Cuando hablamos de seguridad vial, la Dirección General de Tráfico (DGT) suele poner el foco en las distracciones, el consumo de alcohol y otros factores humanos como principales causas de accidente. Sin embargo, en opinión de Máximo Sant, creador del canal Garaje Hermético en YouTube, hay otro elemento clave que no siempre se menciona con suficiente claridad: las carreteras por las que circulamos no ofrecen el mismo nivel de seguridad.

En un reciente vídeo, Sant analiza las diferencias entre las autopistas y las carreteras secundarias, destacando por qué, a pesar de su mala fama, las primeras son en realidad las vías más seguras.

Autopista gestion Abertis Europa Press

Las autopistas: más rápidas, pero también más seguras

Aunque la DGT recuerda con frecuencia que las autopistas y autovías permiten circular a alta velocidad, Sant insiste en que eso no significa que sean más peligrosas. Al contrario: en estas vías no existen cruces, rotondas ni pasos a nivel con trenes (que en España aún se cobran víctimas cada año). Además, la separación física entre sentidos de circulación evita los choques frontales, uno de los accidentes con mayor índice de mortalidad.

También hay elementos de seguridad activa integrados en su diseño: arcenes amplios, bandas sonoras que avisan al salirse del carril, escapatorias y curvas suaves que reducen el riesgo de distracción. Incluso el trazado moderno de autopistas evita las rectas interminables, sustituyéndolas por ligeras curvas que mantienen la atención del conductor.

Por último, la asistencia en caso de accidente suele llegar mucho antes en una autopista, donde la presencia de controles y servicios es mayor que en una carretera convencional.

Carretera Unsplash

Argumentos para huir de las autopistas

En contraste, las carreteras secundarias ofrecen al conductor una experiencia completamente diferente. Como recuerda Sant, “viajar huyendo de autopistas y autovías es más auténtico, más enriquecedor… y más lento”. El paisaje cambia, se atraviesan pueblos y se disfruta del viaje como un fin en sí mismo.

Sin embargo, la realidad estadística es clara: según la propia DGT, el 89% del trazado en España corresponde a carreteras convencionales, pero en ellas se producen dos de cada tres accidentes mortales. Las causas son múltiples: vías estrechas, falta de arcenes, tráfico en ambos sentidos, cruces inesperados y menor asistencia en caso de emergencia.

Esto no significa que no puedan disfrutarse. De hecho, Sant recuerda viajes memorables al volante de un descapotable clásico por carreteras secundarias, donde lo importante no era llegar rápido, sino disfrutar del camino. Pero también advierte: para que la experiencia sea positiva, hay que asumir una actitud distinta, sin prisas y con la conciencia de que el riesgo es mayor.

En su sección de consultorio, Sant responde a la pregunta de un espectador sobre el coche ideal para este tipo de viajes. La conclusión es clara: cualquier vehículo puede servir si la actitud es la adecuada. No obstante, para potenciar la experiencia, recomienda opciones como un descapotable, un clásico bien mantenido o un coche con cambio manual que implique más al conductor. Eso sí, siempre con fiabilidad como condición indispensable, porque quedarse tirado en una carretera secundaria puede convertir una aventura en un problema serio.