Los Países Bajos celebraron este miércoles las elecciones legislativas que han tenido un final de infarto, con un empate técnico entre el partido progresista liderado por el joven Rob Jetten (D66) y el Partido de la Libertad (PVV) del ultraderechista Geert Wilders, que han sido el gran triunfador y el gran perdedor de los comicios, respectivamente, a pesar del empate técnico de los resultados definitivos. Aunque los primeros sondeos a pie de urna de la televisión pública NOS al cierre de los colegios electorales pronosticaban una victoria muy ajustada de los Demócratas de Jetten por 28 escaños contra los 25 del PPV, el recuento al 98% escrutado ha reflejado un empate técnico con 26 escaños para cada uno, con una diferencia de unos 2.000 votos, en un parlamento de 150 escaños, que obligará a tejer alianzas para formar gobierno. Todo apunta a que las negociaciones acabarán conformando un ejecutivo de mayoría centrista liderado por los socioliberales del D66 y su líder Rob Jetten como probable primer ministro, y con el PPV de Wilders, uno de los líderes más veteranos de la ultraderecha europea, que pierde 11 escaños en el parlamento neerlandés y volverá a la oposición.
El líder del partido liberal progresista probablemente se convertirá en el jefe de gobierno más joven de la historia de los Países Bajos. Nacido en 1987 en el Brabante del Norte, Jetten estudió Administración Pública en la Universidad Radboud de Nimega. Antes de su ascenso nacional, empezó como regidor en Nimega y dirigió el grupo municipal de D66 entre 2010 y 2017. Fue elegido diputado en 2017 y se convirtió en el líder parlamentario más joven de su partido un año después.
Entre 2022 y 2024, ocupó la cartera de Clima y Energía en el gobierno de Mark Rutte, impulsando políticas de transición energética y reducción de emisiones. Jetten se identifica como liberal progresista, defensor de los derechos LGTBI —se casará en 2026 con el jugador argentino de hockey hierba Nicolás Keenan—, y su campaña se centró en el optimismo, la igualdad y la sostenibilidad ante el populismo y la política del odio.
Rob Jetten for president 🫡 pic.twitter.com/YIJh9FKVe0
— . (@notpasian) October 28, 2025
Su victoria refleja el cambio generacional y de rumbo político en los Países Bajos después del breve periodo de la extrema derecha liderada por Wilders. "Millones de neerlandeses hoy han pasado página y han dicho adiós a la política del odio", proclamó Rob Jetten ante una multitud de militantes que agitaban banderas verdes y coreaban “Yes, we can”. "Hoy hemos conseguido el mejor resultado de la historia del D66, y quizás incluso somos el partido más grande del país", añadió entre aplausos, visiblemente emocionado.
De positieve krachten hebben gewonnen! Ik wil voor alle Nederlanders aan de slag, want dit is het land van ons allemaal! pic.twitter.com/Chs6T7XMcf
— Rob Jetten (@RobJetten) October 29, 2025
Auge y caída del polémico Wilders
El PPV ha comandado el gobierno de coalición con otras tres formaciones de derechas tras las elecciones de noviembre de 2023, donde consiguió un récord de 37 escaños y más del 23% de los votos. El polémico Wilders no pudo asumir el cargo de jefe del Gobierno porque los partidos socios de coalición rechazaron que él ocupara el cargo y prefirieron una figura de consenso independiente como Dick Schoof como primer ministro. Wilders, sin embargo, mantuvo el control parlamentario y político del PVV en la coalición y dejó caer el gobierno el pasado mes de junio, cuando retiró a sus ministros, dando pie a estas nuevas elecciones. El gobierno que había impulsado solo pudo mantenerse 11 meses en el poder después de que no consiguiera imponer las estrictas leyes de asilo y las demandas radicales en materia de inmigración que impulsaba y que provocaron reticencias entre los mismos socios de coalición. Antes de eso, los Países Bajos estaban gobernados por el liberal Mark Rutte —actual secretario general de la OTAN— y su partido VVD durante más de una década, hasta la crisis política y el ascenso del PVV. Aunque Wilders había encabezado las encuestas desde que se confirmó el adelanto electoral, en los últimos días se habían acortado las distancias y los últimos sondeos pronosticaban un triple empate entre el D66, el centroizquierda clásico (GroenLinks-PvdA) y la ultraderecha, por lo que el hundimiento electoral del PVV ha sido una sorpresa.
Pasar página y abrir una nueva etapa
Así, las elecciones provocadas por el propio Wilders han demostrado que los Países Bajos quieren dejar atrás la etapa de polarización y crispación política que han vivido con el PVV, el cual, a pesar de no perder técnicamente las elecciones, asume que su partido “probablemente no formará parte del próximo gobierno”, declaró el propio Wilders. Con 76 de los 150 escaños del Parlamento necesarios para alcanzar la mayoría, el D66 necesitará una amplia coalición para gobernar. Los analistas apuntan a un posible pacto con los democristianos (CDA), los liberales conservadores (VVD) y la misma alianza verde de izquierdas que lideraba el excomisario europeo Frans Timmermans. Sería una fórmula que devolvería los Países Bajos al equilibrio político y a su tradición de consensos.