Pekín obtuvo un aplauso el mes pasado con la presentación en el G-20 de una zona de librecambio (RCEP) en la que participan quince países de Asia y el Pacífico. Se interpretó como una iniciativa positiva para la economía mundial. Pero, en dos semanas, todo eso ha cambiado. China ha girado hacia una diplomacia agresiva en economía y política que es conocida como "wolf warrior" (lobo guerrero) y que algunos traducen como "Rambo-diplomacia".

El Partido Comunista Chino (PCC) ha encarado el próximo nuevo Año Lunar con una operación de lavado para ofrecer una buena imagen de gran potencia. Ya ha habido numerosos programas elogiosos de televisión sobre Wuhan, pero ahora se trata de dar respuesta a la pregunta sobre el origen del patógeno antes que dónde apareció. Se ha mencionado, entre otros lugares, Italia e India, que los virólogos han descalificado. El asunto quedó en manos de la OMS, que tuvo una primera reunión en octubre en la que participaron especialistas de EE.UU, Japón y otros países con la contraparte china.

Esta historia parecía encauzada, cuando de repente estalló un gran escándalo cuando se supo que el Ministerio de Comercio de China impondrá aranceles que oscilarán entre el 107,1% y el 212,1% a las importaciones de vinos de Australia, país que forma parte de la recién creada zona de librecambio. La versión oficial era que "existe una relación causal entre dumping y los daños materiales". Para la industria vinícola australiana era una absoluta debacle.

El ministro de Agricultura de Australia, David Littleproud, declaró que "tras los comentarios recientes de China se percibe que esta decisión se basa en algo más que cualquier irregularidad de la industria del vino".

China ha girado hacia una diplomacia agresiva en economía y política que es conocida como "wolf warrior" y que algunos traducen como "Rambo-diplomacia"

La agencia Bloomberg informó a partir de una nota del Sunday Times que "muestras de virus enviados hace siete años al Instituto de Virología de Wuhan se parecen mucho a la Covid-19".

Y agrega Bloomberg, "en 2013, los científicos enviaron muestras congeladas al laboratorio de Wuhan desde una antigua mina de cobre infestado de murciélagos en el Sureste de China después de que seis hombres que habían estado limpiando las heces de los murciélagos allí contrajeron una neumonía grave. Tres de ellos murieron y la causa más probable fue un coronavirus transmitido por un murciélago, informó el Sunday Times, citando a su médico cuyo superior había trabajado en el departamento de emergencia que trató a los hombres".

La misma mina fue estudiada posteriormente por Shi Zhengli, apodada "mujer murciélago" por sus expediciones a sus cuevas, que describió la Covid-19 como un 96,2% similar a una muestra de coronavirus llamada RaTG13 obtenida en 2013.

Australia ha amenazado con recurrir a la OMC a causa de los aranceles chinos.

En EE.UU., líderes económicos como El-Erian se han preguntado "si es posible una buena competencia entre EE.UU. y China". Los acontecimientos de estos días han creado una gran sospecha sobre esa posibilidad. En las cancillerías, lo de Australia ha sonado como una advertencia al mundo sobre cómo deben tratar en adelante a una China poderosa. La mención australiana a la necesidad de clarificar la responsabilidad de China en la epidemia no deja mucho margen. Menos mal que las vacunas ya están aquí.