Esquerra Republicana, partido que votó a favor de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa en junio del 2018; que llegó a un acuerdo para abstenerse en su investidura en enero del 2020 después de unos resultados de récord en los dos comicios del 2019; y que después del porrazo del 2023 va a votar a favor a cambio de la ley de amnistía y el traspaso de Rodalies, está a la expectativa la sesión de este miércoles mañana en el Congreso, cuando el presidente del Gobierno dará, en principio, explicaciones sobre el caso Cerdán e intentará como pueda cerrar la crisis de credibilidad que hay entre sus socios de investidura: muchos de ellos, entre los cuales ERC, le dieron apoyo a la moción del 2018 como condena a la corrupción del PP después de la sentencia de la trama Gürtel.

Precisamente estas "explicaciones" son lo que quiere Esquerra, ya que el escándalo afecta a dos personas que en el pasado (un pasado muy reciente en el caso de Santos Cerdán) habían estado de la máxima confianza de Sánchez. Pero también medidas para luchar contra la lacra  de la corrupción que ha impactado de lleno entre las filas de los socialistas y que ya trasladó Gabriel Rufián en la reunión (sin foto) que mantuvieron los dos en la Moncloa. "Queremos las cosas claras y tangibles, explicaciones de verdad. Y que cumplan con los compromisos adquiridos", reflexionan desde Esquerra.

La corrupción, la línea roja de ERC

Los republicanos, desde un primer momento, han dejado claro que para ellos la corrupción es una línea roja y su portavoz, en uno de los cara a cara más duros que se le recuerda con Sánchez le hizo prometer que este escándalo, que no parece ni mucho menos cerrado y que ha llevado a quien hasta hace menos de un mes era mano derecha del presidente a Soto del Real no sería la Gürtel del PSOE y dejando bien claro que la izquierda no puede robar. Desde Esquerra recuerdan siempre que tienen ocasión que en sus más de 90 años de historia (en el 2031 celebrarán el centenario) que a su formación no se les puede cargar ningún caso de corrupción en todas estas décadas y el portavoz del partido, Isaac Albert, manifestó desde la sala de prensa de la calle Calàbria que "después de la corrupción no hay nada".

Desde un primer momento, también, ERC no ha escondido que su intención es evitar tanto como se pueda que gobiernen el PP y Vox en el Estado, cosa que según indican las encuestas, es una posibilidad más que real con el panorama actual. Además, tanto el PSOE como el PSC tienen todavía una larga lista de deudas con Esquerra, pendientes desde las dos investiduras de Sánchez y Illa. Algunos están más avanzados, como el traspaso de Rodalies o la ley de amnistía, aunque los jueces se nieguen a aplicarla a los líderes del procés, entre los cuales el presidente del partido, Oriol Junqueras. Pero también hay que todavía están lejos de culminarse, como la condonación de la deuda del FLA o la madre del cordero: la financiación singular. De hecho, la comparecencia de Sánchez tendrá lugar cinco días antes de que se reúna la comisión bilateral en las que los republicanos esperan avances en la materia, siempre recordando a los socialistas que "no habrá nuevos acuerdos hasta que se cumplan los que ya están firmados". De eso depende, por ejemplo, que Salvador Illa consiga ligar el apoyo de los veinte diputados de ERC para los presupuestos del 2026, después de dos años de prórroga.

Ahora bien, todos estos asuntos pendientes (que serían imposibles de traducirse en la realidad si en Moncloa mandara el PP, tanto en solitario como con Vox) no son una carta blanca para el PSOE, tal como han ido manifestando desde de ERC. En el pleno del Congreso, Gabriel Rufián pidió a Sánchez que no les hiciera escoger entre corruptos "cutres" y los prémium, en referencia al PP, porque al final harían decidir a la ciudadanía. Y este mismo lunes, el líder en Madrid ha insistido en la misma idea: "Si eso sigue escalando, al final la gente tiene que decidir lo que tiene que ser del PSOE y del Gobierno", pero que si la corrupción de los socialistas se "reduce" a lo que se conoce hasta ahora (Koldo, Ábalos y Cerdán) el Ejecutivo "tiene que seguir".

Ni moción de censura ni cuestión de confianza

Las frágiles mayorías en el Congreso han hecho que durante estas semanas, ni Sánchez presente una cuestión de confianza, que ya reclaman algunos socios, ni Alberto Núñez Feijóo una moción de censura. El gallego sondeó a los socios, pero desde de ERC se les cerró la puerta en las narices, recordándolos sus casos de corrupción en el pasado. Y de la misma manera en que en el lejano mes de diciembre se distanciaron de la propuesta de cuestión de confianza que planteaba Junts, ahora Rufián también la considera "inútil": "Imaginad que la gana y al día siguiente sale otro audio...", ha soltado el de Santa Coloma. Esta posible publicación de nuevas grabaciones no es un hecho descartable a estas alturas para nadie.