El vicepresident, Pere Aragonès, ha firmado esta tarde el decreto que deja sin efecto la convocatoria de las elecciones del 14 de febrero y donde se anuncia una nueva convocatoria para el 30 de mayo. Aragonès ha protagonizado acto seguido una comparecencia en que ha advertido que mantener el calendario como estaba previsto era un riesgo inasumible a nivel sanitario y un perjuicio para la participación que requieren los comicios. Asimismo, ha agradecido a los partidos la predisposición y la comprensión para aceptar la nueva fecha.

"Pido que todos mantengamos la actitud responsable que hemos mostrado hoy. Que aislemos la pandemia de la disputa electoral. No contribuyamos a confundir más a la ciudadanía en un contexto tan duro como el actual por puro cálculo electoral. Seamos responsables", ha reclamado en la comparecencia acompañado de la consellera de Presidència, Meritxell Budó.

Este ha sido el punto final de una semana de negociaciones entre los partidos para acordar una medida no contemplada en la legislación, como es la suspensión de una convocatoria electoral. Por la mañana, Aragonès ha encabezado una reunión con los partidos acompañado de buena parte del Govern donde ha expuesto los planes del ejecutivo para pasar los comicios al 30 de mayo. El PSC ha sido la formación que se ha mostrado más reticente a este calendario y no ha descartado la posibilidad de un recurso.

 

Aragonès ha garantizado que el ejecutivo comparecerá "tanto como haga falta" ante la Diputación Permanente del Parlament, ahora disuelto, para dar explicaciones sobre su acción de gobierno, y buscar "espacios de diálogo y cooperación" con todas las fuerzas políticas.

Las semanas más difíciles

Ha asegurado que las elecciones se aplazan al 30 de mayo para que el proceso electoral no coincida con las semanas más difíciles de la tercera ola de la pandemia y para que nadie tenga que renunciar a su derecho al voto por miedo de contagiarse. "Vienen semanas donde todos tenemos que estar centrados únicamente en la evolución de la pandemia y en la necesidad en evitar el colapso del sistema sanitario", ha advertido.

Aragonès ha asegurado que habían escogido el 30 de mayo como nueva fecha porque presentará "un clima menos propicio para la pandemia y una gran parte de la población ya estará vacunada". No obstante, el decreto del Govern prevé que antes de que se convoque formalmente la nueva cita electoral habrá que abordar un "nuevo análisis de las circunstancias epidemiológicas y de salud pública" y hacer un nuevo debate en el seno del Govern.

Esta mañana Aragonès y parte del ejecutivo se habían reunido con la mesa de partidos en el Parlament para comunicarles el nuevo calendario. Por la tarde ha reunido un Consell Executiu extraordinario para aprobar definitivamente el aplazamiento del 14-F y la nueva previsión para el 30 de mayo.

La consellera de Presidència ha recordado que un informe de la Comisión Jurídica Asesora del pasado 17 de septiembre concluía que "si no es posible garantizar la celebración de las elecciones en condiciones de libertad y de igualdad de manera que se puede poner en cuestión el carácter verdaderamente democrático de las elecciones y la legitimación democrática de las instituciones que resultan" existe la posibilidad de suspender los efectos de la convocatoria de las elecciones y reprenderlas en el momento en que las circunstancias lo permitan.

Seguirà ampliación

 

En la imagen principal, momento en que el vicepresidente, Pere Aragonès, firma el nuevo decreto electoral / Ruben Moreno