La historia reciente de Renault ha estado marcada por apuestas arriesgadas. Una de las más sonadas fue confiar en Alpine como el estandarte deportivo del grupo. La idea de unir tradición y competición parecía brillante, pero el resultado ha quedado lejos de lo esperado. La mala racha en la Fórmula 1 y la escasa identificación del cliente con esta marca han hecho que la estrategia se tambalee.

El recuerdo de Renault Sport sigue muy vivo. Durante años, las siglas RS fueron sinónimo de coches radicales, accesibles y emocionantes. Modelos como el Clio RS o el Mégane RS construyeron una legión de seguidores en Europa. Su desaparición dejó un vacío que Alpine no supo llenar. De repente, Renault pasó de tener una división deportiva clara a depender de un sello con poca conexión con el gran público.

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Renault 5 Alpine A290

Alpine, apuesta fallida de Renault

La transición se notó incluso en los acabados. Los paquetes RS Line dieron paso a las versiones Esprit Alpine, una denominación que añadía un aire deportivo al diseño, pero nada más. Bajo la carrocería no había motores potentes ni chasis pensados para disfrutar al volante. Renault apostó por la imagen, pero olvidó la sustancia.

El punto de inflexión llegó con el final del Mégane térmico y el estreno del Mégane eléctrico. El último deportivo auténtico fue el Mégane RS Ultime, que cerró la era Renault Sport de forma simbólica. Desde entonces, los concesionarios de la marca han estado huérfanos de un verdadero compacto radical. Una decisión que decepcionó a los entusiastas y que debilitó la identidad de Renault frente a rivales europeos y japoneses.

Con la salida de Luca de Meo y la falta de resultados de Alpine en la F1, la situación ha cambiado. Renault sabe que necesita una nueva estrategia deportiva si quiere recuperar su prestigio. Fabrice Cambolive, actual CEO, lo confirmó en el Salón de Múnich 2025: la compañía trabaja en distintas propuestas y mostrará avances en los próximos doce meses. Pero advierte que la clave estará en cuadrar costes y demanda antes de lanzar algo definitivo.

Renault 5 Alpine A290
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Renault quiere reconectar con su pasado más deportivo

Algunos movimientos recientes apuntan en esa dirección. El lanzamiento del Renault 5 Turbo 3E, un prototipo eléctrico cargado de guiños al pasado, demuestra que la firma francesa busca reconectar con su legado. Aunque el Clio 2026 no tendrá versión deportiva, Renault podría recuperar el ADN RS en otros modelos de su catálogo. El dilema está en el enfoque: mantener motores térmicos o apostar por deportivos 100 % eléctricos.

Lo que está claro es que Alpine no ha convencido. Ni sus resultados deportivos ni su proyección comercial han estado a la altura de lo que Renault necesita. Por eso, la marca francesa ya piensa en desmarcarse y recuperar su propio camino. La vuelta de una división deportiva propia no es solo una posibilidad: es casi una obligación si quiere reconectar con su historia y con un público que aún recuerda lo que significaban las siglas RS.