Ucrania ha conseguido uno de los grandes reclamos que hacía meses que hacía a sus aliados occidentales, el envío de tanques modernos como los Leopard 2 alemanes o los Abrams americanos, que ya se ha materializado con el apoyo de más de una decena de países occidentales, como Alemania, los Estados Unidos o España. Ahora, pero desde el departamento de defensa ucraniano se han propuesto conseguir todavía más armas de última generación y su próximo objetivo son los cazas americanos F-16. Concretamente, y según informa El País, Ucrania habría solicitado 24 unidades de estas modernas aeronaves a sus aliados occidentales. La petición ya se ha hecho a los países que disponen de este armamento, y ahora es su turno de debatir si se oponen o si dan apoyo a las demandas del país dirigido por Zelenski. Es probable que el debate resulte todavía más polémico que la disputa sobre el suministro de tanques. En Europa, varios funcionarios y diplomáticos ya dijeron que sus gobiernos ya no consideraban la idea como una cosa inasumible, como era hace unos meses, pero que los temores de una escalada del conflicto siguen siendo elevados.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reiteró esta semana que, después del acuerdo entre los Estados Unidos y Alemania para enviar tanques pesados a sus tropas, la siguiente etapa tiene que ser dotar en Ucrania de potencia aérea. La superioridad aérea de Moscú está sobre el papel incontestable: las Fuerzas Aéreas rusas tienen una flota de aviones y helicópteros próxima a las 4.200 unidades, según la revista Flight Global, mientras Ucrania en suma solo 312, sobre todo los MiG-29. Sus naves, antiguos modelos soviéticos, no son rival para los modernos cazas rusos y por eso piden a sus aliados occidentales que les envíen aeronaves modernas para poder plantar cara a los invasores.

Diferencia de posiciones entre los aliados occidentales

Washington ha dicho a Kíiv que el suministro de aeronaves es uno "no rotundo" de momento, según un diplomático estadounidense consultado por Politico, pero añade: "Hay una línea roja, pero el verano pasado también había una línea roja en el envío de los HIMARS (lanzadores de cohetes) y al final se enviaron. Después pasó con los tanques de batalla y eso también se ha acabado enviando." Los ministros de defensa de los países aliados de Ucrania celebrarán una cumbre el mes que viene a la base militar estadounidense de Ramstein, en el suroeste de Alemania, donde se espera que el apoyo aéreo sea un foco clave en los debates que se plantearán.

El ministro de Asuntos exteriores neerlandés, Wopke Hoekstra, dijo la semana pasada al Parlamento neerlandés que su gabinete estudiaría la posibilidad de suministrar aviones de combate F-16, si Kíiv los solicita. "Somos de mentalidad abierta, no hay tabúes", dijo. Eso siguió los comentarios del ministro de Asuntos Exteriores de Eslovaquia, Rastislav Kácer, que dijo que su gobierno estaba "a punto" para entregar aviones de combate MiG-29 de la era soviética en Kiev, y estaba hablando con socios de la OTAN y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski sobre cómo hacerlo. Otros políticos de alto nivel se han mostrado mucho menos dispuestos a debatir sobre un posible envío de cazas F-16. El canciller alemán Olaf Scholz lo descartó el miércoles, alegando la necesidad de evitar una mayor escalada militar. "No habrá entregas de cazas a Ucrania", dijo. "Eso se dejó claro muy pronto, incluso desde los Estados Unidos." Los aliados europeos de Ucrania prevén un conflicto que podría durar entre tres o cinco años más, o más, y existen preocupaciones que Occidente está cerca del límite del cual se puede proporcionar armamento sin provocar una respuesta extrema por parte de Rusia.

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Cazas de combate soviéticos MiG-29, parte del ejército ucraniano / Foto: Europa Press

Enviar armamento sin hacer enfadar a Putin

A principios del año pasado, los aliados occidentales acordaron una "política no escrita" para no suministrar en Ucrania un paquete completo de armas inmediatamente después de la invasión, por miedo que se activara una gran respuesta de Rusia. La idea era que Occidente diera su apoyo gradualmente, evaluando la respuesta rusa en cada paso. "Muchos países de Occidente piensan que si tuviéramos que suministrar en Ucrania todo el hardware que nos pidieron en la primera fase de la guerra, habría una fuerte reacción rusa, incluyendo una posible respuesta nuclear", ha explicado un diplomático europeo a Politico. La estrategia ha sido una tendencia lenta, pero constante en el apoyo occidental, desde las jabalinas antitanque y sistemas portátiles de defensa aérea como Stingers, HIMARS, y más recientemente misiles Patriot tierra-aire, tanques y vehículos blindados.

La entrega de aeronaves es, por lo tanto, "solo una cuestión de cuándo", explicó el mismo diplomático. El ministro de Asuntos exteriores británico, James Cleverly, se reunió con altos funcionarios estadounidenses en Washington la semana pasada para debatir sobre el apoyo militar adicional a Ucrania, más allá del suministro de tanques. En declaraciones después del encuentro, Cleverly se negó a decir si estas conversaciones cubrían el suministro de cazas o misiles de largo alcance, otra demanda de Ucrania. Los diplomáticos europeos están de acuerdo que Occidente querrá, en primer lugar, agotar todas las otras opciones antes de pasar a enviar cazas de combate, incluidos más drones de ataque y posiblemente misiles de largo alcance. Washington también aprobó recientemente un envío de cohetes sin guía de la era de la guerra fría que el ejército ucraniano podría lanzar desde sus aviones MiG de la era soviética.