Suzuki ultima el relevo generacional del Across, su SUV híbrido enchufable desarrollado en colaboración con Toyota. La estrategia se mantiene clara: replicar la fórmula del RAV4 PHEV, adaptando algunos rasgos de diseño y emblemas para ofrecer una alternativa bajo el paraguas de Suzuki. Sin embargo, más allá de la apariencia, el control del producto sigue en manos de Toyota, que se reserva la capacidad de marcar las diferencias fundamentales entre ambos modelos.
La nueva generación del Across, prevista para 2026, continuará utilizando la base mecánica del RAV4, combinando un motor de gasolina de 2.5 litros con dos motores eléctricos y tracción total. Esta configuración ofrece una potencia conjunta de 306 CV y una autonomía eléctrica de 75 kilómetros en ciclo WLTP, una cifra que podría incrementarse en línea con las mejoras previstas por Toyota para su modelo original. Aunque el planteamiento técnico será prácticamente idéntico, Suzuki introducirá sutiles modificaciones estéticas para reforzar su identidad propia.
Lo destacable en este caso es que, aunque Toyota permite a Suzuki acceder a una de sus plataformas más exitosas, la marca japonesa mantiene el control de la gama y sus posibles derivaciones. El RAV4 seguirá contando con una oferta más diversa, que incluye versiones híbridas autorrecargables, acabados específicos como el Adventure o el GR Sport y un mayor margen de configuración. Esta diferencia estructural impide que el Across pueda convertirse en una amenaza directa en términos de volumen de ventas, ya que su catálogo estará limitado a una única variante híbrida enchufable.
Un clon condicionado desde el origen
En términos de posicionamiento comercial, Suzuki ha optado por mantener el Across como una opción de imagen y tecnología, no necesariamente orientada a competir por precio con el RAV4. La diferenciación se encuentra en elementos puntuales del interior, en detalles del diseño exterior y, sobre todo, en una política comercial acordada con Toyota que impide un solapamiento directo. Esta decisión se refleja también en la política de disponibilidad: mientras el RAV4 se ofrece a gran escala, el Across mantiene una distribución más limitada.
Cabe destacar que esta colaboración permite a Suzuki cumplir con los objetivos de emisiones en Europa sin necesidad de desarrollar desde cero un sistema híbrido enchufable propio. A cambio, asume un papel subordinado en la estrategia conjunta, dependiendo directamente de los desarrollos y decisiones de Toyota. El nuevo Across, por tanto, actuará como una extensión controlada de la gama RAV4, sin alterar los equilibrios comerciales establecidos entre ambas marcas.
Este planteamiento deja claro que, pese a la apariencia de igualdad entre modelos, la estructura del acuerdo beneficia a Toyota tanto a nivel técnico como de mercado. Con más versiones, más volumen y mayor visibilidad, el RAV4 continuará siendo el pilar de referencia dentro del segmento, mientras que el Across reforzará la presencia de Suzuki sin alterar las jerarquías internas del grupo.