Un vídeo viral de Emmanuel y Brigitte Macron durante una visita a Vietnam generó un momento de tensión mediática que en Francia se desvaneció rápidamente. En las imágenes, se ve a Brigitte apartando la cara de su marido cuando él se disponía a bajar del avión. Aunque este clip habría ocupado titulares durante días en Estados Unidos, en los medios franceses solo tuvo una cobertura muy breve.

🎥 Brigitte Macron, la primera dama de Francia, le clava una bofetada a Emmanuel Macron | VÍDEO
 

Este contraste pone de manifiesto una diferencia cultural entre Francia y el mundo anglosajón: en Francia, la vida privada de los políticos es, tradicionalmente, un territorio casi sagrado. Este respeto por el secreto personal ha permitido mantener en silencio durante años asuntos como la hija ilegítima del presidente Mitterrand o la vida personal de Dominique Strauss-Kahn, que solo salió a la luz a raíz de su detención por presunta agresión sexual en Nueva York en 2011.

Otro caso mediático fue el de François Hollande, cuando una revista publicó fotos suyas visitando en secreto a la actriz Julie Gayet mientras todavía vivía con su pareja oficial. A pesar del alboroto inicial, su oficina condenó la invasión de la privacidad, y los medios se retiraron rápidamente del tema. En su rueda de prensa, solo respondió a una pregunta sobre el tema, diciendo que los asuntos privados se tratan en privado.

La relación entre Emmanuel y Brigitte Macron

Este patrón se repitió con el incidente de los Macron: los medios franceses comentaron brevemente el vídeo y pasaron página. Sin embargo, este código no escrito empieza a perder fuerza. Según el periodista Thierry Arnaud, hoy día es mucho más difícil contener estas historias personales a causa de las redes sociales y las campañas de desinformación.

La relación entre Emmanuel y Brigitte Macron ha sido objeto de atención desde el principio. Se conocieron cuando él tenía 15 años y ella era su profesora de teatro, 24 años mayor, casada y con tres hijos. Sin embargo, la relación evolucionó y, finalmente, se casaron. Durante la campaña electoral de 2017, su historia se presentó como un símbolo de amor moderno y rompedor. Pero con el paso del tiempo, esta imagen se ha ido erosionando.

Después del incidente en Vietnam, la pareja apareció caminando cogida de la mano por las calles de Hanói, mostrando una imagen de unidad. Sin embargo, la frontera entre lo que es público y privado es cada vez más difusa.

La situación se agrava con rumores y teorías conspirativas como la difundida por la comentarista conservadora norteamericana Candace Owens, que cuestionaba la identidad de género de Brigitte Macron. A pesar de ser completamente falsas, estas acusaciones han tenido una amplia resonancia en las redes y han obligado al presidente a responder públicamente, lamentando cómo la desinformación puede afectar incluso a los momentos más íntimos de la vida de un mandatario.

Este episodio demuestra que Francia lucha por mantener una tradición mediática en un mundo donde los límites entre privacidad y exposición pública son cada vez más borrosos.