Cuando las negociaciones para un nuevo gobierno en el Estado se dan prácticamente por rotas en Madrid, desde Catalunya el líder de En Comú Podem (ECP), Xavier Domènech, y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, se han emplazado a mantener abierto el contacto. Si bien fuentes de estas fuerzas han confirmado a El Nacional que no hay reuniones previstas para esta semana, han descartado que ello suponga un bloqueo como consecuencia del fracaso en la capital española.

A pesar de la reiteración de que la mesa de negociación está en Madrid, los encuentros entre las dos formaciones catalanas se han enmarcado siempre en la voluntad de encontrar una salida a lo que el propio portavoz del PSOE, Antonio Hernando, consideraba este domingo que era el único escollo para la investidura de Pedro Sánchez como presidente de España: El referéndum.

“Es una lástima”, decía Hernando, explicando que hasta 17 de las 20 de las propuestas que había defendido Podemos el jueves pasado eran compatibles con los socialistas. Así, en una misiva, ponía de manifiesto que el referéndum llevará hacia unos nuevos comicios generales.

La voluntad de los socialistas, como confirmaron fuentes de la formación a este diario, era que se pudieran constituir 6 mesas de negociación diferentes, una de las cuales abordara la reforma territorial del Estado. El objetivo era que en sólo tres días, dado el calendario estrecho que fija elecciones automáticas si no hay un nuevo presidente investido el 2 de mayo, se pudieran determinar los puntos de sintonía y de discordia.

Varias reuniones

En los últimos dos meses En Común Podem y PSC se han visto en al menos cinco ocasiones. Dos de ellas han sido públicas, mientras que las tres restantes se han producido de forma discreta. La última, de dos horas largas, fue el jueves pasado por la tarde, momento en que Domènech le habría presentado a Iceta tres propuestas de referéndum.  

Que sean los comunes quienes negocien la solución al proceso soberanista ha sido una tesis que ha avalado siempre la dirección estatal de Podemos, y que se evidenció el 30 de marzo pasado cuando Pablo Iglesias, después de encontrarse con Pedro Sánchez, aseguró que Domènech e Iceta serían “a los encargados” de dialogar.

A estas reuniones ha asistido el líder de la confluencia catalana, pero también la independiente e impulsora de la PAH Lucía Martin y el ecosocialista Josep Vendrell. Por parte de Nicaragua, lo han hecho la diputada en el Parlament Assumpta Escarp y la cabeza de lista del partido en las generales, Carme Chacón.

En cualquier caso, el papel primordial lo juegan los dos líderes, que aseguran que mantienen una “muy buena” relación. De hecho, están en contacto continuo vía mensajes. Iceta se llegó a descargar la aplicación Telegram, el servicio de mensajería hegemónico a la izquierda alternativa.

Las tres propuestas

La confluencia se ha ido acercando hacia una pregunta árbol al estilo del 9N. Si bien se muestran discretos sobre el contenido concreto que habrían presentado, el hecho es que se habría planteado a Iceta votar al mismo tiempo si los catalanes quieren un Estado independiente, uno federal, o mantener el statu quo.

Las posiciones políticas se han ido moviendo en los últimos meses. De entrada Domènech rechazaba avenirse a una pregunta que no fuera “clara” y “binaria”, e Iceta descartaba abrirse a cualquier tipo de referéndum sobre la independencia. Ahora el dirigente de ECP aceptaría el árbol e Iceta la vía canadiense si fracasara la reforma constitucional, a pesar del rechazo de los barones del PSOE.

Pero no sólo eso. Desde las diferentes facciones de la izquierda alternativa se han dejado caer escenarios que no pasan por el referéndum. El líder de CSQP, Lluís Rabell, se imaginaba en la entrevista a El Nacional un reconocimiento del hecho nacional catalán, atado a un compromiso de buscar una vía de encaje. Por su parte, el diputado de ECP Raimundo Viejo aseguraba que se puede hablar de transferencias competenciales, mejoras de la financiación o blindaje de competencias. Y en este punto hay un PSOE que ya se mostró dispuesto a discutir y realizar el programa de 21 puntos presentado en su momento por el expresident de la Generalitat Artur Mas.