca habíamos tenido tantos medios como ahora para educar y que la gente hable bien. Pero no se nos ocurre otra cosa que convertir la lengua en un caballo político".

"La liamos parda"

En paralelo, la diputada del partido de Inés Arrimadas saca méritos a la exclusiva del diario Ara sobre las licencias por edad del Parlament: "Si el Ara no lo ha sacado hasta ahora es porque alguien se lo ha cantado. A mí no me da ninguna vergüenza decir que no lo sabíamos, aunque podamos quedar ingenuos. Es evidente que si nos hubiéramos enterado, la habríamos liado parda". De esta manera, ha negado que Ciudadanos conociera la "magnitud" del caso de las licencias por edad, a pesar de haber estado en la Mesa del Parlament. Las declaraciones y los gestos de Grau no han dejado de sorprender a la misma Nierga hasta el final. La ahora diputada, hasta las últimas elecciones periodista, ha pedido a su entrevistadora hacerse una fotografía en directo. Se ha levantado, ha abierto el móvil y le ha preguntado: "¿Nos podemos hacer una foto?". Nierga no se ha podido negar.