El cabeza de lista de Junts pel Sí por Tarragona, el independiente Germà Bel, presentó el lunes la renuncia como miembro de la dirección del grupo parlamentario, según ha podido saber El Nacional. Bel esgrimió desacuerdos con la forma como se organiza el grupo antes de poner encima de la mesa su decisión. En el trasfondo estaría, según fuentes de los asistentes, el malestar por la presencia en las reuniones de JxSí –que integran CDC y ERC– de miembros de los partidos que no son diputados e, incluso, que son miembros del Govern. Los responsables del grupo confían en convencerlo para que reconsidere la decisión.

El núcleo duro del grupo parlamentario lo componen el presidente, Jordi Turull; la portavoz, Marta Rovira, y los cabezas de lista de las demarcaciones comarcales –Barcelona, Raül Romeva, ahora conseller de Exteriores; Tarragona, Germà Bel; Lleida, Josep Maria Forné; y Girona, Lluís Llach–, así como los responsables de MES i Demòcrates –también integrados en JxSí– y de los miembros que pueda decidir la cúpula de los respectivos partidos.

Es precisamente el desacuerdo con las personas que se suman a los encuentros lo que ha provocado la irritación del dirigente del Ebre, popular entre los diputados por la desinhibición y contundencia con la que expresa las opiniones y discrepancias en las reuniones internas. Algunos de los asistentes aseguran que Bel manifestó su disconformidad con la presencia de personal técnico, representantes de los partidos, en medio de los diputados.

No es la primera vez que el diputado ebrenc, que forma parte de las listas en calidad de independiente, muestra su disconformidad con el papel que mantienen los partidos dentro de JxSí. El pasado 20 de febrero criticó a través de un tuit, dirigido a ERC de Tarragona, que los órganos territoriales de los partidos señalaran cargos del Govern.

Ante esta situación recurrente, habría llegado a expresar su incapacidad para adaptarse a este modelo organizativo, y de esta manera habría argumentado la voluntad de plantear su renuncia a formar parte de la dirección.

La reacción de los presentes habría sido intentar rebajar la tensión y subrayar la importancia de la presencia del diputado ebrenc en las reuniones. De hecho, miembros de la dirección aseguran que han quedado emplazados a celebrar un encuentro del núcleo duro del grupo para replantear la forma como se hacen las reuniones y estudiar qué cambios hay que adoptar para evitar la interferencia de los partidos.

Llovía sobre mojado. El jueves las formaciones que integran JxSí dividieron el voto a raíz de la votación sobre la retirada en Tortosa del monumento franquista que conmemora la batalla del Ebro. Este ayuntamiento, gobernado por CDC, ya tiene decidido convocar una consulta popular para tomar la decisión.

JxSí no tenía previsto este tema en el pleno, que fue forzado por la CUP en el último momento. Eso obligó a fijar voto veinte minutos antes de la votación con una reunión de urgencia en el pasillo. La solución fue dar libertad de voto y partir también el turno de defensa del posicionamiento.

La diputada y concejala del consistorio, Meritxell Roiger, tuvo que salir a la tribuna a defender la consulta del ayuntamiento y a pedir el voto en contra de la iniciativa, lo cual no impidió que parte de los diputados, básicamente los de ERC, no secundaran la petición.

Eso provocó la posterior protesta de la diputada. El convergente Lluís Corominas se encargó el lunes de transmitir este descontento dentro de la reunión del grupo. El tema volvió a salir ayer en la reunión que celebran cada martes todos los diputados de JxSí. Y de nuevo, se acordó que, en temas que no estén contemplados dentro del programa electoral, se optará por la libertad de voto.