“¿Por qué Franco nos parece mal?” Es la pregunta que lanzó Jon Echevarría, dirigente de Nuevas Generaciones del PP en Guipúzcoa y candidato a la alcaldía de Zumárraga, a laSexta Xplica. Pero, en realidad, es también la pregunta que planea sobre una parte de los jóvenes en el Estado, en un momento en que las encuestas apuntan que casi un 20% de chicos y chicas de entre 18 y 24 años consideran que la dictadura franquista fue “buena o muy buena”.

En este contexto, las palabras de Echevarría han resonado porque no solo cuestionan el franquismo, sino que lo equiparan con el comunismo y señalan a miembros del gobierno español. Ante el debate sobre por qué algunos jóvenes miran con simpatía aquella etapa, el joven del PP planteó en el programa: “Franco nos parece mal porque es un dictador, ¿verdad? Esto lo tenemos que reflexionar. Efectivamente, nos parece mal porque es un dictador, y yo lo que digo es que el comunismo es una ideología igualmente dictatorial”.

A continuación, pone el foco sobre dos miembros del Ejecutivo: “Yolanda Díaz y Sira Rego son del Partido Comunista y enaltecen a Fidel Castro. Antes de preguntarnos por qué los jóvenes tienden hacia una dictadura, debemos saber por qué nos gobiernan dos ministras partidarias de la dictadura”, afirma Echevarría, recordemos, del PP, no de Vox.

Maestre y Blanco desmontan el discurso del joven

Las declaraciones generaron tensión en el plató y una respuesta inmediata. Antonio Maestre, periodista, pidió la palabra y dijo: “Te desmontaré un poco, te pincharé el globo”. Rápidamente corrige el planteamiento de Echevarría: “El comunismo no es un sistema político, sino que es un sistema económico”, y le advierte que “si quieres hablar de comunismo, tienes que hacerlo con un mínimo de formación y un mínimo de rigor”. Cuando el joven popular recurre a la “dictadura del proletariado”, Maestre le corta con ironía: “Pero si no sabes ni lo que es. Si quieres, después quedamos y te doy unas lecciones, pero ahora no es el momento”. Para él, el discurso de Echevarría es parte de un fenómeno más amplio: “Lo que está ocurriendo es una radicalización de los conservadores”.

La sindicalista Afra Blanco refuerza esta misma idea, indignada por la acusación a Díaz y Rego y por la equiparación entre comunismo y franquismo. Recuerda que: “La ‘peligrosa comunista’, Yolanda Díaz, hoy ha estado presente en todos los actos de la Constitución. Quien no ha estado es vuestro socio, Vox, porque no defiende la democracia”. Y alertó del retorno de un viejo patrón: “Se vuelve a acusar a determinados colectivos de los males de la sociedad. En el pasado, los nazis culpaban a los judíos. Llegaron a gobernar a partir de las urnas”. Según Afra Blanco, los argumentos del joven candidato popular de 18 años son “'facilón', mentiroso y profundamente peligroso”.

Los datos que explican el fenómeno

Lo que pasó en el plató no es una anécdota. Los datos recientemente publicados dibujan un escenario complejo en relación con los jóvenes y el autoritarismo. Aunque la mayoría de la población continúa defendiendo la democracia como la mejor forma de gobierno, casi una cuarta parte de los jóvenes admite que, en determinadas circunstancias, un régimen autoritario podría ser preferible. Entre los votantes de Vox, esta cifra todavía se eleva más.

El desconocimiento histórico juega un papel claro. Entre la generación Z, casi la mitad de los encuestados no sabe situar correctamente el franquismo en el tiempo, y un porcentaje similar desconoce cómo murió Federico García Lorca o quién inició la Guerra Civil. Paralelamente, los chicos jóvenes tienden mucho más que las chicas a valorar positivamente el franquismo o a relativizar sus efectos negativos, a menudo asociándolo a una supuesta estabilidad económica o al orden social, a menudo, con el típico argumento que cada vez más jóvenes utilizan: “Franco instauró las pensiones, la seguridad social y construyó pantanos”.

La memoria del franquismo sigue siendo un terreno de disputa en pleno 2025. Mientras las leyes de memoria buscan reparar a familias que durante la dictadura no pudieron ni enterrar a sus muertos, desde sectores de la derecha se habla de “adoctrinamiento” o de “reabrir heridas”. Esta tensión se traslada también a parte de la juventud, que recibe mensajes que relativizan los crímenes del franquismo, presentan aquella etapa como un periodo de “orden y progreso” y ponen al mismo nivel comunismo y dictadura como si fueran fenómenos equivalentes. Las decisiones políticas de los últimos años—la retirada de símbolos franquistas, la apertura de fosas o el traslado de los restos de Franco— se viven de manera completamente opuesta según la mirada ideológica, y algunos jóvenes absorben estos marcos sin el contexto histórico necesario y nutridos de lo que dicen los pseudoperiodistas y pseudomedios de turno.