“Cuándo tú luchas, puedes perder o puedes ganar. Pero si no luchas, ya has perdido”. Artur Mas emprende una nueva batalla judicial contra la operación Catalunya para “conocer la verdad” y que “todo el mundo asuma las responsabilidades”. Para conseguirlo, presentará una querella criminal contra todas aquellas personas que “causaron un daño tan grande” a la democracia española. Así lo ha anunciado durante su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados que investiga el uso de la policía patriótica contra el independentismo. El expresident de la Generalitat ha cargado con dureza contra una operación “ilegal, ilegítima e inmoral” que nació “desde las entrañas y el núcleo duro del Estado” para “destruir proyectos políticos, ideas, personas y liderazgos” que “no se podían ganar a las urnas”. “Es la única forma de poder restaurar y curar las heridas que se han hecho a la democracia española, que salió “claramente lesionada”, a consecuencia de la existencia de la operación Catalunya”, ha argumentado. Durante su turno, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha aprovechado para interpelar a Artur Mas sobre los casos de corrupción de Convergència, preguntándole directamente por Jordi Pujol Ferrusola, y sobre la relación actual entre Junts y el PP.

🔴 Soraya Sáenz de Santamaría y Artur Mas declaran por la operación Catalunya, DIRECTO

📝 Rufián fustiga a Mas en la comisión de la operación Catalunya por los pactos con el PP y la corrupción de CDC

 

 

De momento, fuentes del entorno de Artur Mas indican que la querella irá contra Jorge Fernández Díaz (exministro del Interior), María Dolores de Cospedal (exsecretaria general del PP) y Francisco Martínez (exsecretario de Estado de Seguridad). Las dudas que todavía tienen son si incluir a Mariano Rajoy, si añadir el espionaje con Pegasus en la misma querella y en qué juzgado presentarla. “Tenía dudas porque las otras querellas no han tenido recorrido judicial y me sabría mal que a mí también me pasara, pero, tal como están las cosas, tengo un cierto deber y responsabilidad de intentar averiguar la verdad”, ha justificado Artur Mas a la salida ante los medios de comunicación. Su abogado, Jordi Pina, que lo ha acompañado al Congreso, está ultimando el escrito de la querella.

“La única forma de compensar los daños que se han hecho a la democracia española y curar esta gran herida que se le ha provocado es saber la verdad y que las personas que fueron responsables de decisiones que estaban al margen de cualquier marco legal tengan que asumir sus responsabilidades”, ha verbalizado Artur Mas en su intervención inicial. “Si no pasa nada, nos quedaremos con la democracia más pequeña, con más heridas y más estropeada”, ha añadido. Y ha disparado contra los dirigentes del PP que impulsaron y avalaron la operación Catalunya: “No entiendo que sean tan cobardes. Esconden la cabeza bajo el ala, huyen como conejos para que no se les vea porque parezca que no estaban allí”.

A lo largo de tres horas y media, Artur Mas ha reprochado con dureza que los responsables de la operación Catalunya “dinamitaron los cimientos de la democracia” queriendo “alterar el resultado electoral”. “Centenares de miles de ciudadanos vieron cómo se alteraba su libertad de votar en conciencia”, ha lamentado. Y ha negado en todo momento que la operación Catalunya fuera obra de las actuaciones aisladas del excomisario José Manuel Villarejo, si no que era una “operación de Estado montada en toda regla para cargarse ideas, personas y proyectos”, como acreditan las grabaciones en las que también aparecen dirigentes del PP como María Dolores de Cospedal: “En estas conversaciones salen todos, que estaban actuando como fuera para ganar fuera de las urnas aquello que no se veían capaces de ganar en las urnas”. “Constatando que en las elecciones no se podía ganar a los que defendíamos el proyecto del derecho a decidir, había que destruir aquello de la manera que fuera y por los medios que fuera”, ha concluido.

“Si Sáenz de Santamaría no lo sabía, es que estaba muy mal informada”

La comparecencia de Artur Mas ha estado marcada por la información que esta mañana ha destapado El Món a RAC1, que ha revelado que Artur Mas fue espiado durante cinco años y fue la primera víctima de Pegasus en España y la segunda en todo el mundo. En concreto, desde julio de 2015 (cuándo era president de la Generalitat) y hasta mayo de 2020, sufrió 32 infecciones diferentes, más que ninguna otra víctima. Preguntado directamente por esta cuestión, el expresident catalán ha cuestionado el papel de Soraya Sáenz de Santamaría, que ha comparecido en el Congreso antes que él y ha asegurado insistentemente que todas sus órdenes al CNI estaban de acorde a la Constitución y a las leyes. “Como no lo puedo probar, no lo puedo decir. Por activa no lo sé. Por pasiva, seguro”, ha contestado Artur Mas. “¿No sabía nada de lo que estaba haciendo el CNI? Cuesta de creer”, ha reconocido. “¿Que no supiera eso concretamente? No tengo ninguna prueba que demuestre lo contrario. Por lo tanto, ni me lo creo ni me lo dejo de creer, no lo sé”, ha añadido.

