48 horas después de que Europa decidiera aplazar la decisión sobre la oficialidad del catalán después de una ofensiva diplomática del PP contra esta lengua, los populares vuelven a atacar el idioma propio de Catalunya. Esta vez ha sido el diputado Antonio Silván, presidente de la comisión mixta entre el Congreso de los Diputados y el Senado para fiscalizar la actividad de RTVE, que este jueves ha retirado la palabra de mala manera a la parlamentaria de Junts Pilar Calvo por haber formulado preguntas en su lengua al presidente del ente público, José Pablo López. La disputa entre los dos ha durado más de dos minutos, y el popular ha optado por pasar al siguiente interrogador de la comisión, sin preguntar al compareciente si quería responder las dudas de la diputada independentista.

 

La excusa que ha utilizado el diputado del PP para no dejar hablar catalán a Pilar Calvo es que en esta comisión, en tanto que es mixta, se basa en el reglamento del Senado. Al principio de la legislatura, el independentismo consiguió a través de un acuerdo con el PSOE que se reformara el reglamento del Congreso de los Diputados para que se puedan utilizar con plena normalidad el catalán, el vasco y el gallego. En el Senado, sin embargo, hay una mayoría absoluta del PP, de manera que esta reforma no se ha podido tirar nunca adelante y ahora este parlamentario popular se ha escudado en este formalismo para evitar que se utilizara la lengua propia de Catalunya en esta comisión.

La diputada Pilar Calvo le ha recriminado que es un derecho suyo poder utilizar este idioma. Y se ha quejado de que el presidente de la comisión tomara esta decisión la misma semana que se han hecho públicas las maniobras de su partido para dinamitar la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego en las instituciones europeas.

España falla el tercer intento por hacer oficial el catalán en Europa

Este martes, la votación para oficializar las lenguas catalana, vasca y gallega quedó pospuesta nuevamente ante la falta de unanimidad entre los 27 estados miembro en la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE. Aproximadamente una decena de países pidieron más tiempo a España al ver este debate demasiado prematuro. De hecho, socios como Alemania, Finlandia, Croacia, Suecia y Austria llegaron al encuentro sin esconder sus reticencias a la medida; y también plantearon sus dudas dentro del cónclave. Las inquietudes son fundamentalmente financieras y legales. Desconfían de que el Gobierno pague indefinidamente este gasto y temen que haga falta una reforma de los Tratados de la UE. Los países que sí que avalaban la oficialidad de estas tres lenguas son Dinamarca, Eslovenia, Eslovaquia, Hungría, Bélgica y Portugal.