Quizá es una señal más de la lamentada pérdida de influencia de España en Europa o apenas una falta de respeto, una más. The Guardian utiliza una foto de Felipe VI y el senador del PP Pedro Agramunt para ilustrar un caso de corrupción que ha costado al mismo Agramunt su cese fulminante como presidente del Consejo de Europa y una inhabilitación parcial por diez años. También lo ha sido, por dos años, el diputado del PDeCAT, Jordi Xuclà.

El Comité de Reglas (nueve votos a favor y tres en contra) considera que ambos han “violado seriamente” el código de conducta de la institución por haber viajado a Siria con diputados rusos y entrevistarse con el presidente Bachar el Asad sin el respaldo del Consejo, con sede en Estrasburgo. La sanción debe ser ratificada por la asamblea.

Durante su inhabilitación, Agramunt i Xuclà no podrán participar en misiones electorales, ni presidir ninguna comisión de la asamblea parlamentaria en Estrasburgo, formar parte de sus delegaciones ni realizar preguntas al Comité de Ministros, órgano de decisión del Consejo de Europa. Podrán votar, firmar mociones o tomar la palabra en el hemiciclo de Estrasburgo.

Sospechas

Agramunt fue presidente de la institución hasta que fue cesado en octubre por este caso. La institución ya había solicitado sin éxito su dimisión días atrás, ante las sospechas de corrupción en su mandato. Aún es miembro del Consejo pese a la pérdida del cargo.

Según una investigación independiente del Consejo, Agramunt recibió sobornos de las autoridades de Azerbaiyán para rebajar el tono crítico de la asamblea a la falta de democracia en el país. Tras la publicación del informe que detalla esa investigación, el Consejo, que reúne a parlamentarios de 47 países, aprobó una resolución en que insta a ambos parlamentarios a dejar su escaño.

El PP expedientó a Agramunt el pasado abril. Este martes, la dirección del PP en el Senado escuchará su versión y decidirá si mantiene su escaño en la Cámara alta.

Para el senador valenciano, se trata de una sanción menor. En un comunicado, considera que las acusaciones de corrupción han quedado vacías y solo se trata de una indisciplina. También amenaza con medidas legales “contra todos aquellos que inventaron una trama para dañar mi persona”. Agramunt olvida explicar que las normas de la asamblea le impiden expulsar a ninguno de sus miembros. Por eso han pedido su dimisión.