Segunda oportunidad para el comité Pegasus después de que el Congreso de los Diputados lo plantara esta semana haciéndolos esperar dos horas inútilmente. La mesa y los portavoces de la Comisión de Defensa se reunirán con la delegación europea que investiga el espionaje masivo el martes que viene, el 28 de marzo, a las diez y media de la mañana por vía telemática. El encuentro se hará a petición de los diez eurodiputados que esta semana han visitado Madrid buscando información sobre las intromisiones detectadas en el Estado español. En la misión no se han podido reunir ni con Pedro Sánchez ni con ningún ministro de su Ejecutivo.

Algunos eurodiputados se marcharon enfadados porque la comisión de Defensa los había dejado con un palmo de narices. La reunión prevista entre el grupo de trabajo y los miembros de la comisión de Defensa estaba prevista entre la una y las dos del mediodía. El caso es que aquel encuentro coincidía con la primera jornada del debate de la moción de censura contra Pedro Sánchez y, reglamentariamente, una cosa hacía imposible la otra.

Los europarlamentarios llegaron pasados pocos minutos de la una y esperaron dos horas en la sala Constitucional de la cámara baja deseando que hubiera un receso. Desde allí, mientras no llegaban los parlamentarios citados, siguieron el choque parlamentario por las pantallas y picaron algo. Solo se escaparon del pleno las diputadas Míriam Nogueras (Junts), Marta Rosique y Montse Bassa (ERC), Albert Botrán (CUP) y un representante del PNV. A las tres del mediodía suspendieron la cita porque a las cuatro tenían que rendir cuentas ante los periodistas.

A pesar del plantón, el presidente de la comisión, el popular Jeroen Leaners, excusó a sus homólogos españoles y admitió que fueron al Congreso "sabiendo que sería un debate difícil y prolongado" por la moción de censura de Vox. Además, Lenaers aseguró que "había voluntad" por parte de la comisión de Defensa de reunirse con el grupo de trabajo, que tiene previsto aprobar las conclusiones el 25 de abril. De hecho, en la comparecencia de cierre de la misión, el presidente ya avanzó que estaban negociando otro momento para hacer la reunión "por medios digitales". A pesar de criticar que el Gobierno no enviara primeras espadas a la agenda, la ponente de la comisión, la liberal Sophie in'Velt, negó que hubiera un "deseo de boicot" por parte de las autoridades españolas.

Escuchando las preguntas que han formulado esta semana, los eurodiputados tienen interés en saber más cosas del ciberespionaje. Entre otros, se han interesado por la dimisión de la directora del CNI, que depende del ministerio de Defensa, y por las leyes que sustentan las escuchas. En la comisión de Secretos Oficiales, y no en la de Defensa, es donde la exdirectora de los servicios de inteligencia, Paz Esteban, admitió que habían espiado a 18 independentistas con aval judicial. Los eurodiputados no entienden qué pasó con los 43 restantes que descubrió Citizen Lab.