El ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha culpado una vez más al PP de poner "palos en las ruedas" a la oficialidad del catalán en la UE, y por ello, dice estar dolido con el partido de Alberto Núñez Feijóo, de quien acusa de "burlarse". Sin embargo, en declaraciones a Catalunya Ràdio, ha augurado que los populares solo conseguirán "retrasar" este reconocimiento, ya que asegura que esta es una prioridad tanto para el gobierno socialista como para él. De hecho, según Albares, si el Ejecutivo español hubiera tenido "desde el primer momento la colaboración de todas las fuerzas políticas españolas" ya se habría conseguido recabar la unanimidad de los veintisiete para incluir las tres lenguas cooficiales --catalán, euskera y gallego-- en el reglamento lingüístico de la UE.
De los veintisiete países miembros de la UE, "veinte ya están dispuestos a dar este paso" para reconocer la oficialidad de estas lenguas en Europa y ha asegurado que, aunque todavía hay algunos gobiernos, entre ellos el alemán, que "requieren más tiempo y más trabajo" antes de dar su visto bueno, "ninguno de estos las quiere vetar". Por ello, el ministro está convencido de que este reconocimiento "es cuestión de tiempo", porque los socios europeos "comprenden la importancia de este asunto para España", ya que "la identidad nacional española es plurilingüe". Hace menos de un mes, la Moncloa anunció que no llevaría la propuesta a debate tras constatar que todavía no hay suficientes apoyos entre los Estados miembros. Esta decisión llegaba después de que el gobierno alemán abriera la puerta a negociar la letra pequeña de la propuesta, pero pidiera más tiempo para seguir las conversaciones. Y es que sin el sí de Berlín, la iniciativa continúa lejos de la unanimidad imprescindible.
Precisamente, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, se encuentra de visita en el Estado español y este mismo viernes ha participado, junto con el rey Felipe VI, en un homenaje en Gernika a las víctimas del bombardeo perpetrado el 26 de abril de 1937 por la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria de Italia. Steinmeier se ha convertido en el primer jefe de Estado alemán en visitar Gernika, atacada durante la Guerra Civil, a pesar de que el país teutón ya había pedido oficialmente perdón sesenta años después del bombardeo cuando el entonces presidente Roman Herzog envió en 1997 una carta que, entre otras cuestiones, asumía la responsabilidad por los hechos y trasladaba su pésame.