 

“Si era la responsable última gubernamental de la relación con el CNI y no lo sabía, es que estaba muy mal informada”, ha verbalizado. “Desde el punto de vista de la seguridad del Estado, ¿se puede garantizar de verdad la seguridad del Estado si la vicepresidenta del Gobierno no sabe las operaciones de inteligencia importantes que está haciendo un organismo que depende de ella?”, se ha preguntado. “Todos sabemos que este programa Pegasus solo se vende a los estados, y todos sabemos que dentro del Estado español solo podía tener acceso la Policía Nacional, la Guardia Civil o el CNI. Por lo tanto, quiero saber quién de estos decidió pinchar mi móvil y llevarse toda la información. Quiero saber dónde está esta información y qué se ha hecho con ella. Y, como ciudadano, tengo derecho a saberlo”, ha remachado.

La bronca con un diputado de Vox: “Se puede seguir equivocando cuando quiera”

Uno de los momentos de más tensión de la comparecencia de Artur Mas ha sido durante el turno del diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro, que le ha recriminado que sacara adelante la consulta del 9N y que se ha ganado los reproches del expresidente catalán. “¿Por qué decidió no acatar la resolución del Tribunal Constitucional que había suspendido cautelarmente la convocatoria del 9N?”, le ha preguntado. “Se equivoca usted otra vez y son diferentes errores en una intervención. Cambiamos el marco de la consulta y lo sostuvimos en una legislación catalana aprobada por una enorme mayoría en el Parlament para convocar un proceso participativo”, ha reivindicado Mas. E Ignacio Gil Lázaro se ha indignado.

— ¿Está pretendiendo tomarme el pelo?
— No, le explico las cosas tal como fueron.
— ¿Con qué desvergüenza puede usted decir lo que acaba de decir?
— Se lo puedo repetir.
— Le dijeron que no podía hacer el referéndum porque era manifiestamente contrario al ordenamiento constitucional.
Se vuelve a equivocar.
— No vale la pena que continuemos.
Sí que vale la pena.

 

Y más tarde Artur Mas ha vuelto a la carga: “¿Usted sabe que la Junta de Fiscales de Catalunya fijó por unanimidad que no apreciaba ni el más pequeño indicio de delito en el 9N?”, le ha preguntado, cosa que ha hecho enfurecer al diputado de Vox: “Vuelve a intentar engañar a esta comisión, tomarnos el pelo y pensar que somos bobos”, le ha lanzado. “La Junta de Fiscales de Catalunya, como si fuera la Junta Directiva del Barça, no tiene ninguna competencia jurídica para determinar si un hecho es o no es contrario a la orden constitucional”, ha concluido.

Las tres grandes decepciones de Artur Mas

En otro momento, a preguntas del diputado de Bildu Jon Iñarritu, que ha hecho toda su intervención en catalán, Artur Mas ha confesado tres de las grandes decepciones que se ha llevado a causa de la operación Catalunya: Alicia Sánchez-Camacho (expresidenta del PP catalán), Jorge Fernández Díaz (exministro del Interior) y Daniel de Alfonso (exdirector de la Oficina Antifraude de Catalunya). El expresidente catalán ha narrado que Sánchez-Camacho lo visitaba “a menudo” en el Palau de la Generalitat para “negociar en un clima de colaboración”, pero ha lamentado que tuviera una cara escondida. “Por un lado, venía amablemente con una sonrisa a negociar cosas y a hacerse fotografías y, por el otro lado, estaba ayudando o fabricando dosieres para destruir aquellas personas con las que negociaba y estaba pasando listas al señor Villarejo”, ha denunciado.

En segundo lugar, ha señalado que él no conocía a Daniel de Alfonso “personalmente”, sino que “se fio de una serie de opiniones transversales de gente que sí que lo conocía” y de gente que le dijo que tenía un “buen perfil para ocupar esta responsabilidad”. “Es muy decepcionante que aquella persona que había sido nombrada por el Parlament y propuesta por el Govern se dedicara a ir en el despacho del ministro del Interior a decir lo que decía y a actuar de la forma que actuaba”, ha lamentado en alusión a la grabación que acredita que conspiraba para fabricar pruebas contra ERC y CDC. En el caso de Jorge Fernández Díaz, Mas ha reprobado que le supo “especialmente grave” porque era el “único ministro catalán” de Mariano Rajoy: “Habíamos comentado que podía hacer la función que en otras épocas había hecho Josep Piqué y podía hacer un papel positivo, y resulta que es uno de los grandes artífices y uno de los grandes directores de una operación que te intenta destruir”, ha apuntado.