Fiesta mayor de Junts este domingo en Prats de Molló para celebrar el quinto aniversario de la formación con la presencia del presidente del partido, Carles Puigdemont, que ha aprovechado el acto para centrar su discurso en la formación y sacar pecho del trabajo hecho. Eso sí, recordando que su voto "no es previsible, como el de la mayoría" ni se puede dar "por hecho", un mensaje dirigido hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Si el año pasado este encuentro de verano se produjo pocos días antes del debate de investidura y, por lo tanto, de su retorno fugaz a Catalunya, este año coincide con el presidente del Gobierno en horas bajas y que afronta la segunda parte de la legislatura con la confianza de los socios por el suelo. "Se tiene que ganar con el método de Junts: Si lo que nos proponen nos hace avanzar, sin necesidad de deshacer el camino, podrán tener nuestro apoyo", ha reflexionado, avisando de que, en caso contrario, tocará replicar el discurso de Xavier Trias y decir: "Que os bomben". Puigdemont, como siempre, ha sido recibido con una gran ovación por los más de 1.500 militantes y simpatizantes que se han desplazado hasta la Catalunya Nord, también miembros de la actual dirección del partido, diputados, alcaldes...
Contra los que salen "negociados de casa"
Buena parte del discurso del presidente ha sido centrado a destacar el trabajo hecho por la formación en sus cinco años de vida, recordando que se fundó entre la prisión y el exilio en julio del 2020. "Nosotros seguiremos, iremos a la catalana, yendo por el mundo defendiendo Catalunya, los catalanes, la lengua y las instituciones," remarcando que al fin y al cabo, Junts lo ha convertido en su "método": "Cada vez que nos piden el voto o la opinión nos hacemos unas preguntas básicas. ¿Puede ser positivo para los catalans? ¿Se han aceptado nuestras propuestas? ¿Nos es útil en el camino hacia la independencia"?, ha expuesto el dirigente entre fuertes aplausos, oponiéndose a los "populismos", pero también a aquellos que salen "negociados de casa", un reproche hacia Esquerra Republicana. Puigdemont también ironizado que durante estos cinco años de vida, a mucha gente les ha dado por "muertos, escindidos, divididos o amortizados" ante la incomodidad, ha asegurado, que les supone tener en frente un partido como el suyo.
Mensaje de alerta para|por los "arquitectos del caos"
Después de asegurar que los "debates incómodos" no asustan Junts, Puigdemont ha empezado a cargar duramente contra los populismos que encaran los temas complejos con mensajes simples" hablando de una "epidemia de arquitectos del caos". "Vivienda, echamos a los propietarios! ¿Seguridad? ¡Todos a la prisión y que no salga nadie! ¿Inmigración? ¡Deportaciones masivas! ¿Demasiada burocracia? ¡Fuera funcionarios!", ha ido enumerando, haciendo referencia a algunos de los mensajes más habituales de la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols. "Nosotros no somos así, nos tenemos que oponer a esto. ¡Somos peones de la esperanza, aquellos que hacemos el trabajo y que no nos quedamos en casa colgando mensajes en redes diciendo que todo va mal", ha exclamado Puigdemont, que ha acabado su discurso a grito de "Visca Catalunya lliure!". Tras Els Segadors, en la Plaça Firal ha sonado una canción que se ha convertido en un himno para el partido en su primer lustro de vida: No Surrender de Bruce Springsteen.
Antes de Puigdemont en Prats de Molló también ha hablado su alcalde, Claude Ferrer, que ha dado la bienvenida a lo descrito este domingo como en la capital de Catalunya; la secretaría de organización del partido, Judith Toronjo, y su secretario general, Jordi Turull. Entre los asistentes al acto estaban los consejeros en el exilio, Toni Comín y Lluís Puig. Este último vive, de hecho, a caballo entre Bélgica y la Catalunya Nord y antes de este acto ha realizado una visita guiada con militantes a la Casa Macià. También estaba entre el público exdirigentes del partido, como la expresidenta Laura Borràs y el ex secretario general, Jordi Sánchez.
Turull: "No nos dejamos engañar"
El secretario general del partido, también muy aplaudido, ha sacado pecho de la trayectoria del partido durante estos primeros cinco años, reivindicándose "orgullosos" del trabajo realizado, "manteniendo la llama de la esperanza y sin rendirnos", también ante las presiones que, ha dicho Jordi Turull, quieren dividir la formación: "Estamos más fuertes que nunca, y más convencidos. No nos abandonamos ni al desánimo ni a la resignación y hemos mantenido la posición”. Turull ha definido Junts como el partido que "no se deja engatusar y que no debe elegir entre un bloque y otro", una de las grandes reivindicaciones del partido en Madrid.
Ha sido el propio Puigdemont quien ha definido este encuentro de verano como la Festa Major de Junts. Y, como tal, después de los parlamentos de los líderes de la formación, no podía faltar una comida de hermandad. El plato escogido ha sido una fideuá. De postre, coca. La plaza estaba engalanada para la ocasión, con banderolas de la Senyera y de sus colores, amarillo y rojo. Después de comer, el partido ha habilitado una especie de photocall para que todo el mundo que quisiera pudiera llevarse una foto de recuerdo con Puigdemont. Sin embargo, desde la organización han avisado que esta sesión no se podía alargar toda la tarde, ya que también había sardanas preparadas.