La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afronta este jueves un insólito voto de censura en el Parlamento Europeo motivado por el caso conocido como Pfizergate. Cuando está a punto de cumplirse un año de su segundo mandato al frente del ejecutivo comunitario, un grupo de diputados del considerado "sector extremista" ha castigado la política alemana impulsando una medida que, si bien difícilmente conseguirá prosperar, supone un importante revés para su legitimidad.

La medida ha sido promovida por el diputado ultranacionalista rumano Gheorghe Piperea. Paralelamente, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha exigido a través de redes la dimisión de la presidenta, apuntando a los "casos de corrupción" que se ciernen sobre su figura. "Señora presidenta, la esencia del liderazgo es la responsabilidad. ¡Es hora de marcharse"!, ha aseverado Orbán. La propuesta de Piperea ha conseguido llegar al debate parlamentario gracias al apoyo de 76 candidatos, que ha permitido superar el umbral del 10% necesario para entrar en la agenda parlamentaria. Von der Leyen ha asegurado que se trata "de una estrategia extraída directamente del más antiguo manual de extremistas" y que tiene como objetivo "polarizar la sociedad y erosionar la confianza en la democracia". Además, ha quitado hierro a las acusaciones de corrupción de Piperea y ha acusado al candidato de "vivir en un mundo de conspiraciones y supuestas tramas siniestras".

El escándalo Pfizergate, detonante de la moción

La moción de censura está motivada por el escándalo Pfizergate, que vincula Von der Leyen con unos mensajes intercambiados durante el punto álgido de la pandemia con Albert Bourla, el CEO de la farmacéutica norteamericana Pfizer. En aquel momento, los dos negociaban en la opacidad un contrato de 35.000 millones de euros para el suministro de vacunas contra la COVID-19. La presidenta de la Comisión negó cualquier comunicación con Bourla, pero, posteriormente, The New York Times reveló la existencia de los mensajes. Este lunes, la alemana reconocía que estuvo en contacto con fabricantes de vacunas. "Era mi deber, igual que lo fue consultar los mejores epidemiólogos y autoridades sanitarias del mundo. Insinuar que los contratos fueron inapropiados o contrarios al interés europeo es simplemente falso", ha declarado.

La moción también incluye críticas a los fondos de recuperación de la Covid de la UE y a la base jurídica de un fondo de defensa de 150.000 millones de euros, así como acusaciones de interferencia de la Comisión en las recientes elecciones en Alemania y Rumania. Sobre este punto, Von der Leyen ha ridiculizado todas las "falsas afirmaciones e intentos de reescribir la historia de Europa" y ha acusado a los partidos promotores de la moción de estar "alimentados por conspiraciones, desde los antivacunas hasta los apologistas de Putin." "Solo hay que mirar a algunos de los firmantes de esta moción para entender lo que quiero decir", ha sentenciado.

Von der Leyen sobrevivirá, pero quedará tocada

Como es lógico, el Partido Popular Europeo protegerá a su candidata durante la votación de este jueves. También se espera que la Alianza Progresista de Socialistas y Demòcrates (S&D) cierre filas con Von der Leyen, de la misma manera que algunos miembros conservadores y reformistas con quienes la alemana tiene buena relación. La moción contra la presidenta necesita una mayoría de dos tercios para salir adelante y, actualmente, este escenario es casi impensable. La presidenta, por lo tanto, sobrevivirá al embate, pero tendrá que revelar sus vínculos con la farmacéutica Pfizer durante la pandemia. Además, será relevante observar cuántas abstenciones se registran, ya que permitirá observar el alcance de la disconformidad europea con la presidenta de la Comisión.

El Parlamento nunca ha aprobado ninguna moción de censura contra un líder del ejecutivo, aunque, el año 1999, la mera existencia de la propuesta fue suficiente para hacer caer la comisión dirigida por Jacques Santer, después de un escándalo de fraude y corrupción. Hace un año, Von der Leyen fue reelegida para un segundo mandato con el apoyo de todas las fuerzas políticas convencionales: centroderecha, centroizquierda, centristas y verdes. A lo largo de los últimos meses, estos grupos han perdido terreno ante los nacionalistas de derechas, que ahora cuentan con bastante fuerza como para, de momento, hacer saber a Von der Leyen que un sector creciente del Parlamento no está de acuerdo con su manera en hacer política.

¡Sigue ElNacional.cat en WhatsApp, encontrarás toda la actualidad, en un clic!